Filosofía De La Praxis En Gramsci

FILOSOFÍA DE LA PRAXIS EN GRAMSCI

Nacido en una de las regiones más pobres de Italia, Antonio Gramsci, considerado como el más grande teórico marxista europeo después de Lenin, con quien comparte una relación al considerar el “sentido histórico especifico, el sentido de la concreción del proceso, de la importancia del sujeto histórico, del partido, de la conciencia de clase, de la iniciativa política y de la teoría revolucionaria” (Gruppi, 1978: 90) ha manifestado en sus estudios, publicaciones e indagaciones un enfoque que abarca no sólo el desarrollo sino la teoría del marxismo en su conjunto y una nueva forma de leer y aplicar el marxismo, pero un marxismo alejado de su concepción ortodoxa (idealista) y más bien encaminado a la materialización del acto social, colocándolo así como una visión crítica de análisis y aplicabilidad.

Iniciándose en el periodismo, criticando fundamentos sociológicos de la cultura italiana y manteniendo a lo largo de toda su vida y bajo diferentes circunstancias una constante actividad política y social, Gramsci se enfocó en la búsqueda de soluciones a la problemática social italiana de ese entonces (lucha contra el fascismo), tomando inicialmente y como referencia a Benedetto Croce (a quién después refutaría en algunos aspectos) de quien retomaría sus estudios específicos de la cultura italiana, su crítica hacia el positivismo imperante y su actividad filosófica.

Es así como alejándose el materialismo filosófico tradicional y manifestándose a favor de un enfoque o instrumento ideológico, la “filosofía de la praxis”, representa en Gramsci un medio para que las masas ( clases dominadas o subordinadas) tengan más control de sus vidas, es decir, por encima de los mecanismos de dominación cultural, ideológica, política, económica e incluso histórica que los grupos dominantes han ejercido sobre éstas sirviéndose de medios ( escuela, religión, servicio militar, periódicos, etc. ) que sólo reproducen ideas y concepciones propias de las clases dominantes.

En palabras de Gruppi, Gramsci usó “el término de la filosofía de la praxis en vez de marxismo … o materialismo histórico …” (ibid. :97) no sólo por prudencia conspirativa sino porque para él el marxismo suponía una concepción que instituía la praxis revolucionaria (transformadora) siendo precisamente aquí donde se verificaría su validez; entre tanto, dicha praxis social implicaría un aprendizaje y una elaboración de la cultura, pero no de una cultura de masas.

Es precisamente la concepción que bajo Gramsci,se maneja de Filosofía de la praxis, la que se abordará a lo largo de esta trabajo, sin otro motivo que el de rescatar los postulados principales de éste controvertido pensador italiano.

La actitud polémica con que se presenta la filosofía de la praxis en Gramsci, es de una antítesis de la filosofía dogmática, es decir, no tendería a mantener a los simples en su filosofía común, sino que buscaría un bloque que hiciera posible el avance intelectual no sólo para los intelectuales sino para los populares, manifestándose en contra de las ideas filosóficas a favor del control y poder.

Los intelectuales en este caso, son para Gramsci, todos y no sólo los hombres de letras o grandes filósofos, más bien es que no todos tenemos la función de serlo (Betances; 1986), siendo ésta (función) la que se adquiere en el tejido social y por tanto, su concepción ampliada de éstos da paso a una distinción entre los hombres por la actividad que desempeñan en un sistema de relaciones sociales .

Dicha concepción ampliada de la filosofía en Gramsci, da cabida para concebirla no sólo como una actividad de la alta cultura, sino como una concepción general de la vida y por tanto del mundo; es decir, Gramsci se manifiesta a favor de una filosofía integral que deviene de un ejercicio dialéctico entre cultura popular y alta cultura, lo cual abriría el camino para una progreso intelectual de la masa y no sólo limitada a los intelectuales en el sentido común que de éstos se tiene.

En los estudios de Gramsci, ligados a las concepciones de Marx y por tanto de Hegel, se reflejan cambios y modificaciones; en lo que respecta a la filosofía de la praxis, lo que se modifica es precisamente este contacto entre intelectuales y gente sencilla en la búsqueda de un avance no sólo intelectual sino moral y de concepción, es pues, como si se persiguiera una homogeneidad dentro de los colectivos

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