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CELATS MODULO I


Enviado por   •  24 de Octubre de 2013  •  6.583 Palabras (27 Páginas)  •  261 Visitas

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1-PRÁCTICA SOCIAL Y PRACTICA PROFESIONAL

La naturaleza de las relaciones sociales, entendidas en su to¬talidad como un modo de vi¬da que incluye la reproducción mate¬rial, ideológica y política, crea un tipo de sociedad particular. Así, en Latinoamérica, las sociedades moder¬nas se constituyen bajo influjo del capital y subordinadas a los países capitalistas avanzados. Las relaciones de subordinación de nuestros países respecto de los otros, son de carácter estructural: es decir, afectan la es¬tructura material de base (desarrollo de fuerzas productivas, modo de pro¬ducción, relaciones entre las clases, etc.) Hasta el punto que gravita esencialmente en el proceso histórico de nuestros países.

Las exigencias históricas de la acu¬mulación capitalista, que reproducen las relaciones de producción con sus implicancias en el campo de la ideo¬logía, imponen su lógica buscando la ampliación del capital en perjuicio del trabajo.

Es así como la lógica del capital, determina formas de relación social entre los hombres como producto de su desigual ubicación frente a la pro¬piedad de los medios de producción, en tanto que los títulos de propiedad legitiman la apropiación privada del excedente socialmente producido. La existencia del salario crea la ficción de que el proletariado recibe un pago por lo que produce, ocultándose así que con el salario sólo consigue la su¬ma de medios necesarios para su re¬producción como proletario, mien¬tras que una porción del-producto de su trabajo la plusvalía, pasa a manos de los capitalistas bajo las diversas formas que adopta la ganancia. Pareciera entonces que la relación de Igualdad existe porque al obrero se le paga su jomada de trabajo a cambio de la fuerza de trabajo que entrega en ella, siendo así que esta fuerza de trabajo es todo lo que es suyo y, por lo tanto, más allá del salario nada se le adeuda.

En cambio, los capitalis¬tas, que tienen en su poder los recur¬sos e instrumentos necesarios para que la fuerza de trabajo entre en contacto con los objetos que se transforman en el proceso de producción, tendrían el título necesario para re¬clamar para sí toda la ganancia. Resulta pues necesario al capital, crear mecanismos de actuación que garan¬ticen que la relación laboral y la in¬terpretación ideológica que de ella se hace se mantengan y reproduzca.

Es dentro de esta lógica general (y no fuera de ella) que se sitúa el Esta¬do, como representante del conjunto de la sociedad, aún .cuando asume primordialmente los intereses de las clases hegemónicas. Esta consideración de los intereses que esencialmente representa y asegura, no pue¬de llevarnos a considerar que él sea un órgano mecánico de dominación de la clase en el poder y expresión monolítica de sus intereses. Un aná¬lisis más fino entiende que el Estado, representando a la clase dominante, se desarrolla dentro de una sociedad atravesada por la lucha de clases, y en esta situación, es un Estado cru¬zado por contradicciones. Debe cumplir funciones que se oponen entre sí: por un lado, asegurar la reproduc¬ción de las relaciones de producción para servir a los intereses de la acu¬mulación del capital; y, por otro, ga-rantizar la reproducción de la fuerza de trabajo, aún sin contar con los medios suficientes que aseguren dicha reproducción en particular, en la actual coyuntura de crisis, pro¬curando al mismo tiempo, que se asegure el control ideológico de las clases populares.

Las clases trabajadoras, mediante sus organizaciones obreras, campe¬sinas, poblacionales, son capaces de alterar la política del Estado, como resultado de concretas, prolongadas y a menudo violentas demandas que aseguren mejores condiciones de vida y de trabajo; y fortaleciendo la orga¬nización de los movimientos sociales, entendidos éstos como respuestas y oposición organizada a las clases do-minantes.

Una de las iniciativas del Estado, en su relación con la sociedad civil, se realiza con la mediación de las Políticas Sociales. Las Políticas Sociales se diseñan y ejecutan atendiendo predominantemente la necesidad de producción y reproducción de la fuerza de trabajo por interés del capital, y la reproducción de las relaciones socia¬les, que intervienen en la totalidad del proceso social determinando: él modo de producción dominante, el modo de pensar dominante y las for¬mas de vida cotidiana en la sociedad.

Es importante, en este sentido, desta¬car la dimensión ideológica de las Políticas Sociales. La reflexión realizada por varios autores en torno a la ideología nos permite entender la razón por la cual el Estado se sitúa como representan¬te de todos y cada uno de los grupos y realiza acciones donde, aparente¬mente se integran y/o articulan. Intereses de un conjunto de clases. Esto no significa que la clase subordinada se integre al bloque de poder; puede excluirse e incorporarse con un ca-rácter autónomo ya que su grado de articulación no depende exclusivamente de la clase dominante, sino de los niveles de conciencia, organización y combatividad de las mismas.

Teniendo en cuenta estas conside¬raciones puede entenderse que el di¬seño y aplicación de Políticas Sociales, no sólo tiene un carácter técnico, sino sustancialmente político, por ser ella expresión de las contradicciones entre las clases y mediación entre és¬tas y el Estado.

PRÁCTICA PROFESIONAL Y POLÍTICA SOCIAL

La reflexión que se ha impulsado en el Trabajo Social en torno a las Políticas Sociales, es un intento por pensar las posibilidades y límites del ejercicio profesional en situaciones concretas. Es necesario multiplicar el estudio de las Políticas Sociales en realidades específicas, con miras a una definición más clara de la media¬ción de la Política Social en las rela¬ciones entre las clases, en un momen¬to histórico determinado.

Igualmente, desde 1975, se susci¬tan en TS, una serie de discusiones en torno a la "interpretación de su práctica. Los análisis se desenvuelven teniendo a la base conceptos genera¬les acerca de la teoría del valor, de la teoría del Estado y de la historia so¬cial. Después de 1977, se incorporan a la discusión de la práctica del TS, propuestas que recuperan la visión de la mutua determinación de los facto¬res económicos, políticos e ideoló¬gicos, las necesidades del capital y la organización y conciencia popular. Es precisamente la organización y movilización popular, articulada a la dimensión económica, política e ideológica de las Políticas Sociales y el Estado capitalista, una nueva y vá¬lida puerta de entrada al análisis de la realidad del Trabajo Social.

Repasando algunos de los aspectos más relevantes de la práctica del TS, resumiremos

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