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Síndrome De Estocolmo


Enviado por   •  4 de Marzo de 2014  •  1.906 Palabras (8 Páginas)  •  268 Visitas

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SÍNDROME DE ESTOCOLMO

ANTECEDENTES

El 23 de agosto de 1973, un atracador llamado Jan Erik Olsson se introdujo en una sucursal bancaria llamada Kreditbanken (Banco de Crédito) situada en la céntrica Plaza Norrmalmstorg de Estocolmo capital de Suecia, con la intención de cometer un robo. El robo se complicó debido a que sonaron las alarmas tras lo cual la policía acudió rodeando el banco, impidiéndole la huida. Tras herir a uno de los agentes Olsson tomo cuatro empleados, entre los cuales se encontraba una empleada de la oficina de nombre Kristin Enmark, como rehenes. Le planto condiciones a la policía: tres millones de coronas suecas, un coche y vía libre para salir de Suecia; además exigió que fuera trasladado desde su celda Clark Olofsson, entonces uno de los criminales más conocidos del país. Ambos retuvieron durante seis días a los empleados.

Finalmente el cautiverio llego a su fin el 28 de agosto de 1973, cuando la policía logro realizar un agujero en el techo de la sucursal para acceder al interior tras lanzar gases lacrimógenos. Los policías detuvieron a los agresores y liberaron a los rehenes, quienes no dudaron en defender a sus captores durante el juicio. La policía procedió al arresto de Olsson y Kristin critico en una entrevista periodística al Gobierno sueco por su falta de compresión hacia las motivaciones del asaltante para emprender acción semejante, posteriormente contraerían matrimonio. Esta reacción desencadenada posterior al cautiverio fue bautizada como Síndrome de Estocolmo por el psicólogo y criminalista Nils Bejerot, asesor de la policía sueca.

Desde entonces se denomina síndrome de Estocolmo a un conjunto de mecanismos psicológicos que determinan la formación de un vínculo afectivo de dependencia entre las víctimas de un secuestro y sus captores, en situaciones hostiles o atemorizantes.

¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO?

El Síndrome de Estocolmo puede ser considerado como una reacción y/o respuesta psicológica que puede presentar una persona que ha sido víctima de secuestro debido a la vulnerabilidad que produce el cautiverio. Se presenta solo cuando la persona se identifica inconscientemente con su agresor y en ocasiones la víctima llega a considerarse como la responsable de la agresión, lo que la lleva a imitar moralmente la personalidad del delincuente.

Los factores que influyen en algunas víctimas para desarrollar esta patología mental y que por ende los vuelve más susceptibles y vulnerables que al resto de la población son:

• La víctima desarrolla sentimientos negativos hacia los elementos policiacos y las autoridades

• La víctima tiende a desarrollar sentimientos positivos hacia sus agresores

• El captor desarrolla sentimientos positivos hacia su víctima

• Incapacidad para llevar a cabo comportamientos que podrían ayudar a la víctima a su liberación.

Actualmente el Síndrome de Estocolmo es definido como un mecanismo de defensa inconsciente del secuestrado, está constituido por un conjunto de signos y síntomas clínicos con entidad patológica propia, se origina debido a que la víctima no responde oportunamente a la agresión a la que es sujeta. Esto conlleva a una progresiva identificación con el agresor pudiendo surgir sentimientos de simpatía y agradecimiento aun cuando ya ha terminado el cautiverio, estos sentimientos se presentan debido a que se les permitió seguir vivos aunque no haya estado en las manos del agresor sino que por causa fortuita siguen vivos.

Algunos autores coinciden en el hecho de que para que desarrolle dicho síndrome es necesario que la víctima no se sienta extremadamente maltratada o violentada; aunque en realidad esto es relativo debido a que determinadas acciones pueden ser consideradas como más violentas o agresivas para algunos más que para otros, lo cual podría transformarse en una barrera que no le permitiría a la víctima identificarse con su agresor ni mucho menos sentir agradecimiento hacia él, con lo cual se disminuye la posibilidad de desarrollar el Síndrome de Estocolmo.

Aunque en un principio este síndrome fue identificado en rehenes, actualmente ha sido desarrollado en personas que han sufrido violencia familiar, en víctimas de incesto, en miembros de sectas, en los prisioneros de guerra, niños con abuso psicológico, prisioneros de campos de concentración y prostitutas.

Sin embargo, no ha sido reconocido por los principales sistemas de clasificación de desórdenes patológicos el Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) y en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), que en ninguna de sus sucesivas versiones ni en las actuales lo han reconocido. Lo que ha influido para que este síndrome no haya sido aún reconocido como un trastorno identificable en los manuales diagnósticos, es el desconocimiento de su naturaleza derivado de la nula atención recibida por los investigadores así como la escasa aparición de indicios en las personas que han sido víctimas de cautiverios. Existen diversas complicaciones que impiden el estudio riguroso de las víctimas debido a que no es fácil la observación clínica de las personas en cautiverio o mejor dicho de los rehenes, debido a que posterior a la fase de liberación las víctimas son tratadas por especialistas de la salud mental quienes al estudiar los síntomas diagnostican en su mayor parte a las víctimas con Trastorno de Estrés Postraumático.

Algunas de las condiciones necesarias para la aparición de los elementos definitorios del Síndrome de Estocolmo pueden gestarse en:

• Se requiere de un rehén retenido por un grupo de personas.

• Introducir a la víctima en un aislamiento total, donde su entorno este mermado de referencias lo cual no le permitirá ubicarse ni en espacio ni tiempo, lo cual generara que el agresor sea el único vínculo que le permita al rehén una reorganización espacio-temporal.

• El corpus ideológico o conjunto de valores y cogniciones revestidas con un argumento motivador de cualquier índole que el agresor externa a la víctima, lo cual aumenta la posibilidad del agresor de influenciar en la víctima en la fase de cognición-adaptación de la misma.

• El tiempo de contacto entre el agresor y la víctima, debido a que la prolongación del contacto es fundamental para que la víctima focalice

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