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Sindrome De Estocolmo

paz01622 de Junio de 2015

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HOMBRES EN TIEMPOS DE OSCURIDAD: SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Eva Lerner

(*) I CONGRESO ARGENTINO de CONVERGENCIA, movimiento lacaniano por el psicoanálisis freudiano. " Ideales actuales y ruptura del lazo social" . HOTEL SAVOY (13,14,15 de diciembre de 2002)

Es tan fuerte el amor como la muerte

En el verano de 1973 ,en Estocolmo, Suecia, cuatro rehenes tomados en cautiverio durante seis días en el robo de un banco, se opusieron activamente trás su liberación a atestiguar contra sus captores y uno se enamoró de su captor. Se observaron otros casos, algunos durante el proceso militar en nuestro país, con ese extraño comportamiento al que ya se le denomina desde entonces Síndrome de Estocolmo. Acontece cuando un cautivo no puede escaparse, es aislado y amenazado de muerte y a raíz de actos de amabilidad del captor, a los tres o cuatro días se instala ese cambio psíquico en el capturado. Los legos refieren que la estrategia del capturado comienza por intentar mantener al captor feliz para seguir vivo y se convierte en un amor obsesivo con sus gustos y con la comprensión de sus tormentos.

La descripción de este síndrome se puede hacer extensiva también a lo que hoy se llama Síndrome de Estocolmo Doméstico en parejas de golpeadores y la dilucidación del fenómeno ilumina los casos que se emparejan de este modo.

En lo colectivo se describe en víctimas de genocidios y de todo tipo de abusos de poder cuya respuesta a la tortura, lejos de ser la esperada, el odio, es la contraria, un amor-fusional.

Hombres o mujeres, no importa el sexo, "chupados", que terminan por no resistirse y se los nombra "quebrados", en su ética y en su integridad subjetiva

Algunos permanecen víctimas del verdugo, excluidos de cualquier encuentro con un semejante, las más de las veces torturados y forzados a la delación, a la indignidad y a la tortura, en exclusión precisamente del lazo social, sin la protección de la ley intentando salidas subjetivantes aún en el encierro y tenemos testimonios de ello.

La respuesta del sujeto no siempre es la misma. Es que algunos pueden y otros no, soportar el encuentro desnudo con la propia cuenta subjetiva en soledad, cuando esta es posible y no entregarse.

La estructura, a causa de la ética que la sostiene les permite a algunos inventar modos de inmunizarse, se movían, recordaban, contaban se concentraban para escuchar voces de compañeros de las celdas vecinas, se imaginaban escribiendo, en fin, todo aquello que rescatara algún trazo de humanidad .

En estos encuentros límites del sujeto, en lo real del cautiverio, en el abismo de la muerte se pone a prueba los límites del llamado irreventable imaginario del neurótico. El imaginario humano es irreventable (1) sí, pero es desestabilizable y corruptible. Cuán desestabilizable y corruptible puede llegar a ser ,estará en los límites de la condición humana? En las marcas de filiación y genealogía? En el tipo de lazo social en juego?

Lo que nos interesa desde el psicoanálisis, además de las nuevas preguntas que abrimos, es la posición subjetiva con la que alguien puede abordar ese núcleo de la realidad material que compartimos, y que llamamos lo real (2) , enlazado a lo simbólico y a lo imaginario en cada uno, pero para ello el nudo debe estar bien enlazado.

Estos casos fueron tratados en bloque por la literatura no psicoanalítica como relaciones perversas, sado-masoquistas que ya sabemos que para el psicoanálisis no son complementarias, o de identificación con el agresor.

Quisiera proponer que se trata de variantes del amor como fusión y remiten a manifestaciones subjetivas del paño narcisístico dañado.

Atravesado por lo que en topología llamamos una perforación trivial, en lugar del claro agujero que lo simbólico produce en lo real de la trama (3).

Más estrictamente si pensamos en toros anudados podríamos decir que la operación fue por agujereado y no por corte.

Con esto propongo que la imagen, el moi lacaniano a diferencia del yo freudiano, también está anudado en los tres registros. El esquema óptico y el grafo mostraron su límite pero no quedó limitado el imaginario humano a lo especular, debemos hacer el ejercicio de pasarlo por el nudo.

El efecto de sentido en juego en el amor como fusión, anuda a la estructura a un falso nudo que se da con la presencia real del partenaire, con las consecuencias mortíferas correspondientes a tal ligadura, solución protética que tiene características parecidas a la función del partenaire en las fobias graves, sólo que el accidente en estos casos no es del??, sino del -??y? del a.

Tres variantes del Síndrome de Estocolmo atravesadas por el amor como fusión:

1) El primer testimonio es la conocida película "Portero de noche"con Dirk Bogard y Charlotte Rampling, donde él es un oficial de la SS, fotógrafo y voyer y ella una adolescente judía recluida en un campo de concentración de la Alemania nazi. La relación que se forja entre ellos comienza con un erotismo en el que se entrelazan la crueldad del victimario con la víctima que en el transe de ese juego sádicamente programado para él y constitutivo de la iniciación sexual para ella, se enamoran. Se encuentran casualmente después de la guerra y no sólo están invertidas las posiciones sociales sino también las sexuales. El es el portero nocturno de un hotel de turismo y ella la bella esposa de un exitoso director de orquesta de paso por allí. Ella ahora tiene el poder de lastimarlo y hacerlo sangrar, además de delatarlo, sin embargo reeditan la escena de la captura de ella, a la que ambos se entregan en un encierro asfixiante de amor y de muerte.

2 )El segundo es un ensayo titulado, "Cuerpos nómades" en el que la escritora chilena Diamela Eltit, realiza una lectura de las autobiografías de dos militantes de izquierda chilenas que se "quebraron"y llegaron a trabajar para los mismos servicios de inteligencia que las habían detenido y torturado, llegando a ocupar cargos militares importantes como oficiales, identificadas al agresor y a su causa política. Sus actividades giraron alrededor de amantes militares superiores en jerarquía y a actividades que según esta escritora catalogaban de masculinas porque dejaron a sus hijos al cuidado de sus madres y no asumieron el lugar que se espera para un cuerpo de mujer.

Ellas mismas se presentan como traidoras y Diamela Eltit dice de ellas," rotan como el camaleón".Esta interesante lectura , intenta estar en la vereda opuesta del feminismo que las ubica como víctimas de una sociedad falocéntrica y si bien se acerca a la hipótesis que voy a proponer también se equivoca en algo. Acierta en la pérdida total de la ética que las lleva a una rotación de posición diametralmente opuesta a la que tenían, sólo por amor, pero se equivoca en pensar que llevaban a cabo una lucha masculina en un cuerpo equivocado, el cuerpo de mujer. La búsqueda de la articulación del ?? cuando este se pierde se recupera en un proyecto deseante, que en estos casos es a los que me refiero sostenido por la escena amorosa con el fantasma prestado de un partenaire.

3) El tercer testimonio (4) salió publicado en el diario Página 12 del domingo 17 de noviembre del corriente. Se refiere a una mujer secuestrada al final del proceso militar, en 1980.Luego de que asesinaron a su marido viajó a dejar a sus hijos fuera del país y al volver para reinsertarse en la política en la contraofensiva planeada por Montoneros, la secuestran .

Se entera que toda su familia fue "chupada".y fusilada y acepta tareas de "marcadora" en la frontera, cuando pudo irse del país la acompañó un ex agente de inteligencia que había conocido cuando estaba detenida y que hoy es su marido. Detenido por la Interpol hace un año en España será traído a la brevedad a la Argentina para ser juzgado. "El fue una presencia importante para mí –dice-porque fue una pantalla que me permitió alejarme de todo eso." La protagonista, ex militante, es una psicóloga a la que el periodista le pregunta si ella sufrió el Síndrome de Estocolmo, a lo cuál refiere que lo sufrió él. "El se identificaba conmigo, yo le creí que él no torturó y durante estos 18 años él se dedicó a reparar los efectos arrasadores de la represión en mi familia y cambió su lugar en el mundo"

Estos fenómenos que se manifiestan en sujetos con cierta proclividad a la desestabilización imaginaria susceptibles de caer en la fascinación amorosa y sacrificial que se enamoran de sus captores y sus captores se enamoran de ellas me invitan ya a desplegar la hipótesis que esbocé anteriormente.

Hay un juego de la víctima en el que se sostiene la ilusión de ser la elegida y por ese alimento narcisístico se posiciona como objeto de un goce compartido de crueldad que se discontinúa y alterna con la escena amorosa.

El odio del Otro lo aniquila como sujeto en la degradación de su cuerpo y ataca la causa de su deseo. Si el sujeto no puede recuperar su causa deseante a raíz de que la falta en lugar de caer del lado del verdugo recae sobre el sujeto, su respuesta puede ser de amor sacrificial , maníaco o melancólico, mediante el cuál recupera, de modo falso, la consistencia de su imagen desestabilizada. Entregado a la creencia de la completud del Otro ni siquiera toma el valor del héroe de la tragedia que con su inmolación denuncia las fallas de la ley y los desarreglos

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