REPORTE DE LECTURA “LOS MORROS DEL NARCO”

LICENCIATURA EN CRIMINOLOGÍA Y CRIMINALÍSTICA [pic 1][pic 2]

8° CUATRIMESTRE GRUPO A

LIC. EVELYN DOMINGUEZ CRUZ

PROBLEMAS CRIMINOLOGICOS ACTUALES

REPORTE DE LECTURA

“LOS MORROS DEL NARCO”

JAQUELIN ANDRADE HERNÁNDEZ

TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS

LOS MORROS DEL NARCO

Los morros del narco, es una serie de entrevistas y artículos destacados, testimonios y denuncias de niños, adolescentes sobre sus encuentros con el narco, desde la siembra, la custodia, los pistoleros y las mulas o quienes distribuyen la droga por toda la Republica mexicana e incluso los Estados Unidos, menciona historias de narcotraficantes grandes como el Chapo, Los Beltrán Leyva y a su vez historias de narcomenudistas, familiares de narcotraficantes, o victimas de ellos.

Los morros del narco es un libro escrito por Javier Valdez Cárdenas, es una serie de entrevistas a niños, adolescentes, niñas, policías, sicarios y personas que cumplían condena en algún centro penitenciario pagando una condena por nexos con el narcotráfico, y todo esto sucede hace un poco más de 10 años, cuando Felipe Calderón era presidente de México.

El libro en su narrativa, está compuesto también por diálogos “casuales” en donde personas normales, civiles, viviendo su vida diaria tenían conversaciones en relación al narco, por ejemplo, dos jóvenes en un restaurant haciendo su trabajo de meseros:

• Los clientes de la mesa 4 se ve que son gente pesada

• Si verdad, por lo que piden y mira como vienen vestidos exhibiendo ostentosidad

También forman parte del libro notas periodísticas, de nota roja, de diversos tipos de crímenes y atrocidades cometidas por el narco, número de víctimas y con estas notas se anexan fotos.

Todas las historias narradas son diferentes entre sí, en distintas circunstancias y distintas ciudades de México, pero con algo en común, todas las personas que contaron su historia para este libro fueron víctimas del narcotráfico, contratadas para sicariato o con familia que se dedicaba a eso, ya sea que se dedicaran de manera voluntaria por la esperanza y fe de tener un mejor futuro, más dinero y protección para su familia, o de manera obligada o como comúnmente se le conoce, “el levantón”, que consistía en secuestrar a un niño o adolescente, pero en vez de pedir un rescate, era torturado para que aceptara ser reclutado por estas bandas delictivas, al ser reclutado tenía que aprender a matar en contra de su voluntad, escogían matar a desconocidos para no poner en riesgo su propia vida o incluso las de sus familias.

Un factor que pone en una situación de vulnerabilidad a un niño para que este pueda caer en la red del narcotráfico son la falta de oportunidades que hay en el país y la desigualdad económica que se vive día a día, muchos niños crecen en la sierra, son hijos de campesinos agrícolas que cuidan los plantíos de marihuana, la siembran, la cosechan y la entregan al narco, este trabajo es muy mal remunerado, al crecer estos niños tienen la visión de seguir en el negocio de cosechar, lo hacen pensando que ese es el único trabajo en el que pueden desempeñarse.

Alrededor de 60 por ciento de los jóvenes de entre doce y diecisiete años que habitan en las zonas de mayor violencia generada por el narcotráfico, que comprende trece estados, consideran “que los capos y los grupos criminales son una alternativa de vida viable y tentadora”, refieren encuestas hechas en los últimos dos años, afirmó Edgardo Buscaglia, especialista en derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

La información aparecida en el diario de circulación nacional La Jornada, el 7 de marzo de 2010, firmada por el periodista Gustavo Castillo García, señala que: “Las disfunciones de personalidad, como las sociopatías, el entorno social difícil, que incluye clima de violencia, carencia de afecto y falta de oportunidades, son factores que inciden para que algunos adolescentes se conviertan en integrantes del crimen organizado, afirmó la doctora Feggy Ostrosky Solís, directora del Laboratorio de Neurosicología y Sicofisiología de la Facultad de Sicología, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).”

Ambos académicos coincidieron en que la pobreza no es el único

factor que provoca que cada día más jóvenes se sumen a grupos

criminales, ni “los narcocorridos ni el sólo hecho de querer ser

narcotraficante, porque hay cuestiones neurosicológicas que también

inciden”, dijo Ostrosky.

Carecen de oportunidades de acceder a una escuela, no tienen suficiente educación y preparación para entrar al mundo laboral licito, y los trabajos que conseguirían con un nivel de estudios académico básico, como la secundaria o la prepa, son muy mal pagados con jornadas laborales pesadas, así que una vez encontrando la manera fácil de hacer dinero, no hay vuelta atrás.

Las adicciones por otro lado juegan un papel muy importante a destacar pues, los niños y adolescentes que están dentro del sicariato muchas veces se vuelven adictos a distintas sustancias, tales como la cocaína, la marihuana y la piedra, los patrones además de pagar con dinero en efectivo lo hacen a través de mercancía y estos pagos hacen que se vuelvan dependientes a las sustancias, además en una historia se declara que muchas veces recurren a consumir drogas para tener el valor y la fuerza de quitarle la vida a alguien ya que como lo mencioné anteriormente en el libro nos dice el autor y las entrevistas que no siempre y no todos eran felices o les provocaba placer matar, incluso algunos se quebraban emocional y psicológicamente al grado de alucinar con las personas que había matado, aunque no tuvieran una afinidad o lazo emocional, podrían haber sido desconocidos pero aun así existía ese cargo de consciencia.

La dependencia a las drogas también les impedía poder salir o dejar ese trabajo, que es conocido como el trabajo del que no es tan fácil salir.

En las Ciudades del Norte de la República Mexicana es donde mayormente operan las bandas de narcotráfico, son Sinaloa, Culiacán, Chihuahua, Michoacán, en la Sierra allá, en sus lugares más recóndito es donde se ubican los plantíos de marihuana y Amapola.

Esos lugares alejados de la civilización suelen ser tranquilos y silenciosos con poca comunidad, quienes viven y mantienen sus hogares de la venta del cultivo de cannabis, pero no todas las ciudades que están involucradas con el narco corren con esa misma suerte pues, en muchas de las entrevistas nos narran que gracias a la guerra contra el narcotráfico muchas ciudades comenzaron a ser peligrosas.

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