Chester Navarro
ecuecu9 de Agosto de 2011
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ALFONSO MORENO MORA
POETA.- Nació en Cuenca el 9 de Abril de 1890. Hijo legítimo de Domingo Moreno Ordóñez (1) quien ayudó a su padre Manuel Moreno en las tareas agrícolas de la hacienda de Tarqui, tuvo casa propia en las calles Padre Aguirre y Bolívar y gozó de situación económica desahogada; y de Bárbara Mora López, mujer inteligente y culta.
El cuarto de diez hermanos, aprendió a leer y a escribir con su madre y "su niñez y adolescencia transcurrieron entre las veladas familiares en torno a la abuela bondadosa Carmen Ordóñez, escuchando tradiciones y leyendas en noches impregnadas por el olor de las ceras elaboradas con panales de abejas, que junto con las flores traídas de los cerros lejanos, saturaban el aire nocturno con un grato olor de hogar y cariño. Allí comenzó a desarrollar posiblemente su imaginación y fantasía de poeta, acrecentada en el ambiente de Tarqui con auroras rosadas y crepúsculos violetas, noches de luna que plateaban las llanuras y colinas, el silencio misterioso y evocador del campo".
De siete años de edad entró a la escuela de los Hermanos Cristianos donde terminó la primaria en 1903 y en las vacaciones se llenaba del campo, trepaba y corría las colinas con sus hermanos, primos y sirvientes indígenas, o caminaba solo con un libro al brazo, haciendo versos.
En el Benigno Malo siguió la secundaria con lucimiento descollando como buen estudiante y se graduó de Bachiller en Humanidades Clásicas en 1909. Tuvo, pues, una niñez y adolescencia felices y por ello escribiría después://Mi niñez campesina tornó a ver y renuevo / impresiones que se iban esfumando al instante.//
(1) Hermano de Miguel Moreno Ordóñez autor de las poesías marianas a la "Morenica del Rosario" de los sábados de Mayo.
Entonces, inesperadamente, empezó los estudios de Química y Farmacia en la Universidad de Cuenca, sin darse cuenta que su única e irrenunciable vocación estaba en la poesía, en las bellas letras que había venido cultivando con deleitación. Y en unas vacaciones en Tarqui enamoró a su prima hermana Carmela Moreno Serrano pero un incidente baladí los separó. Era un ser rural -raramente peculiar y retraído— que prefería la soledad y sentíase de entraña campesina con fresca a ingenua humanidad, angustiada y compasiva nostalgia. En el poncho dijo: Quien, que una vez lo usara, no ha sentido / la nostalgia del poncho? ..... Vacaciones / al correr de los ágiles trotones / el poncho es la bandera del olvido: // La distante ciudad, la escuela adusta / todo mengua y se olvida en los alcores, /cubierto con el poncho de colores. / fija en la diestra la sonante fusta. ... y en la Bocina se afana exclamando: // En las tardes de pálida neblina, / de viento y humedad, detrás las chozas / tocar suelen los indios la bocina / de nota dolorida y quejumbrosa, // Mezcla de pena, de rencor y espanto, / la bocina es el grito de la raza / que la estrangula al deshacerse en llanto, / el odio que incendiándola la abraza....... .//
En 1917 publicó su poesía "Jardines de invierno" que dedicó a Honorato Vásquez Ochoa y le dio justa fama comarcana. Esta poesía sufrió algunas modificaciones, publicándose en versión definitiva en 1951.
Desde Marzo de 1918 editó y dirigió la revista "Páginas Literarias" con su primo Miguel Moreno Serrano, Carlos Cueva Tamariz y Remigio Romero y Cordero. Dicha publicación alcanzó el número 16 en Enero de 1921 y aunque fue romántica por la influencia de Remigio Crespo Toral, quien por costumbre no solía aceptar lo nuevo, reprodujo versos modernistas de Rubén Darío, Julián del Casal, Salvador Díaz Mirón, Julio Herrera y Reissig, Leopoldo Lugones, Amado Nervo y José Enrique Rodó. En páginas Literarias Moreno empezó a utilizar los seudónimos de “Raedel” y "Enrique de Rafael".
Esa fue su mejor época pues solía reunirse con otros jóvenes poetas y amigos suyos como Manuel Honorato Vásquez Espinosa a) Juan de Tarfe y Cornelio Crespo Vega, en amenas tertulias que pronto se hicieron famosas. Una pura y fina bohemia presidía esas reuniones y de allí posiblemente salió su iniciativa de fundar una fiesta de poesía campestre y eglógica como en la antigua Grecia, idea que al ser comunicada a Crespo Toral, tomó forma y nació con el nombre de la Fiesta de la Lira. (2)
(2) La primera Fiesta de la Lira fue convocada por un Consistorio del Gay Saber formado por 6 poetas y se realizó en la quinta "El Ejido" de Roberto Crespo Ordóñez en Mayo de 1919, a pedido, como ya se dijo, de Remigio Crespo Toral, su tío, quien figuraba como mentor de los jóvenes poetas cuencanos de ese tiempo, entre los cuales se encontraba su hijo Cornelio Crespo Vega. La Fiesta siguió realizándose anualmente hasta que en 1932 fue atacada por Benjamín Carrión que la calificó de arcaizante y elitista, propia de una sociedad que vivía de espaldas a la miseria y atraso en que se debatía el Ecuador, el Azuay. Poco tiempo después se sumaron las críticas de un español avecindado en Guayaquil Francisco Ferrandiz Albors a) Feafa. que escribía en "El Telégrafo" y del joven pero ya famoso literato Joaquín Gallegos Lara, quienes manifestaron que la tal Fiesta de la Lira era aberrante, de aristócratas terratenientes que consideraban al paisaje sin el hombre, eje de todo proyecto cultural por muy academicista que fuere. De todas formas la Fiesta se siguió realizando hasta 1935 como un encuentro poético, artístico y social, ocasión para la expansión del espíritu dentro del marco elitista, conservador y bucólico de esos días. Igualmente se ha opinado que la Fiesta no tuvo ese carácter netamente comarcano que se le ha dado porque a ella concurrían invitados escritores y personas vinculadas a la cultura y el arte; mas, a decir verdad, esto solo se producía por excepción. Sin embargo, sirvió para estimular a los jóvenes escritores que triunfaban en esos certámenes y dio algo de lustre al ambiente de los años 30 a falta de otra promoción mejor. Mucho tiempo después se quizo continuarla. En 1947 Roberto Crespo Ordóñez la celebró en esa segunda etapa, en su finca de Chauyabamba. En 1948 Alfonso Malo fue su mantenedor. En 1949 le correspondió a Elena Landivar González, que prefirió realizarla en el teatro de la Universidad. En 1950 nombraron a Víctor Manuel Albornoz, que había expresado su deseo de no serlo y se excusó por tal motivo. Desde entonces permaneció Cuenca sin su Fiesta de la Lira hasta que en 1982 el Alcalde Pedro Córdova Alvarez dictó la correspondiente Ordenanza, formó el Consistorio y designó Presidente a Carlos Cueva Matariz, rector de la Universidad; Secretario a Miguel Díaz Cueva y Mantenedora a la madre Graciela Malo González, O. P. En 1983 la realizó Ricardo Muñoz Chávez. En 1986 fue designado Mantenedor Luis Moscoso Vega, que no la llegó a hacer y otra vez se perdió la costumbre.
En 1919 se graduó de Farmacéutico y como la Ley de Control de Boticas y Droguerías exigía que cada establecimiento tuviera una firma autorizada, comenzó a representar a la botica y droguería del Dr. Juan Idrovo ubicada en la Luis Cordero y Sucre y contrajo matrimonio con Lola Heredia Crespo, con quien venía manteniendo un noviazgo de dos años. Tuvieron larga familia compuesta de siete hijos y alquilaban una casa en la Bolívar y Mariano Cueva.
Hacia 1920 solía reunirse con varios amigos en el Hotel Austral sito en la Gran Colombia y Benigno Malo, propiedad de Luis Arias, donde bebían cerveza y conversaban de todo, especialmente de poesía y literatura. Allí frecuentaban Cornelio Crespo Vega, Enmanuel Vásquez Espinosa, Héctor Serrano, el pintor Ibarreño Luis Toro Moreno que había arribado a Cuenca a instancias del rector Remigio Crespo Toral para dirigir la Escuela de Bellas Artes y que devino en alcohólico con el paso de los años, Remigio Tamariz Crespo, Remigio Romero y Cordero, Agustín Cuesta Vintimilla y el poeta colombiano Luis Felipe de la Rosa, que a la vuelta de algún tiempo viajó a su tierra, de donde regresó casado y cojo, terminando sus días en un asilo.
En 1921 triunfó en la Fiesta de la Lira con "Visión Lírica" // Nosotros los poetas, que es cual si se dijera, / nosotros los rosales de toda primavera / o nosotros los pájaros que alegran la pradera, / una misión divina tenemos que cumplir / hoy día más que nunca, pues el rudo existir / va empañando de negro la gloria de vivir. // El aire está impregnado de brea y gasolina, / mancha el azul celeste el carbón de la mina, /entre oleadas de sangre la humanidad camina. // ¿Qué haremos los poetas al mirar tales cosas? / ceñirnos la cabeza de pámpanos y rosas / ¿y gozar con las ninfas en las selvas umbrosas? // ¡cantemos nuestro canto! sea luz en la mina; / luz en la noche del que a tientas camina. // ¡Poetas, Oh Poetas, formemos la áurea corte / de la Belleza Suma, su lumbre nos conforte / y, brújulas vivientes, marquemos siempre el norte! //
De su lectura se desprende que los poetas debían ignorar el conflicto de la modernidad y sus cambios en la Europa trágica de la I Guerra Mundial y seguir cantando irreflexivamente a los orígenes, que en el autro equivalía a lo simple, eglógigo y campesino, al paisaje en suma, rodeado de ermitas; lo cual, a criterio de los dirigentes conservadores del Azuay, que no habían podido asimilar las profundas transformaciones políticas de la revolución liberal del 5 de Junio de 1895, era lo más adecuado. Postura reacia y hostil al progreso, a lo nuevo, comprensible solamente en quienes por su edad y vinculaciones terratenientes, ya no podían cambiar de ideas. (3)
Ese año colaboró con la poesía "El Ultimo Sábado de Mayo" bajo su seudónimo "Nulh" en el periódico El
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