Cosas y Bienes

Cosas y Bienes

Los jurisconsultos romanos, definían a los bienes como cosas que son susceptibles de procurar al hombre una utilidad exclusiva y de llegar a ser objeto de un derecho de propiedad. Distinguían entre cosas y bienes, "cosas" era todo lo que existe y que puede ser de alguna utilidad o ayuda al hombre, por "bienes" se entendía cosas que forman parte del patrimonio.

Las cosas no tienen interés sino en razón de los derechos de que pueden ser objeto, es decir, de la utilidad económica, del valor que representan para su titular, susceptible de una estimación pecuniaria.

Algunos autores señalan que cosas son sólo las entidades materiales, y los bienes serían las cosas útiles al hombre y susceptibles de apropiación por éste.

Otros autores señalan que cosas son las entidades materiales pero también todo aquello que se percibe con la inteligencia, esto es, entidades inmateriales, como los inventos o las ideas; y bienes serían cosas materiales o inmateriales susceptibles de prestar utilidad al hombre y ser objeto de derechos, es decir, susceptibles de apropiación.

Por utilidad se entiende la aptitud de una cosa para satisfacer una necesidad de un individuo, un interés cualquiera sea económico o no, susceptibles de proporcionar un beneficio moral o económico, pero las cosas para ser bienes no sólo deben ser útiles al hombre sino también susceptibles de apropiación (de caer bajo el dominio o poder del hombre), por esto último no pueden constituir objeto de relaciones jurídicas las cosas comunes a todos los hombres, como el aire, la alta mar y los astros.

Los bienes serían entonces todas las cosas útiles y apropiables (las que pueden ser objeto de derechos).

Nuestro Código Civil, no define a los bienes, como el Código Civil Italiano que los define como "las cosas que pueden constituir objeto de derechos", el Código Civil Venezolano modificado en 1982 señala que "las cosas que pueden ser objeto de propiedad pública o privada son bienes muebles o inmuebles" (art.525) y el Código Civil Boliviano de 1975 señala que "son bienes las cosas materiales e inmateriales que pueden ser objeto de derecho".

Don Andrés Bello se limitó a decir que los bienes consisten en cosas corporales e incorporales (art.565) y además identificó a las cosas incorporales con los derechos reales y personales (inciso final del mismo art.).

Hay derechos que recaen directamente sobre las cosas y que por lo mismo se llaman reales, y si la cosa sobre la cual versa el derecho es inmaterial, el derecho se califica de intelectual, el objeto de los derechos personales jamás son cosas, sino hechos, abstenciones, servicios, prestaciones, etc.

Para el profesor don Luis Claro Solar, las cosas llegan a ser bienes no por la utilidad que puedan proporcionar al hombre sino cuando son apropiadas (el aire no sería un bien en este sentido porque no es susceptible de ser apropiado), podría decirse que los verdaderos bienes no son cosas materiales sino los derechos que podemos tener en ellos.

Los tratadistas observan que la palabra "bien" ha debido en su origen designar sólo las cosas del mundo físico, pero los progresos de la ciencia jurídica les han dado un alcance mucho más amplio en que se comprende todo lo que es un elemento de fortuna o riqueza susceptible de apropiación en provecho de una colectividad o de un individuo, los bienes así entendidos no son más que el activo del patrimonio (tierras, edificios, muebles, descubrimientos, obras, nombres comerciales, marcas de fábrica, créditos, derechos reales), y como las cosas del mundo físico no son bienes sino por la utilidad económica que resulta de los derechos que en ellos adquieren las personas, son estos bienes incorporales los que esencialmente entran al patrimonio.

Don Victorio Pescio dice que es cosa "todo lo que existe y ocupa un

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