El humo como espejo del alma.

¿Sabías que el tabaquismo sigue siendo actualmente la primera causa evitable de morbi-mortalidad en el mundo?

El tabaco se incluye dentro de un grupo de sustancias que son capaces de producir relajación y placer al consumidor El tabaco lo conocemos como una droga institucionalizada en la mayoría de los países.

Las industrias tabacaleras mejoran sus estrategias de mercadeo constantemente, esto hace bastante común su consumo. Su carácter adictivo y la facilidad con la que se puede obtener hacen muy frecuente su consumo en jóvenes adultos de la sociedad actual.

La nicotina puede ocasionar dependencia y síndrome de abstinencia cuando se deja de consumir.

Y más recientemente se ha encontrado en varios estudios que el habito de fumar y trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad están vinculados.

Entre las estructuras que son de nuestro interés esta la depresión que es un trastorno mental que frecuentemente se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.

Este trastorno deteriora la calidad de vida de quien la padece a tal punto de llegar al suicidio.

Este fenómeno se presenta con mas frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes

Los pacientes con depresión presentan niveles de discapacidad por arriba del promedio registrado en pacientes con otras enfermedades crónicas, tales como hipertensión, diabetes, artritis y dolor de espalda. La depresión y los sentimientos de desesperanza se han asociado con enfermedades como el cáncer, incluso después de ajustes estadísticos para el hábito de fumar. De igual manera, se ha reportado una importante asociación entre la depresión y las enfermedades cardiacas

En la década de los noventa se publican estudios que mostraban claramente la relación entre el tabaquismo y depresión. Hoy en día las investigaciones sobre la relación entre tabaquismo y depresión buscan determinar si el consumo de tabaco facilita la aparición de síntomas depresivos.

Ciertos investigadores observaron que los fumadores con dependencia al tabaco presentaban tazas mas altas de depresión que aquellos que no consumían tabaco. Tambien se hallo que las personas con antecedentes de depresión son mas propensas a consumir tabaco en la adolescencia.

Uno de los hallazgos mas importantes y que genera mas preocupación es que hay una relación en ambos sentidos, es decir, se influencian mutuamente. La depresión como factor de riesgo para comenzar a fumar, y fumar como factor de riesgo para comenzar a sufrir de depresión. Según estudios es cuatro veces mayor el riesgo de padecer depresión para los fumadores que para los no fumadores. Varias investigaciones y varios autores han encontrado que el habito de fumar es un factor de riesgo para desarrollar depresión.

En el caso de la ansiedad, Freud la conceptualizó como señal de peligro destacando que consistía en una reacción emocional que servía para señalar el peligro en una situación.

Según la clasificación internacional de enfermedades los síntomas son preocupación excesiva por calamidades, sentirse al límite y estar constantemente nervioso.

En lo que atañe a los trastornos de ansiedad, distintos estudios muestran consistentemente una clara relación entre su prevalencia y el consumo de tabaco. Una nueva línea de investigación está surgiendo para conocer si el consumo de tabaco previo puede incrementar los trastornos de ansiedad o si, por el contrario, padecer un trastorno de ansiedad lleva a incrementar el consumo de tabaco o a comenzar a fumar.

Así, fumando la persona restablece el nivel que para ella es normal de nicotina, pero al mismo tiempo se va estableciendo el proceso de dependencia de la nicotina y una modulación de su ansiedad, estado de ánimo, etc., dependiendo de la disponibilidad o no de nicotina en su organismo; convirtiéndose de esta manera la nicotina en un potente reforzador para el funcionamiento cotidiano del individuo.

Finalmente, desconocemos la relación causal que se establece entre estos dos fenómenos, fundamentalmente por la existencia de un conocimiento aún incompleto sobre las bases de los trastornos depresivos y ansiosos y de la adicción al tabaco, así como por la diversidad de factores involucrados que pueden actuar de mediadores y que presumiblemente oscilan entre el campo de la genética y el terreno del comportamiento social muestran consistentemente una clara relación entre su prevalencia y el consumo de tabaco.

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