Currículum.Ámbitos de diseño y niveles de concreción

Currículum. Ámbitos de diseño y  niveles de concreción.

“Por currículum se entiende a la síntesis de elementos culturales (conocimientos, valores, costumbres, creencias, hábitos), que conforman una propuesta político educativa, pensada e impulsada por diversos grupos y sectores sociales, cuyos intereses son diversos y contrapuestos…”^[1]. No puede ser neutro porque se orienta hacia determinados fines sociales.

La síntesis contradictoria implica el carácter de lucha entre distintos grupos y sectores sociales  que piensan e impulsan la propuesta curricular que se desarrolla en la conformación inicial como en su desarrollo y evaluación. En un currículum se incorporan elementos culturales que se consideran valiosos y que sostienen los grupos dominantes o hegemónicos, pero también se incorporan elementos pertenecientes a otros grupos socioculturales. Es decir que implica una lucha entre los intereses hegemónicos y los que tienden a oponerse a tal dominación. Luchan por determinar la selección de los contenidos.

Por lo tanto, el currículum implica un problema de poder, ya que en algunos casos se tiende a la negociación cuando exista una relación equilibrada de fuerza, pero cuando halla desequilibrio habrá imposición. Pero a la vez presenta una “estructura dinámica y relativamente estable” (Bourdieu).

El diseño del currículum significa darle forma, sentido y dotarlo de contenido. Pero el cómo se diseña y dónde se decide remite a diferentes ámbitos o niveles de diseño referidos a los agentes que lo deciden.

        El centro que elabora un proyecto establece líneas metodológicas para los profesores. El profesor que prepara un plan para una jornada escolar realiza también un diseño del currículum y de su práctica. Sin embargo la elaboración del currículum no será exclusiva de los profesores, porque pueden desbordarlo en responsabilidad o pueden no disponer de competencias. La necesidad de ordenar el sistema educativo y de realizar un control sobre el funcionamiento hace que se escape del ámbito de los docentes.

Los “…ámbitos y niveles de concreción se definen desde lo macro a lo micro, como: Nivel de la Administración central; Nivel de la Administración provincial; Nivel Institucional y Nivel de Aula o del profesor…”^[2]. Cada uno con diferentes actores responsables. Y guardan una relación no jerárquica sino de interdependencia.

Existen ámbitos en los que se diseña y ordena, desde las finalidades generales hasta las acciones más específicas. Eso es válido para los cuatro ámbitos donde cada uno de ellos debe realizar diferentes acciones para llevarlo a cabo.

        “…La adecuación global de la cultura escolar a las necesidades sociales no la deciden los profesores en sus directrices generales, sino en el debate político y social que determina los mínimos que regula la Administración, en el que deberán participar los profesores.

        Los ámbitos de diseño no forman un sistema de niveles totalmente jerarquizados en donde lo que se hace en uno de ellos determina del todo lo que se realiza en otro en estrecha dependencia. Parece más apropiado plantearlos como ámbitos de decisión que guardan entre sí relaciones de interdependencia, pero con espacios propios de autonomía…”^[3].

        Cualquier diseño global del currículum que pretenda dirigir un programa general de educación debería ser considerado en más de una dimensión y en función de varios niveles operacionales. Esa consideración de niveles obliga a establecer conexiones entre los ámbitos para que los diseños de cada nivel guarden coherencia entre sí.

             En el sistema educativo se reconocen cuatro ámbitos fundamentales en los que se diseña el currículum, reconocidos legalmente o legitimados por largas tradiciones y usos.

El primer ámbito  de diseño curricular son las administraciones nacional y provincial donde se realizan operaciones de diseño.

 Regulan la estructura del sistema educativo como una necesidad de ordenar la cultura de la escuela a lo largo de un período prolongado de escolarización. Normalizan el funcionamiento de los centros, la interdependencia entre ciclos y niveles, la homologación de acreditaciones, las especialidades de los profesores, la delimitación de competencias, evaluación de resultados y la política de producción y consumo de materiales. Especifica las áreas, distribuye los contenidos, los contenidos mínimos, horarios, etc.

Se trata de opciones genéricas que no construyen por sí misma la práctica didáctica, porque no prescriben directamente lo que harán los profesores en el aula.

El ámbito político y administrativo, debe decidir como plasmar  la función social y cultural en los contenidos. Y por lo tanto, además de ordenar el sistema educativo puede orientar desde el punto de vista pedagógico. Pero en este sentido, es importante tener en cuenta la diferencia entre la función reguladora explicitada anteriormente; con las teorías que interpretan los procesos pedagógicos que debe quedar en el nivel del diseño que realizan los profesores o para que sirvan de orientación y ejemplos de creación de materiales.

Se trata de un modelo prescriptivo porque señala aspectos en los que hay que tomar decisiones. Consiste en una función política repartida con capacidad de determinar la práctica estableciendo relaciones entre los ámbitos.

El segundo ámbito de diseño  son los centros escolares.

Es el proyecto educativo que realizan los centros en función de la autonomía delegada con la que cuentan. Se considera para la decisión contextualizada el sistema escolar real. Los aspectos fundamentales sobre lo que se decide adentro de éste son por ejemplo, líneas metodológicas, actividades generales, coordinación de contenidos, agrupamientos de alumnos, uso de materiales, disposición de espacios, uso del tiempo, evaluación del centro, etcétera.

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