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Cual es la Política Exterior de México


Enviado por   •  25 de Abril de 2018  •  Apuntes  •  3.429 Palabras (14 Páginas)  •  267 Visitas

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RUÍZ MORALES MARINA ANGÉLICA                           GRUPO: 2611

SEGUNDO CONTROL “ALCANCES Y LÍMITES DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO”                               MARTES 3, ABRIL 2018.

La política exterior de México está diseñada principalmente para defender los intereses internos, para preservar y afirmar la soberanía nacional. En su inicio, su carácter fundamental fue la de existir como un estado independiente, y años más tarde cuando se enfrentó al expansionismo estadounidense su propósito fue el de mantener la integridad territorial, incluso cuando este tomo sentido económico. Para iniciar el análisis de esta política exterior podríamos plantearnos dos cuestiones: ¿cuáles han sido sus objetivos reales? y, ¿cuál ha sido en realidad el alcance de esa su relativa “independencia”?.

CAPÍTULO 1: La estructura del poder en el mundo y en el continente.

Al estudiar la política exterior mexicana, es inherente estudiar la política exterior estadounidense, por la sencilla razón de que en el sistema interamericano la potencia hegemónica toma la iniciativa política, limitando a los demás Estados a responder a ella en distintos grados y tipos de reacción. El por qué y el cómo México ha sido capaz de seguir una política más acorde a sus puntos de vista, es motivo de este estudio, pero especialmente, sus alcances reales.

“Política independiente” será entendida como la acción de no renunciar a la facultad de interpretar y jugar los problemas internacionales con base a criterios propios, el esfuerzo para no verse obligado a actuar en contra de intereses nacionales claramente establecidos por la tradición como fundamentales, más no debe confundirse en ningún caso con neutralidad, neutralismo y el no alineamiento, pues México abandono la capacidad de juzgar con criterios propios importantes problemas internacionales.

La segunda Guerra Mundial y el surgimiento de un sistema internacional bipolar.

La guerra atrajo un cambio en la distribución del poder, reduciendo la iniciativa de los países en el escenario internacional, elevando a EE. UU. y a la URSS a súper potencias. Tras el estancamiento por el grado de “saturación” económica de ambas naciones, la ventaja decisiva, la cual polarizaría el mundo en dos bloques, sería su capacidad nuclear, pocas naciones como India o Indonesia pudieron escapar a ello, pues obtuvieron su independencia en este periodo.

Confirmación de la hegemonía de los Estados Unidos en América Latina.

El evento antes mencionado afianzaría la hegemonía estadounidense en la región, pues tras el bloqueo marítimo, los países latinoamericanos encontraron en EE. UU. el mercado perdido en el viejo continente, sin embargo, Argentina pareció entender el peligro de concentrar su comercio en un solo mercado, y se mantuvo neutral durante la mayor parte de la guerra fría.

La región se vio sometida al razonamiento de productos básicos, la paralización de ciertos sectores económicos debido a la falta de refacciones y el escrutinio político de sus importaciones, de esta forma su industria nacional se basó en la sustitución de importaciones. Al ser EE. UU. quien controlaba los precios, el valor de las reservas latinoamericanas disminuyó considerablemente; de la misma forma fue implementada una política dirigida a consolidar su influencia en el área y su sistema defensivo continental, celebrando múltiples acuerdos tanto bilaterales como multilaterales, como la Junta Interamericana de Defensa.

En agosto de 1940 se creó en Washington, bajo la administración de Nelson Rockefeller, la Oficina del Coordinador de Asuntos Interamericanos (CIAA), la cual lanzó una campaña propagandística en prensa, radio y cine; la agencia sería desmantelada en mayo de 1946. Años antes, en 1930 durante la Primera Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, se aprobó una declaración general de neutralidad y una zona hemisférica en la cual las naciones beligerantes debían abstenerse de cometer actos hostiles.

Durante la Segunda Consulta, de 1940 en la Habana, se solucionó que cualquier atentado por parte de una nación extracontinental en contra de la soberanía o independencia de una nación americana sería considerado un ataque en contra de todas. En enero de 1940 se celebró en Río de Janeiro la Tercera Consulta, decidiendo romper relaciones con las potencias del Eje y la creación de la Junta Interamericana de Defensa y la Comisión Asesora para la Defensa Política. En 1947 firmarían en el mismo lugar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que funcionaría como instrumento de control de influencia.

En 1948, en Bogotá, fue aprobada la Carta del mismo nombre, dando fundación a la Organización de los Estados Americanos (OEA), la región latinoamericana se adhirió con la esperanza de crear un frente unido que limitara el poder estadounidense, sin embargo al mayor sentido que podían aspirar era el orden jurídico; a pesar de ello, la OEA resultó ser la legitimación jerárquica de su poder, convirtiendo a los Estados en clientes de la hegemonía, quien les proporcionaba asistencia y protección a cambio de su apoyo en política exterior.

México al término de la Segunda Guerra Mundial.

Durante esta etapa, el comercio mexicano alcanzó su punto de concentración más alto respecto al mercado norteamericano, y de la misma forma fue el periodo donde México presentó una mayor disposición hacia la cooperación, pues vio en ella la oportunidad de afirmar su soberanía; muchas de las grandes reformas cardenistas no hubieran podido ser realizadas (al menos sin represalias), de no ser por la inminencia de la guerra mundial. Específicamente la expropiación, constituyó una prueba de fuego para la política estadounidense del “Buen Vecino”, sin embargó obligó a México a la firma de tratados de cooperación hemisférica.

A pesar de que los postulados nazifacistas no concordaban con el gobierno de Cárdenas, este no dudo en usar la coyuntura de la guerra cuando las compañías petroleras declararon un boicot al petróleo mexicano, por lo que decidió venderlo a las potencias del Eje, hasta que logró establecer un acuerdo con EE. UU., quien a su vez también se vio forzado a distraer sus divisiones de patrullaje fronterizo. México fungió como abastecedor de materias primas estratégicas para la industria de la guerra; firmó un acuerdo donde se comprometía a mantener los precios de exportación estables, por su parte EE. UU. inició el programa “bracero”.

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