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México y Cuba tienen relaciones diplomáticas desde 1902; sin embargo, el año 1959 sería clave para la amistad entre las dos naciones.

Luego de que se concretara la Revolución Cubana en 1959, todos los países de la región rompieron vínculos diplomáticos con el país caribeño, menos México; así, los gobiernos de las dos naciones comenzaron un nexo basado en el principio de no intervención en asuntos internos.

A partir de entonces, seis presidentes mexicanos han visitado Cuba, mientras que Fidel Castro ha pisado tierra azteca en seis ocasiones también en visitas oficiales.

La administración del presidente Vicente Fox, el primero en llegar al poder por un partido distinto al PRI, representó el periodo más difícil de la relación entre México y Cuba.

Fox fue a La Habana en febrero de 2002, en un viaje que marcaría el primer roce con el gobierno cubano: durante la visita oficial, el mandatario mexicano se reunió con integrantes del grupo disidente "Comisión Cubana a favor de los Derechos Humanos y de la Reconciliación Nacional", lo que fue resaltado por la prensa cubana como el primer encuentro con los opositores al régimen castrista durante una visita oficial.

Además, el panista declaró al diario cubano Granma que “no era el papel” de México interceder por Cuba ante el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.

El punto más álgido de esta relación bilateral llegó en marzo de 2002, cuando de forma repentina el presidente cubano se retiró de la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo que se realizaba en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.

"Les ruego a todos me excusen que no pueda continuar acompañándolos, debido a una situación especial creada por mi participación en esta cumbre, y me vea obligado a regresar de inmediato a mi país”, dijo Castro en el evento.

Días después, el propio Castro explicó la causa de su salida de la conferencia; el líder revolucionario difundió públicamente una grabación en la que se escuchaba al presidente Fox pidiéndole que lo acompañara a la comida, pero que después se retirara del evento.

“Me acompañas a la comida y de ahí te regresas”, dijo Fox a Castro, a quien además solicitó “no agredir a Estados Unidos” o al presidente George W. Bush. Castro culpó al entonces secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Jorge Castañeda, de fraguar esta acción que consideró hostil.

Los desencuentros continuarían durante el sexenio foxista. Dos años más tarde, en 2004, fue detenido en Cuba el empresario Carlos Ahumada, quien era buscado en México por el delito de fraude.

El Gobierno de Cuba deportó a Ahumada, pero lo que causó molestia en la administración foxista fue que los cubanos argumentaron que este caso tenía una “connotación política” y que en realidad se buscaba afectar al entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador y a su partido.

Esto provocó que Fox expulsara al representante de Cuba en México, Jorge Bolaños, y que ordenara el retiro de la isla de la embajadora mexicana, Roberta Lajous.

Consecuencias

Se llevaron a cavo reformas en principios de política externa

Las relaciones bilaterales entre los países comenzaron a “cicatrizar” a partir de que el panista Felipe Calderón se convirtió en presidente de México, y de que Fidel Castro, por su parte, cedió el poder a su hermano Raúl en julio de 2006.

Pero en 2009, quedó en evidencia que las heridas no habían "cicatrizado" por completo: con la crisis sanitaria que se vivió en México a causa de la influenza AH1N1, Raúl Castro ordenó suspender los vuelos hacia y desde México; Calderón respondió que por la suspensión de vuelos ya no podría visitar Cuba.

Una década tuvo que pasar después de la visita de Fox a Cuba, para que un mandatario mexicano volviera a pisar el país caribeño: Felipe Calderón visitó oficialmente la isla en abril de 2012, viaje en el que condenó el bloqueo económico que Estados Unidos tenía sobre los cubanos y aseguró que se gestaba una relación “renovada” entre México y Cuba.

Actualmente

Enrique Peña Nieto y Raúl Castro ya han tenido contacto siendo mandatarios de sus respectivos países: se encontraron en enero del año pasado en Chile durante la Cumbre de la CELAC, y desde entonces han promovido algunos acuerdos.

Además, el actual canciller mexicano, José Antonio Meade, visitó La Habana en septiembre pasado con el objetivo de “incrementar las inversiones” y de continuar con el diálogo bilateral.

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