Uso del transporte público en Quito

Uso del transporte público en Quito                                                                                                   

Uso del transporte público en Quito

Anthony Nicolás Jiménez Jiménez

Departamento de escritura, Universidad San Francisco de Quito

ESP 1001: Escritura Académica

Daniel M. Soares

noviembre 8, 2022

La movilidad ciudadana es un ámbito indispensable para el desarrollo óptimo de una metrópoli. Siendo esto así, se necesita que todas las personas tengan un medio con el cual poder desplazarse por la ciudad para llegar a su lugar de destino.

 Existen cuatro tipos de opciones para la movilización terrestre más utilizadas en la ciudad que son: Transporte público, los cuales tienen rutas u horarios fijos, disponibles para cualquier persona por un costo previamente establecido. Buses, furgonetas, Taxis, etc;;;;. Transporte privado: Operado por el dueño del vehículo o del animal. Carros, camionetas, motos, caballos, etc. A pie y bicicleta (Medios de transporte urbano, 2017, p.1).

En Quito un 73% de personas utilizan transporte público y el restante 27% utiliza transporte privado (secretaria de Movilidad, 2014, p.5).

Nos enfocaremos en la mayoría de estos usuarios que usan el servicio de transporte público, con más del 70% de la población usando este servicio se podría estar dispuesto a esperar un buen servicio o una excelente administración por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), que es el que se encarga de controlar dichos servicios, sin embargo, esto está muy lejos de la realidad.

 Gente colgada en las puertas, Buses a exceso de velocidad, vehículos en estado deplorable, robos continuos dentro de las unidades entre muchas más nos hacen dudar si ¿Vale la pena usar el transporte público en Quito? Teniendo en cuenta el pésimo estado de estos servicios para los Quiteños.

El transporte público en relación con el medioambiente

El transporte público ayuda a reducir en ciertas cantidades la emisión de gases contaminantes al planeta, debido a que en comparación a que si todos los usuarios de un determinado bus tuvieran un auto y por consiguiente condujeran en lugar de tomar el transporte público nos daría un resultado de una contaminación mucho mayor a que si solo se usa un bus para transportar a las personas.

“Todos somos responsables de vivir en un entorno saludable y el transporte público es la alternativa más ecológica para los desplazamientos que no se puedan hacer en bicicleta o andando, ya que la emisión de gases es mucho menor que la del automóvil. En este sentido, el uso masivo del vehículo privado colapsa las ciudades y las hace más sucias y ruidosas. Por eso el transporte público es la alternativa idónea para mejorar la movilidad urbana y evitar en gran medida las retenciones y atascos. Es una pequeña aportación para un mundo más sostenible”. (¿Cuáles son los beneficios de utilizar el transporte público para ir al trabajo?, 2016 párr 7).

Por lo general las cooperativas no dan el mantenimiento requerido a sus buses con lo cual se suelen encontrar buses muy antiguos que cuando pasan por las carreteras dejan una estela de smog de diésel a diario (Articulados deteriorados siguen en servicio en Quito, El Comercio, 2019). Casi siempre tienen estos desperfectos, se destaca el mal estado de los mufflers que provocan un alto nivel de gases contaminantes. Esto se debe a todo el humo tóxico (CO2 o Dióxido de Carbono) que expulsan.

“Entre los medios móviles que más contaminan están los buses, pero obtener un valor promedio resultado un tanto difícil, el factor de emisión en estos medios de transporte y en general en todo vehículo depende mucho de las condiciones en las que esté trabajando y de acuerdo con el año de su fabricación, como ejemplo de variable es el año de fabricación ya que desde el año 2000 los buses obtuvieron mejoras para reducir la contaminación y emisión de gases de efecto invernadero. En la Tabla 4-2 Factores de emisión para buses[g/Km]. se aprecia los factores de emisión para buses de acuerdo con la tecnología vehicular.” (Romero, 2022 p. 46)

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