Se Demora La Integracion Cultural En La Escuela
silvinacallegari9 de Noviembre de 2013
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Se demora la integración cultural en la escuela
En Córdoba hay 7.254 alumnos extranjeros y muchos otros hijos de inmigrantes. Los colegios no tienen orientación para trabajar desde la multiculturalidad. Persisten casos de discriminación.
23/06/13
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Colegio San Jerónimo. La institución de barrio Alberdi demuestra que la integración es posible si hay un mínimo esfuerzo (Pedro Castillo/La Voz).
Las fronteras se diluyen cuando ingresan al aula, aunque en ocasiones también se generan. Unos hablan de chipá y mandioca, otros conocen sobre caporales y otras danzas en honor a la Virgen de Copacabana. Algunos hablan guaraní en casa, pero lo ocultan en clase; a otros el quechua que aprendieron con sus padres les juega una mala pasada con el español que les enseñan en la escuela.
En las escuelas de Córdoba conviven 7.254 alumnos extranjeros (0,83 por ciento del total de la matrícula) con argentinos e hijos de inmigrantes que comenzaron a llegar de Bolivia, Perú y Paraguay desde hace una década buscando trabajo y mejorar sus condiciones de vida. El flujo de inmigrantes no ha cesado en los últimos años .
Según datos oficiales del Ministerio de Educación de la Provincia, 2.228 de los extranjeros son bolivianos, 1.942 son peruanos y 575, de Paraguay. También hay brasileños, uruguayos, chilenos y, en menor medida, niños y adolescentes de otros países de América, de Europa y Asia. A esta cifra podría agregarse la cantidad de hijos de inmigrantes que conservan las costumbres y cultura de sus padres y eleva considerablemente la estadística. Según datos de la Dirección Nacional de Migraciones, en los últimos cuatro años y medio se radicaron en Córdoba 2.099 bolivianos en edad escolar, y 2.109 peruanos.
En siete años, Córdoba duplicó la cantidad de extranjeros. En 2001 se censaron 39.605 personas nacidas en otro país y el Censo Provincial de 2008 contó 83.688 habitantes de otra na¬cionalidad. La población ex¬tranjera aumentó 111 por ciento en ese período, mientras que el incremento de la población total de la provincia fue del 5,77 por ciento.
Se estima que todos los niños inmigrantes, o la mayoría, están escolarizados. La nueva Ley de Migraciones de Argentina, reglamentada en 2010, establece que “en ningún caso la irregularidad migratoria de un extranjero impedirá su admisión como alumno en un establecimiento educativo, ya sea público o privado; nacional, provincial o municipal; primario, secundario, terciario o universitario”. Así, Argentina pasó a ser un buen destino a la hora de emigrar.
“La ley se cumple en todos los establecimientos. Nosotros promovemos que estén insertos. En nuestro caso son inmigrantes con situación de permanencia”, planteó el cónsul de Bolivia en Córdoba, Oscar Sanjinés Vargas.
Un desafío. Estas aulas nuevas, multiculturales, son un desafío para muchos docentes que, en ocasiones, no encuentran caminos para enseñar desde la diversidad. En el mejor de los casos, lo hacen por intuición y con el sentido común de reconocer la riqueza cultural en las diferencias. En muchos otros, los docentes admiten que no consideran la multiculturalidad como un potencial sino que, en el fondo, sienten que entorpece el proceso de enseñanza. Los casos de discriminación no han desaparecido, tampoco.
“En interculturalidad no estamos haciendo nada. Está costando mucho. De este tema no se habla. Intentamos ver algo sobre “diversidad” desde las Ciencias Sociales”, reconoció la directora de una escuela de la zona sur de la ciudad de Córdoba.
“La principal dificultad es que los maestros reconozcan la diversidad cultural en la escuela. Sólo así podemos tomar decisiones. Pero no se la reconoce, no se la acepta”, agregó. En ocasiones, explicó, los docentes ignoran las raíces culturales de sus alumnos e, incluso, descalifican a aquellos que tienen mala pronunciación porque son bilingües (español-quechua o español-guaraní).
No obstante, los alumnos extranjeros o argentinos hijos de inmigrantes suelen tener un excelente rendimiento académico. Hay abanderados y escoltas. Según un reciente informe de Unicef, el desempeño de los chicos bolivianos, peruanos y paraguayos es, en ese orden, más destacado que el de los hijos de familias argentinas.
“Tienen buen desempeño. Provienen de familias trabajadoras que ven en la educación el vehículo de movilidad social”, remarcó el cónsul general de Perú en Córdoba, Jorge Benavides de La-Sotta. “El que emigra pone mucha prioridad a los estudios de los niños. Y los niños son muy conscientes de esa exigencia familiar”, agregó.
De todos modos, aún persisten problemas de inserción sociocultural. “Vienen con otra carga cultural, en las que hay coincidencias con la sociedad argentina, pero también hay muchas diferencias que, algunas veces, provocan casos de discriminación que se han resuelto a través del Ina¬di”, planteó Benavides de La-Sotta. El cónsul recordó la situación de una niña que obtuvo las mejores calificaciones pero le negaban la portación de la Bandera por ser peruana.
En efecto, el Ministerio de Educación no tiene programas específicos para aprovechar la riqueza cultural de los alumnos extranjeros que, en su mayoría, asiste a instituciones públicas. Desde la Subsecretaría de Promoción de Igualdad y Calidad Educativa se sugieren páginas web u organizaciones para realizar consultas o descargar información, pero no existe una línea de trabajo específica.
El Ministerio sólo interviene si alguna institución requiere asesoramiento, como ocurrió en la escuela Atahualpa Yupanqui de Villa Allende con dos niñas paraguayas que sólo hablaban guaraní (ver Las niñas... ). “Hay algunas escuelas que tienen iniciativas propias, que tienen conciencia de la situación, pero todavía no hay planes especí¬ficamente di¬señados para eso. Queremos contribuir con algunas ideas”, planteó el cónsul de Perú.
En este sentido, su institución propondrá a las escuelas algunas acciones conjuntas para mostrar la cultura peruana a todos los alumnos a través de bailes típicos, películas y material fotográfico. “Existe un desconocimiento. Queremos mostrar en los colegios donde hay peruanos la historia del Perú, para que los niños se sientan orgullosos de sus orígenes y los demás los conozcan. Buscamos la inserción cultural”, concluyó.
La invisibilidad de lo diferente
Tema: Diversidad cultural en el aula. Los casos de discriminación no han desaparecido.
Introducción
Actualmente vivimos en una sociedad capitalista en la cual los cambios tecnológicos y las formas de experiencia social se modifican día a día. La realidad cambia a una velocidad impensable y como la escuela no es una institución ajena a ella, se modifica a pasos agigantados. Entre las problemáticas que hoy por hoy afronta la escuela, nos centraremos principalmente en los avatares que rodean a la integración de la diversidad cultural en las aulas.
La invisibilidad es la marca más visible de los procesos de exclusión actualmente, refiriéndonos a la exclusión como el no reconocimiento de “lo diferente”. La exclusión se normaliza, y al hacerlo se naturaliza, desaparece como problema para volverse solo un dato.
Un emergente que no podemos dejar de considerar es el fenómeno migratorio que se ha producido en los últimos años como consecuencia, principalmente, de la pobreza y la globalización del mercado laboral.
Desarrollo
Para comenzar, haremos un breve recorrido histórico sobre la inmigración en nuestro país, ya que el considerable flujo migratorio y la consecuente diversidad cultural no constituyen una novedad en nuestra sociedad.
Desde la conformación del estado moderno, en la segunda mitad del siglo XIX, la Argentina se convirtió en una tierra de inmigración. Desde 1860 a 1930, seis millones de inmigrantes llegaron a la Argentina, la gran mayoría europeos pero también del Medio Oriente, que aportaron el 75% del crecimiento de población total del país. Este flujo migratorio no aportó, como imaginaban sus mentores, una cultura letrada y civilizada. Contrariamente, se trató de población con altos niveles de analfabetismo.
Un factor clave para integrar a esta población heterogénea fue la organización del sistema educativo nacional. Europeos y criollos, reunidos en una única escuela debían alcanzar allí esa homogeneidad. Con estos fines fue instaurada la educación obligatoria, gratuita y laica, apoyada en la generalización de la alfabetización y el desarrollo del “normalismo”.
Más adelante a partir de la década del ´40, con la intensificación de la enseñanza patriótica, las autoridades educativas afirman que la educación debe reforzar la conciencia del hombre argentino y exaltar las auténticas tradiciones nacionales. A partir de la década del ´60, comienza a visualizarse “lo externo” como peligroso, la inmigración comenzó a disminuir y el flujo sudamericano pasó a ser el grupo de migración mas sustantivo del país.
Los extranjeros de hoy son: bolivianos, peruanos, paraguayos, coreanos, chinos, llegan hoy a nuestro país con las mismas expectativas que tenían los europeos de un siglo atrás: encontrar en estas tierras el lugar propicio donde vivir, lugar que su patria no les pudo dar.
Actualmente quedan fragmentos vivos de la historia de principios del siglo pasado: el discurso de la educación como formadora de ciudadanos, se refiere a la Argentina como país
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