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Biografía Escolar


Enviado por   •  16 de Abril de 2020  •  Biografías  •  1.925 Palabras (8 Páginas)  •  469 Visitas

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Autobiografía Escolar

Mis primeros pasos por el Sistema Educativo, fue cuando tenía apenas cuatro años de edad, en la Escuela “Marcos Avellaneda”, ubicada en calle salta esquina Alberdi. Para entrar a la Escuela entrabamos por el portón ubicado casi cerca de calle Alberdi, al ingresar por el mismo se podía observar los juegos como hamacas, tobogán, caballitos, etc.

El aula donde comencé mi aprendizaje, era hermosa, porque tenía: juegos de casa, hasta una cuna, (donde muchas veces me dormía); era muy colorida y la maestra era muy tierna.

La verdad muchos recuerdos de mi trayectoria en el jardín no tengo, solo son vagos. Recuerdo que: dibujábamos, pintábamos, armábamos rompecabezas, usábamos mucha plastilina para hacer objetos, etc.

Al iniciar esta etapa, venía trayendo un problemita en el habla, era tartamuda, (la verdad que no sé cuándo se me corrigió), pero sí sé que cada vez que me ponía nerviosa empezaba a tartamudear y tenía un tic nervioso (el movimiento de una parte del labio).

Al iniciar mi primer grado, era una personita muy lerda en escribir, tanto que cuando iba copiando la mitad de lo escrito en la pizarra, la maestra ya lo había borrado y casi siempre me quedaba al último copiando la tarea.

Me quedó muy marcado ese primer ciclo, ya que me tuve que ir rendir la materia de Lengua. Mi madre me mandaba a casa de mi abuela, para que mi tía me enseñará lo que me faltaba aprender de lo que debía rendir. Pero cuando fui al examen, no supe escribir lo que me pedían, hasta el día de hoy me acuerdo la consigna, y era que escriba lo que veía en el dibujo, (eran un nido y un pájaro).

Fue frustrante, porque no me acordaba como se escribían, tuve que repetir el año. Mi mamá me decía que ya los médicos le explicaban, que eso pasaría, por lo que cuando era una beba estuve mucho tiempo internada, a eso lo llamaban retraso madurativo y con eso me consolaba por repetir primer grado.

Después de mi repitencia, no me volví a quedar de grado, y no tengo recuerdo de mi segundo año en ese año.

Mis primeros años lo hice en el turno tarde y cuando comencé tercer grado, comencé a ir por la mañana. Con la maestra de ese año aprendí, la tabla de multiplicar con la tabla pitagórica y mi DNI, ella solo estuvo un tiempito con nosotros. Pero con ella se nos quedó grabado tanto la tabla de multiplicar como nuestro DNI, porque todos los días nos tomaba.

En cuarto, lo que recuerdo es que nos sabían tomar lectura, y siempre me ponía nerviosa y después de la lectura nos hacían que la comentemos. Eso hizo que aprendiera a interpretar las lecturas. Y desde allí me gustaba leer libros de cuentos, novelas, etc.

Recuerdo que desde que iba a la primaria quería ser profesora de matemática o de algo referido al mismo, esa época no se hablaba de nada referido a la informática.

Cuando iba a séptimo grado tenía la mejor señorita de matemática, que por ella fue la que me inspiro seguir sus pasos. Lo que, si no me gusto, fue que nos separaran a los tres cursos en los más aplicados, en los medios aplicados y en los más complicados. Y cuando hicieron competencias en ping pon de preguntas y respuesta del prócer San Martín, los chicos que estaban en el tercer grupo, les ganaron a los del primero, (en el primero estaba yo, pero quería estar con mis compañeros y no con solo lo que estaban ese grupo). Mi curso era el más revoltoso, pero me gustaba estar allí.

Al finalizar la trayectoria primaria, quería ir a la Escuela Técnica, en ella en ese tiempo se veía mucha matemática, pero mi madre no quiso dejarme ir, porque no iban tantas mujeres, como es en la actualidad.

Ya estaba inscripta y había comenzado a ir a los talleres de nivelación, pero cuando mi madre decidió mandarme a la Escuela de Comercio “José Manuel Estrada”, no me dejo que siga yendo a los talleres.

Al iniciar el nivel secundario, volví a tener contacto con aquella maestra de tercer grado, la que tanto me había enseñado en tan poquito tiempo, muchas veces me costaba decirle profesora y por ahí me salía decirle señorita.

Adaptarme a la nueva forma de enseñanza costo un poco, ya que tener que decir profesora cuando estaba tan acostumbrada decir señorita, el tener tantas materias y tener que responder y estudiar para todas, fue una experiencia distinta a la acostumbrada.

Tener que estar pendiente a aprobar los tres trimestres y sobre todo el último, me hizo recordar que, en cuarto año, había desaprobado las dos pruebas de física del tercer trimestre; a pesar de que me daba el promedio, por desaprobar el tercero con 5, tuve que ir a rendir a diciembre.

Fue realmente malo para mí, porque como vivía con mi hermana mayor y mi cuñado, me castigaron de no salir a ninguna parte; cuando en esa época todo el tiempo mis compañeros hacían fiestas o juntadas y no podía ir, por llevarme a rendir esa materia. Antes de terminar el último periodo de clases, le pedía al profe que me dejara darle lección oral, pero no eran tan accesibles como lo deben ser hoy. En ese entonces debían aprobar las evaluaciones y no había tanto recuperatorio.

En cuarto se elegía la modalidad y en ese entonces, podíamos elegir entre el bachiller en Informática y jurídico. Elegí Informática, recién se estaba hablando de computación y de programación, a mí me gustaba mucho todas las materias referidas a la misma. Tanto que siempre iba con entusiasmo a clases cuando tenía esas materias.

Cuando iba al último periodo para finalizar el nivel secundario, tenía la materia filosofía, que me causaba rechazo,

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