Tesis Contexto De Encierro

ENSAYO

LA FORMCION PARA EL TRABAJO EN CONTEXTOS DE ENCIERRO.

Las personas que asisten a diferentes ofertas educativas en contextos de encierro han adquirido herramientas básicas para una posible reinserción laboral, como así también herramientas teóricas en la Educación formal. Sin embargo se debe reconocer que muchas veces los esfuerzos realizados por los diferentes docentes y por los propios alumnos no son suficientes para que la inserción sea una realidad.

Si bien las intenciones están, no se trabaja articuladamente con instituciones extramuros que hagan posible una verdadera reinserción, es necesario implementar políticas educativas tendientes a la inclusión laboral de los privados de la libertada a fin de promover nuevos proyectos de vida y nuevas oportunidades de cambio. Está confirmado que tanto la educación, como el trabajo, son las herramientas necesarias para la erradicación de la delincuencia y progreso de las sociedades.

Esta formación debe responder a las demandas del mundo globalizado, si bien es verdad que se intenta responder a ellas, esto no se produce en su totalidad, puesto que por cuestiones políticas, se ofrecen talleres que no responden a las necesidades del mercado y por lo tanto tampoco de los alumnos.

Los prejuicios que existen en la sociedad y la desconfianza dificultan la inserción laboral de los que salen en libertad y obstaculizan la reinserción social, por lo que es necesario trabajar en la autogestión y en el desarrollo de micro emprendimientos, a fin de poder revertir esta situación.

Es imprescindible para lograr este objetivo la formación de un comunidad entramada, que tienda a la búsqueda de una verdadera reinserción social, sim embrago esta se encuentra obstaculizada por la variedad de intereses que persiguen las instituciones involucradas, como así también por las lógicas que manejan las instituciones educativas y las penitenciarias.

Es necesario aunar esfuerzos para resolver conjuntamente el problema de la exclusión y la delincuencia y para ello se requiere de la participación de todos los ministerios e instituciones de la sociedad. Trabajar en pos de la inclusión social y laboral requiere del trabajo de todos.

Sabemos que pensar en estrategias comunitarias no es sencillo. No podemos trabajar con quienes no nos vinculamos. Por ello es importante que se vinculen las instituciones de encierro con los de la comunidad y se trabaje en la formación de una cultura del trabajo, del respeto hacia el otro y que responda a las necesidades del mundo actual y globalizado.

Se debería pensar, por un lado en la identificación de personas concretas que participen en forma activa de grupos, de instituciones gubernamentales y no gubernamentales, de las empresas o fábricas, de los comercios, y todo aquel que, en forma individual o colectiva, sea visualizado o identificado como parte de la comunidad. En este sentido el elemento identificador es la membresía, es la pertenencia y la identidad, el reconocimiento de que el otro y yo somos parte de la misma vida en comunidad.

Las posibilidades de autoempleo deben ser concretas, ya que puede promover la auto gestión de una fuente de trabajo no solo para sí mismo sino para otros que se encuentran en situaciones de alto riesgo social.

Tenemos que pensar que los sujetos no estamos plenamente determinados y que por más que los estigmas hayan marcado nuestras vidas siempre existe la posibilidad de cambiar nuestro destino, para ello el hombre puede utilizar herramientas como los valores (esfuerzo, perseverancia, dedicación, compromiso, etc.) la idoneidad, la capacidad y el emprendimiento, a fin de modificar las representaciones y prejuicios existentes en la sociedad.

Se debe reconocer que no todos los privados de la libertad están preparados para sacarse la estigmatización propia y ajena, ya que durante su estadía en contextos de encierro, también fueron estigmatizados por diferentes agentes del servicio penitenciario, por los propios compañeros y por la sociedad.

El sistema en el que están insertos coopera desde la educación, a través de los docentes, quienes intentan tratarlos como ciudadanos y alumnos, pero a la vez el servicio penitenciario, mediante su lógica de control los denigra, los humilla y los despersonaliza, ahondando muchas veces sus sentimientos de inferioridad y de baja autoestima, siendo esto más notable en los adolescentes, ya que no solo deben soportar las complicaciones de la adolescencia, sino también los avatares del sistema.

Por otro lado los medios de comunicación, también influyen a través del sensacionalismo y la distorsión de la información. Si bien es verdad que la delincuencia está presente, la exageración de la información, pero aquella en la que tienen como protagonistas a personas de escasos recursos económicos, genera un sentimiento del rencor, antipatía, desprecio y opiniones negativas y alarmantes sobre estas personas. No siendo el mismo grado de alarma si el delito lo comete alguien con poder. Este tipo de institución no favorece el trabajo como una comunidad entramada, por el contrario destruye, porque los individualiza, los etiqueta y los estigmatiza.

Debería implementarse una formación crítica de los medios de comunicación mediante una educación tendiente a:

• Trabajar con los alumnos mediante el análisis de los medios de comunicación, de la información que transmite, de las publicidades, de la opinión pública, de las ideologías que subyacen a los medios y de la desmitificación de ellos.

• Implementar espacios curriculares de análisis de la realidad contemporánea y comunicacional.

• Difundir en los medios de comunicación actividades positivas, proyectos, encuentros, festejos, ferias de ciencias, etc. que se desarrollan en las diferentes unidades penales. y que reflejan las ganas que expresan los alumnos y la necesidad que tienen de sentirse útiles y reconocidos en la sociedad.

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