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Caso Beliza

hmedio2 de Marzo de 2014

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"ESTA TIERRA ES MIA"

EL DRAMA DE BELICE

“Es muy fácil renunciar, pero no lo es tanto como permanecer.

Es muy fácil inclinarse ante una gran potencia, otra cosa es resistir.”

Anteayer

Desde muchos siglos antes de Cristo hasta principios del siglo dieciséis, cuando Guatemala y Belice fueron descubiertos y conquistados por los españoles, los Mayas eran los dueños y señores de esas tierras. En 1550, los misioneros españoles evangelizaron la región Chol (Q’eqchi’) hasta la Bahía de Amatique, o sea, lo que hoy es la mitad sur de Belice. la región de Pucté en el norte, fue evangelizada en 1618 por misioneros españoles que también evangelizaron en 1621, la región de los Mopanes y Tipúes en la parte central de Belice.

El pirata inglés Peter Wallace, en 1638 instaló su centro de operaciones en un islote, “Cayo Cacina o Cocina”, frente a la desembocadura del río Belice; esa costa fue utilizada como refugio por los piratas ingleses hasta mediados del siglo dieciocho. Posteriormente, los piratas se fueron adentrado en le territorio de Belice para explotar y comercializar el “palo de tinte” que les producía mayores ganancias que la piratería en el mar. Así, los piratas ingleses fueron quienes iniciaron la deforestación del territorio de Belice.

En 1676, el misionero español Fray José Delgado, gestionó ante las autoridades españolas, la construcción de un camino que atravesara Belice de sur a norte uniendo los caminos existentes de los mayas. El camino se iniciaría en Cahabón (Verapaz) y terminaría en Bacalar (Yucatán), así habría una vía de comunicación directa terrestre entre Guatemala y Yucatán. Los españoles defendieron el territorio de Belice en sucesivos encuentros bélicos con los piratas ingleses, así, en 1724 los piratas fueron derrotados en el río Belice y los alrededores por el militar español don Antonio Cretayre y Torres. Todas las batallas fueron dirigidas desde Campeche, Yucatán, porque España había ordenado que allí fuera el centro de operaciones de la Armada de Barlovento. Esta armada de guerra era sostenida, en su mayor parte, con dineros de la Capitanía General de Guatemala.

El sargento mayor, don Melchor de Mencos, del Batallón de Milicias de la ciudad de Guatemala fue nombrado en 1753, para dirigir y reclutar a las milicias que irían a combatir a los ingleses que habían penetrado en varios puntos de la región norte de la Capitanía General de Guatemala. La primera victoria de Melchor de Mencos fue derrotar a los ingleses en Izabal, en abril de 1754, obligándolos a desalojar el castillo de San Felipe. En el litoral Atlántico volvió a derrotar a los ingleses capturando cuatro buques (bergantines) y prosiguió hacia el norte pasando por la ciudad de Flores y de allí se dirigió hacia el oriente, desalojando de Fallabón al enemigo. Continuó con su misión y derrota a los ingleses que se encontraban en los ríos Nuevo y Hondo; la victoria final fue al tomar San Felipe Bacalar, en el hoy territorio mexicano de Quintana Roo. Años más tarde, en reconocimiento a esas brillantes acciones, el gobierno de Guatemala le dio su nombre “Ciudad Melchor de Mencos” al pueblo de Fallabón (del maya Payab-bon) llamado Firebone por los ingleses.

Por medio del Tratado de París de 1763, España concedió permiso a Inglaterra para el “corte de madera” en la Bahía de Honduras haciéndole ver a los ingleses que era sólo un permiso, puesto que ellos eran los legítimos propietarios. En el tratado no se menciona ningún lugar específico o un “establecimiento”, ni siquiera el nombre de Belice como territorio, sólo como referencia al río de ese nombre. En esa época, en el territorio de Belice había alrededor de 500 personas entre piratas - madereros ingleses y esclavos de origen africano. En 1778 las autoridades eclesiásticas verificaron el primer censo de la población en la Capitanía General de Guatemala por , el cual arrojó un total de 396, 149 habitantes incluyendo los de Belice.

De 1774 a 1783 el Capitán General de Guatemala, don Matías de Gálvez y el Gobernador de Yucatán, don Roberto Rivas Bethancourt, limpian de piratas ingleses el litoral Atlántico de Yucatán y Centro América. Don Matías de Gálvez se cubre de gloria por la toma del castillo de Omoa y la isla de Roatán.

Por el Tratado de Versalles en 1783, los españoles conceden otro permiso a los ingleses para que sigan cortando “palo de tinte” pero reservándose siempre el derecho de su soberanía. En ese tratado sí especificaron el área de la concesión: (4,804) Cuatro mil ochocientos cuatro kilómetros cuadrados, ubicados dentro del río Hondo por el norte y el río Belice por el sur. En 1785, los ingleses solicitaron una ampliación que abarcaba desde la boca del río Molinos 320 kilómetros hacia el interior, y de allí hacia el norte hasta el río Hondo. A los españoles les sorprendieron las pretensiones inglesas, porque ello significaría dejar aislada la península de Yucatán de la Capitanía General de Guatemala. Conviene mencionar que el Régimen de Intendencias fue implantado en la Capitanía General de Guatemala de 1785 a 1787, quedando la parte sur y central del territorio de Belice dentro de la Alcaldía Mayor de la Verapaz.

En el Tratado de Londres de 1786, España le amplía a Inglaterra en (1,884) Mil ochocientos ochenta y cuatro kilómetros cuadrados, el área de la concesión, haciéndola extensiva por el sur hasta el río Sibún. Los españoles le vuelven a repetir a los ingleses que no se trata de ninguna concesión de territorio ni renuncia de soberanía. Quiere decir que, los ingleses en 1786 sólo tenían permiso para corte de palo de tinte en una extensión de (6,688) seis mil seiscientos ochenta y ocho kilómetros cuadrados, ubicada entre el río Hondo por el norte, límite con la Provincia de Yucatán, y el río Sibún por el sur, límite con la Alcaldía Mayor de la Verapaz. Estos límites, que fueron claramente establecidos en los tratados de 1783 y 1786, son conocidos como los Límites Indelebles, porque no se podrán borrar jamás.

En el último tratado quedó estipulada la prohibición de construir fortalezas y la tenencia, por parte de los ingleses, de ninguna pieza de artillería; también se prohibía la formación de cualquier clase de gobierno, así fuese civil o militar. Al establecimiento y verificación de los límites fueron comisionados don Enrique Grimarest por parte de España y don Marcus Dispard por parte de Inglaterra. El 11 de agosto de 1787 levantaron y firmaron el acta después de concluido el amojonamiento, en el lugar de Halova del río Walix (como los ingleses llamaban al río Belice); acordándose que una vez por año, fuera una comisión mixta a recorrer el territorio para verificar el buen cumplimiento de los tratados.

En el establecimiento de Belice había muy pocos esclavos negros llevados de Jamaica por los piratas. Fueron los piratas ingleses los primeros cortadores de madera, ellos mismos cortaban el palo de tinte ya que no contaban con la mano de obra indígena. Los piratas establecieron los primeros campamentos madereros, entre el río Nuevo y el río Belice o río Walix y conforme avanzaban los ingleses hacia el interior, los mayas retrocedían a las serranías del centro y sur o a las densas selvas del noreste del territorio. Los “hombres de la bahía” (baymen), como se conoció a los piratas cuando se volvieron madereros, habían establecido un sistema para controlar la distribución de las tierras para el corte del palo de tinte y el establecimiento de campamentos de trabajo. Ese sistema fue llamado “Estatutos de Sitio” (LocationLaws) y establecía que, la primera persona en reclamar un lugar determinado para el corte y campamento de trabajo, siempre y cuando lo ocupara, tenía el derecho de “propiedad”. En 1787 los ingleses, aunque tenían prohibido por los españoles establecer un gobierno civil, eligieron a siete representantes para conformar un gobierno de los hombres de la bahía. Estos representantes-magistrados, para evitar que hubiera competencia en el control de la tierra, agregaron un requisito a los Estatutos de Sitio, en el cual, el solicitante debería ser dueño, por lo menos, de cuatro esclavos.

Los “Hombres de la Bahía” elaboraron un mapa que señalaba las concesiones españolas de 1783 y 1786. Dicho mapa fue conocido como “el mapa de Bayman”.

Don Juan Francisco Gual en 1789, presentó al gobierno español un informe de su visita anual al asentamiento inglés en el territorio de Belice. En dicho informe Gual cuanta que, en los asentamientos había más de 3200 personas de las cuales 650 eran inglesas, cerca de 2000 negros africanos en su mayoría esclavos y los demás habitantes eran mestizos. El asentamiento situado en la boca del río Belice, contaba con 2000 habitantes que vivían muy pobremente y en el Cayo Cacina sólo habían 13 familias y el resto de los habitantes vivía disperso en los campamentos madereros. Las aldeas mayas de la costa habían desaparecido, sólo quedaban unos cuantos caseríos y el comercio regional estaba paralizado por temor a ser capturados por los ingleses y ser vendidos en Jamaica como esclavos.

Los españoles no tenían ninguna relación comercial con los ingleses de los asentamientos. Las empresas mercantiles inglesas principiaron a invertir fuertemente en el corte y extracción de caoba que, en comparación al palo de tinte, requería de grandes extensiones de tierra, mucho capital y buen número de cortadores. El trabajo de identificar, cortar y sacar caoba de los bosques requería destreza y mucha fuerza, por ello, los ingleses llevaron a Belice esclavos de Africa Occidental, particularmente de Ghana, Malí y Sonjay; de esos lugares provienen

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