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Gramsci

chaeszeeaTutorial6 de Septiembre de 2012

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G R A M S C I

Nace Gramsci en Ales, Cerdeña, el 22 de enero de 1891, en un mundo salvaje, cruel y brutal, donde los hombres mandan con puño de hierro en sus hogares y las madres enseñan a sus hijos el ethos de la violencia. Esta es una sociedad donde "debilidad significa destrucción". Su primera infancia, según nos cuenta su biógrafo, fue el aprendizaje del cristianismo y la violencia. Sus padres provenían de familias terratenientes de la pequeña burguesía. La madre de Antonio es sarda, pero habla italiano y sabe leer. En una sociedad ignorante como la de Cerdeña, saber leer y ser ávida lectora de la literatura italiana, como es su caso, constituye una excepción, y para Antonio una influencia perenne y admirada.

No sucede así respecto de su padre, a quien lo rechaza por sus valores y culpa de sus males: Primero por la apatía respecto de la salud física del joven y las consecuencias que ésta tuvo para él; en segundo lugar, por su mentalidad pequeño-burguesa: Su padre es un funcionario del gobierno que, por algún problema legal, es encarcelado durante algunos años, hecho que afecta mucho al joven, tanto económica como moralmente. El accidente que sufre Antonio de niño, el daño - en la columna vertebral- que se agrava por el descuido y la ignorancia, así como la pobreza provocada por el encarcelamiento de su padre, son las circunstancias que tal vez dan razón del carácter retraído que lo caracterizó y de su afición al estudio. Sus Cartas desde la prisión, están llenas de referencias a estas calamidades de su vida temprana. Estas cartas evidencian sus ideas acerca de los pobres. No cree en su nobleza, los visualiza como crueles y vengativos; esto es debido a que sufrió un enfrentamiento con la sociedad sarda, insensible al sufrimiento físico, intolerante respecto de lo anormal e intransigente frente a la pérdida del estatus económico. Sin embargo, la simpatía de Gramsci está siempre con los que sufren, si hemos de creer el testimonio de sus Cartas.

La solución de la miseria de los sardos se convierte en una preocupación central. En un principio, sostiene que la superación de estas condiciones históricas depende de los hombres mismos; piensa que las circunstancias ingratas pueden ser superadas, a través del análisis de las situaciones políticas y del esfuerzo voluntario de la élite de hombres que se atreven a cambiar lo que existe: Los intelectuales que educan a la masa.

La Educación Italiana (1911-1918)

En 1911 el joven sardo parte a Italia para continuar su educación formal. Rápidamente aprende que los hombres pueden vivir sin el auxilio de la religión, sea ésta la revelada o de cualquier otro tipo. Sus maestros en Italia, aunque con tendencias distintas, son ardientes moralistas que predican la doctrina de que los hombres son responsables de sus actos y constructores de sus destinos. Su admiración por los maestros lo inclina al magisterio: sin embargo, reacciona frente a las soluciones idealistas de estos primeros maestros italianos y se decide por el socialismo militante, como arma para modificar el mundo. Y así, cuando termina su vida de estudiante, se inicia su verdadera vocación: La de revolucionario profesional.

En un artículo de junio de 1916: Socialismo y Cultura, Gramsci expresa ya una de sus líneas educativas más iluminadoras: El papel del autoconocimiento. Apunta el escritor que éste es el problema supremo de la cultura. Piensa que esta última no puede ser entendida como un conocimiento enciclopédico. Los hombres -dice- no deben verse como "receptáculos de datos", pensando que los que poseen más información son superiores a los más desprovistos de ella. La cultura es algo totalmente distinto, es organización y disciplina del yo interior que surge de la autoreflexión; y así dice: "Es la posesión paulatina de la propia personalidad que permite la autopercepción de nuestro valor histórico, nuestra función en la vida, nuestros derechos y nuestros deberes."Vemos que su concepción de la cultura, aquí esbozada, se relaciona directamente con su concepción política socialista: El autoconocimiento que resulta de la propia contemplación conduce a las demandas por la igualdad política de derechos.

Para Gramsci el hombre es, "sobre todo, mente, creación histórica y no naturaleza". Obtiene la percepción de su propia naturaleza, gradualmente, a través de la historia, como resultado de una "reflexión inteligente". Primero en la mente de algunos hombres, luego por toda una clase social; así se comprenden las razones de lo existente y la mejor forma de cambiarlo.

A partir de esta época comienza a formular ya, a través de artículos periodísticos la idea de una Nueva Educación para las Masas. Esta es la concepción de una educación simple, humana, adecuada a las clases populares; es decir, un tipo de conocimiento que se desprenda de las necesidades, de los deseos, de los derechos y los deberes de la gente a la cual va dirigida. Así, el filósofo sardo afirma:

"La historia de la educación muestra que todas las clases que han buscado la toma del poder se han preparado para el poder, a través de su educación autónoma. El primer paso para emanciparse a sí mismo de la esclavitud política y social, es el de liberar la mente. Yo propongo esta nueva idea: La escuela popular debe ser puesta bajo el control de las uniones obreras. El problema de la educación es el problema de clase más importante."

Estas ideas lo llevan a la fundación del Club de Vida Moral, mismo que conforma la primera organización educativa para los jóvenes socialistas constituida por Gramsci. Las finalidades buscadas por esta institución son las siguientes: "A través de éste (club) nos proponemos acostumbrar a los jóvenes, en el movimiento socialista, a una discusión desapasionada acerca de los problemas éticos y sociales. Queremos que aprendan a investigar, a leer metódicamente y disciplinadamente que expongan sus convicciones en forma simple y ecuánime.".

Este club es el antecedente de los "Consejos de Fábrica", en cuanto a su función educativa; asimismo del Partido Comunista, una vez que Gramsci se integra a la praxis política con los obreros. Sólo entonces podrá descubrir el valor de su teoría ya en la aplicación práctica. Sin embargo, aun antes de su aprendizaje a través de la praxis concreta, siempre hay en él una crítica a toda educación que surge "desde arriba", es decir, que proviene de un elitismo improductivo de los intelectuales que se han separado de la masa.

El papel de los intelectuales dentro de la sociedad es uno de los temas recurrentes en sus escritos. Esto podemos entenderlo en función de su propio desarrollo intelectual, a partir de su infancia en Cerdeña y de su educación italiana que le permite la superación de la mentalidad atrasada de un provinciano; unido esto a su preocupación por las clases desheredadas, lo lleva a investigar acerca del papel del intelectual en tanto que reformador social. Esta idea desemboca en la problemática relativa a los nexos entre la teoría y la práctica. Se trata, por una parte, de superar el elitismo de los intelectuales para que su lenguaje sea el mismo lenguaje que usa la masa, y por otro lado, que expresen la problemática de las masas y- en cierto sentido- propongan una solución viable a los problemas que los aquejan.

Vemos que Gramsci es un estudioso constante de los escritores de su tiempo. Entre las influencias más fuertes que tiene se encuentra la de Benedetto Croce, el filósofo italiano más importante de la primera mitad de este siglo; de este pensador, Gramsci tiene la visión "historicista" de la filosofía. También Romain Rolland y Péguy son autores muy leídos por él. Estos últimos tienen en común el hecho de dirigir sus energías a cambiar el mundo a través de un "voluntarismo" y de un grupo escogido de hombres: Los intelectuales, quienes a través de su entusiasmo y por la fuerza de las ideas cumplen el compromiso que adquieren por el hecho de ser precisamente intelectuales; el deber de guiar a la humanidad por la ruta del progreso. Tanto Rollan como Péguy estaban empeñados en criticar a los intelectuales que no cumplían con ese compromiso. Estas ideas son la expresión del pensamiento característico del inicio del siglo XX, al cual Gramsci se adhirió.

Por último, la influencia de Marx es decisiva para la formación intelectual de nuestro filósofo. La lectura de las tesis de Marx, en su Crítica a Feverbach, harán progresar a Gramsci, del idealismo inicial, a la problemática materialista. Los comentarios de Gentile y Labriola, este último el teórico marxista más importante de la época, inician a Gramsci en la Filosofía de la Praxis. En un marxismo humanista, en el cual se sostiene la idea de que los hombres hacen su propio destino y son los responsables de sus acciones.

El Filósofo de la Praxis (1918-1926)

A partir de 1918 se inicia en Gramsci el proceso de rehacerse a sí mismo a través de lo que los marxistas llaman la Praxis. Constituye esta etapa el abandono total de la vida "contemplativa" de estudiante de humanidades, a favor de la vida activa de militante político.

Con este bagaje intelectual, Gramsci se lanza a fondo en el experimento -ahora tan conocido- de los Consejos de las Fábricas. Serán los obreros mismos, a través de la toma de sus propias decisiones en el Consejo, como obtengan la conciencia de su propio valor y la habilidad para controlar su destino; surgirá así, a juicio de Gramsci, el sentimiento de interdependencia que, como los demás, no puede ser obtenido de otra forma. Este sistema de democracia obrera es la fuerza educativa decisiva para la transformación

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