Filosofía Y Epistemología

Desde el principio de la educación ha surgido la incógnita sobre cuál es el objetivo que esta persigue, sin embargo, conforme el constante desarrollo y evolución de la sociedad y las generaciones este objetivo ha tenido que ir cambiando y adaptarse a estas nuevas formas de vivir de los seres humanos.

Ahora en pleno siglo XXI sigue siendo un verdadero enigma cuál es el objetivo que se persigue con la educación, este objetivo se ha ido distorsionando debido a la evolución que se ha dado en la sociedad. En este momento la educación ha empezado a perder la importancia que hasta hace algunos siglos todavía se le daba.

Con esta evolución que se ha dado en la sociedad, se ha ido dejando de lado en el ámbito educativo el hecho de transmitir a los alumnos valores sociales que les ayudaran a tener una vida plena dentro de su vida con la comunidad y la sociedad que los rodea; se ha enfocado la educación a la adquisición de conocimientos cognitivos y de las diferentes ciencias, sin darle un sentido que ayude a los estudiantes a obtener aprendizajes significativos.

Para dar una explicación sobre este tema, debemos empezar por los conceptos básicos, es decir, comenzaremos por describir que es educación desde los diferentes puntos de vista existentes hasta ahora, estudiaremos el comienzo de la educación y como ha variado su aplicación a lo largo de los años. La aplicación de la educación ha surgido desde el principio de los tiempos, aunque para nuestros antepasados era solo transmisión de cultura, tradición y formas de vida, ha esto también se le debe considerar educación; en ese entonces el único objetivo que perseguía era el hecho de que no se perdieran la identidad cultural que caracterizaba a cada pueblo o nación.

Son diversos lo objetivos que en este tiempo persigue la educación, todo depende del contexto, del desarrollo existente en el ambiente socio – cultural, una vez identificado el ambiente socio – cultural en el que se desenvuelven los alumnos entonces se podrán generar los objetivos que se persiguen con la educación en este contexto en particular.

Se observara también que la educación es una noción que implica necesariamente un punto de vista “meta” (reflexión crítica), mientras que la pedagogía se interesa más particularmente por las condiciones óptimas, racionalizadas, de transmisión de saberes, de los “saber – hacer” y aun de los “saber – ser” y que las didácticas se interesan más en las condiciones de transmisión de los saberes, de los “saber – hacer” al interior de una disciplina científica dada.

Partiendo del punto de anterior podemos hacer un análisis de que la educación debe siempre perseguir un objetivo, no puede irse a la deriva sin tener una meta a donde llegar; existen deferentes ciencias de las cuales el docente se puede apoyar para fijar la meta a la cual desea llegar con sus estudiantes.

Ahora bien, los objetivos que se persigan deben estar ligados íntimamente con las necesidades de los estudiantes y de la sociedad donde estos se desarrollan, de lo contario la meta u objetivo perseguido será difícil de alcanzar debido a que no despertara el interés de los estudiantes por trabajar duro para logarlo.

Enfoquémonos específicamente a la educación en México, esta ha variado mucho desde su surgimiento hasta ahora; este cambio de objetivos se debe a las diferentes etapas de desarrollo social, económico y cultural que nuestro país ha sufrido; este cambio se debe en parte al desarrollo que se ha dado en otros países y a los cuales México ha tenido que irse adaptando. Principalmente es en el ámbito educativo donde se ha buscado una mayor evolución, esto siempre con base en puntos de vista de diferentes investigadores y científicos.

Este objetivo de la educación en México se ha enfocado principalmente en formar niños y jóvenes que se encuentre preparados para convivir y crear el desarrollo de su país, que se interesen por el crecimiento en materia de educación, ciencia y tecnología; para así lograr alcanzar desarrollo que el país necesita. Pero además se ha preocupado por formar personas, que sean capaces de sentir, y que sea este mismo sentir el que los lleve hacia su formación como profesionales que en un futuro se encargaran de formar a las nuevas generaciones.

La educación es la base del progreso de las naciones y del bienestar de los pueblos. En México, tenemos una larga tradición de aprecio por la educación. La altísima prioridad que los mexicanos le damos a la educación se plasma en artículo tercero constitucional que establece como obligación del Estado promover una educación laica, gratuita, participativa, orientada a la formación de ciudadanos libres, responsables, creativos y respetuosos de la diversidad cultural. Una educación que impulse el desarrollo digno de la persona, que pueda desenvolver sus potencialidades, que le permita reconocer y defender sus derechos, así como cumplir con sus responsabilidades. Un país democrático no puede admitir la falta de equidad, y menos en la educación que es el medio por excelencia para promover la igualdad.

La escuela no es la única instancia educadora ni los logros educativos son únicamente su responsabilidad. Para mejorar el rendimiento escolar de los alumnos, resulta decisiva la familia, apoyando y estimulando, transmitiendo valores y hábitos. Por eso, impulsaremos también su participación.

El México del nuevo milenio demanda que el sector educativo nacional forme a sus futuros ciudadanos como personas, como seres humanos conscientes, libres, irremplazables, con identidad, razón y dignidad, con derechos y deberes, creadores de valores y de ideales. En la escuela, los alumnos han encontrado las condiciones adecuadas para el desarrollo pleno de sus capacidades y potencialidades; de su razón y de su sensibilidad artística, de su cuerpo y de su mente; de su formación valoral y social; de su conciencia ciudadana y ecológica.

Ahí deben aprender a ejercer tanto su libertad como su responsabilidad; a ejercer con libertad y responsabilidad su sexualidad; a convivir y a relacionarse con los demás; a sentirse parte esencial de su comunidad y de su país; a cuidar y enriquecer el patrimonio nacional, histórico y cultural; a sentirse contemporáneos y contribuidores y continuadores de quienes han contribuido a crear al México

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