Evaluacion Del Docente
11 de Enero de 2014
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PROCEDIMIENTOS Y ESTRATEGIAS DE LA EVALUACIÓN DE LA DOCENCIA
Todos los procedimientos y estrategias de recogida de información que ofrece la metodología evaluativa son aceptables, Mateo et al. (1996) coinciden en que los más utilizados e idóneos son los cuestionarios, entrevistas, observación e informes de autoevaluación. Tejedor (1996) reconoce que el criterio de referencia de los alumnos no debe de ser el único, pero es el más utilizado. Al existir numerosas aportaciones sobre cuáles son los agentes de evaluación del profesor, al igual que García y Congosto (2000), consideramos como principales agentes a los alumnos, colegas y al propio profesor. Las evaluaciones por los alumnos son las que más frecuentemente se han utilizado y siguen utilizándose en evaluación universitaria. Desde la perspectiva del aprendizaje del alumno es como mejor se valora la docencia recibida. El alumno distingue con facilidad una buena o mala actuación docente de un profesor.
Wikberg (1990), Tejedor (1996), García y Congosto (2000) afirman que algunos docentes, se resisten a ser evaluados por estos agentes, argumentando que la influencia subjetiva de las decisiones de los alumnos influyen negativamente en los resultados de las evaluaciones. Aunque es aconsejable el uso combinado de evaluación por otras fuentes (autoevaluación, compañeros) y otras técnicas (observación, análisis de materiales, ...), la verdad es que seguimos utilizando los cuestionarios. En ellos, se pide a los alumnos que valoren al profesor en aquellos rasgos que se consideran relevantes para la enseñanza y desempeño de la actividad docente.
¿Cuáles son estos rasgos?
Los estudios realizados por Trent y Cohen (1973) establecen como factores principales los siguientes:
- Claridad de organización, interpretación y explicación.
- Fomento de la discusión en clase y presentación de diversos puntos de vista.
- Estimulación de intereses y motivación de los estudiantes.
- Atención e interés por los alumnos.
- Manifestación de entusiasmo.
Otros estudios han obtenido las diferentes dimensiones mediante análisis factorial de las puntuaciones en un determinado cuestionario. Para Doyle (1975), Linn et al., (1975), Whitely y Doyle (1976), Abbott y Perkins (1978) y Marsh (1982, 1984) algunas dimensiones son más consistentes que otras, pero en general se pueden considerar dos núcleos fundamentales:
• A.- competencia y destrezas docentes, que incluyen las siguientes dimensiones:
o Estructura, organización de los contenidos y coherencia y claridad de la exposición.
o Destrezas docentes del profesor y Relevancia de los contenidos.
• B.- actitud del profesor, incluyendo:
o Actitudes del profesor hacia el alumno individual y hacia el grupo.
o Estimulación del alumno.
o Dificultad, exigencia y justicia en la evaluación del rendimiento.
Las investigaciones de Overall y Marsh (1977) y Marsh y Overall (1980), obtienen los siguientes factores:
• Entusiasmo-preocupación por la tarea docente.
• Amplitud de tratamiento de los temas presentados.
• Organización de la tarea.
• Interacción con los alumnos.
• Valoración del aprendizaje por parte del alumno.
• Adecuación de la evaluación al desarrollo de la clase.
• Trabajo-dificultad que ha supuesto lograr los objetivos de la materia.
Abalde, Barca, Salvador, González y Muñoz (1995) consideran las siguientes dimensiones:
• Relación-interacción con los estudiantes.
• Metodología didáctica.
• Evaluación.
Mateo y otros (1995) y Escudero (1996) citando a Scriven (1988 y 1994) señalan que los instrumentos para proceder a la evaluación del profesorado obedece a la necesidad de evaluar una serie de competencias, destrezas, actitudes...
• Conocimiento de la materia.
• Competencias instruccionales.
• Competencias de evaluación.
• Profesionalidad.
• Otros deberes con el centro y la comunidad.
Citando a Schalock el al. (1993), que ofrece una visión distinta, centran la evaluación docente en la efectividad y la productividad:
• Conocimiento docente.
• Destrezas docentes.
• Competencia docente.
• Efectividad docente.
• Productividad docente.
• Profesionalidad docente.
Estudios actuales no se centran en analizar cuáles son esos rasgos, competencias, destrezas... que debe tener el profesorado sino que, la función docente es una de las dimensiones en las que debe ser evaluado. En este sentido Mateo, Escudero, de Miguel, Ginés y Rodríguez (1996), agrupan los contenidos evaluables de la función docente en tres grandes áreas: docencia, profesionalidad y servicios a la comunidad. En opinión de Tejedor (1996), el modelo global de evaluación del profesorado tendrá que estar relacionado con las siguientes fuentes de recogida de información:
• Evaluación de la actividad instructiva: opinión de los alumnos, autoinforme del profesor.
• Evaluación de la actividad investigadora.
• Evaluación de la actividad departamental.
• Evaluación complementaria de la actividad relacionada con la prestación de servicios a la comunidad.
• Evaluación de las condiciones de trabajo del profesor.
EVALUACION A UN DOCENTE
El tema de la Evaluación Docente, planteado en la Ley de la Carrera Docente como un proceso que contribuirá a la calidad y a la profesionalización docente, está cobrando importancia en las conversaciones y debates educativos.
Tantos directores de establecimientos, como también los alumnos y las mismas familias de éstos, aunque sea con mecanismos no formales, están evaluando el comportamiento pedagógico de los docentes. Sin embargo, los criterios y perspectivas con que se evalúa y desde los que se evalúa, difieren mucho unos de otros. En lo que sí parece darse una constante, es que cada vez que se propone hacer una evaluación con carácter sistemático, los docentes la consideran como una amenaza.
El tema de la evaluación docente parece estar ligado a los avances y desarrollos educativos de las recientes reformas que se están dando en la región y que están más centradas en la calidad que en la cobertura como muestran los estudios realizados sobre los avances logrados en lo educativo (Schiefelbein, 1995).
Se establecen unos dominios, baremables y objetivables, que han de poseer los docentes, que engloban todo el proceso de enseñanza-aprendizaje y que se distribuyen en cuatro sectores (ver imagen inferior).
Los cuatro sectores incluyen prácticamente todas las habilidades docentes para ejercer con éxito dicha función:
Preparación de las clases
Creación de un ambiente propicio para el aprendizaje de los alumnos
Sistema de docencia que permita un aprendizaje de todos los alumnos a su cargo
Responsabilidades profesionales
Un sistema que englobaría todas las capacidades y habilidades exigibles a cualquier docente, baremables (más o menos objetivamente) y comparables entre los diferentes docentes (con las adaptaciones en función de zonas geográficas, grupos y cualquier otro parámetro que tenga que ser ponderado).
Si entramos un poco más a fondo en dichos sectores, nos encontramos con lo siguiente:
Un desglose de cada una de las habilidades básicas en diferentes criterios más específicos los cuales serían (ver imagen superior):
Preparación de la enseñanza
Domina los contenidos de las disciplinas que enseña y el marco curricular nacional
Conoce las características, conocimientos y experiencias de sus estudiantes
Domina la didáctica de las disciplinas que enseña
Organiza los objetivos y contenidos de manera coherente con el marco curricular y las particularidades de sus alumnos
Las estrategias de evaluación son coherentes con los objetivos de aprendizaje, la disciplina, el marco curricular nacional y permite demostrar a todos los alumnos lo aprendido
Creación de un ambiente propicio para el aprendizaje
Establece un clima de relaciones de aceptación, equidad, confianza, solidaridad y respeto
Manifiesta altas expectativas sobre las posibilidades de aprendizaje y desarrollo de todos sus alumnos
Establece y mantiene formas consistentes de convivencia en el aula
Establece un ambiente organizado de trabajo y dispone los espacios y recursos en función de los aprendizajes
Enseñanza para el aprendizaje de todos los estudiantes
Comunica en forma clara y precisa los objetivos del aprendizaje
Las estrategias de enseñanza son desafiantes, coherentes y significativas para los estudiantes
El contenido de la clase es tratado con rigurosidad conceptual y es comprensible para los estudiantes
Optimiza el tiempo disponible para la enseñanza
Promueve el desarrollo del pensamiento
Evalúa y monitorea el proceso de comprensión y ampliación de los contenidos por parte de los estudiantes
Responsabilidades profesionales
El profesor reflexiona sistemáticamente sobre su práctica
Construye relaciones profesionales y de equipo con sus colegas
Asume responsabilidades en la orientación de
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