Texto Argumentativo

Capitán Teletón

Hablar de grandes espectáculos o mega producciones de la ‘pantalla chica’ en nuestro país nos trae 2 exponentes a primera vista. Por un lado el festival de la canción de viña del mar y por otro la teletón. En ambos magno eventos podemos identificar rostros asociados que siempre vamos a asimilar como insignes para cada uno: Antonio Vodanovic y Mario Kreutzberger. En el primer caso, desde los comienzos de la competencia musical, fue él el rostro visible y por largos años encargado de darnos emoción y suspenso en cada versión, en el segundo, es mucho más que un animador, también el capitán de todo el directorio y del equipo solidario además. De este modo podemos notar la importancia que tiene un rostro televisivo que se identifique con el evento.

Por mucho tiempo el festival de viña fue un evento esperado por todos, grandes cantantes, grandes humoristas, una interesante competencia, pero poco a poco fue decayendo en su calidad y perdió mucho del interés del televidente; ‘Guateó’, como se diría en la jerga. Una primera esperanza para quienes nos gustaba verlo fue el cambio de canal o mejor dicho, de concesión. Junto con eso, vino seguido el cambio del animador insigne. Incertidumbre colmaba los medios de comunicación preguntando o especulando sobre los nombres más esperados y sus posibles fracasos. En la teletón sucede algo similar, tenemos a nuestro ‘Capitán Teletón’ tan arraigado que el evento se podría comparar con la comuna de Ñuñoa y su patrón de fundo Labbe. Nadie sale o entra sin que ellos lo sepan. En cuanto a espectáculo, vemos que se produce esa sensación de ‘chiste repetido, sale podrido’, como bien lo explica nuestro dicho popular, sin embargo, existe algo muy cierto, la solidaridad de la gente está por sobre sus propios gustos televisivos y por ende lo aburrida y repetitiva que puede resultar la teletón pasa a un segundo plano tras cumplir con el objetivo económico. Pero ¿Lograríamos lo mismo cambiando a nuestro ‘Capitán Teletón? Lo cierto está en que el show propiamente tal, en el caso de la teletón, depende de Don Francisco, desde el momento en que por el pasan las decisiones, pero sólo en este evento sucede así.

El año anterior, tras la Vigésima Primera edición, pudimos ver lo mismo de por lo menos los últimos 5 años sin lugar a dudas. La programación tiene un ciclo que para quien haya visto un par de versiones anteriores no le será difícil recordar. Móviles en directo, espacios de humor, historias, artistas, mujeres en poca ropa, matinal en pijamas, mas móviles y finalmente un mega escenario en el estadio nacional donde culmina la maratón tras cumplir la meta. Aburrido, ya el solo hecho de pensar que muy probablemente el próximo año corresponda a la misma programación, aumenta la sensación de que urgentemente necesita un cambio.

También podemos darnos cuenta que los artistas

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