ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Grupos Autogestivos


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2014  •  4.621 Palabras (19 Páginas)  •  256 Visitas

Página 1 de 19

Francisco Mata RosasFragmento de la conferencia impartida por el

MTRO. JOSÉ ANTONIO MAC GREGOR CAMPUZANO

“Políticas Culturales y Formación de Promotores y Gestores Culturales para el Desarrollo Cultural Autogestivo”.

LA PROMOCIÓN BANCARIA.

En las sociedades actuales, caracterizadas, entre otras cosas, por integrar a individuos socialmente diferenciados, el manejo de conceptos como “cultura”, “promoción cultural” o “desarrollo cultural” suele ir cargado de una serie de prejuicios sociales que mucho han influido para distorsionar la realidad histórica que vivimos en estos momentos.

Por ejemplo, cuántas veces no hemos escuchado a personas que afirman con verdadera convicción que “el pueblo es inculto y mientras siga así jamás podrá aspirar a mejorar sus condiciones de vida” o bien, otros que suponen que “el pueblo es ignorante” o más aún, que “el pueblo es apático por naturaleza”.

De ahí la obvia solución que plantean como alternativa para superar la “incultura generalizada”: “llevar cultura al pueblo”; eso sí, “la verdadera cultura”. Así, los “redentores culturales”, se lanzan a organizarles conciertos, festivales, exposiciones, recitales, cursos de bellas artes, cine-clubes, obras de teatro, danza, y todo tipo de espectáculos que “sí contengan cultura”.

El objetivo de esa acción es difundir la cultura seleccionada por esta élite, para que el público asistente pueda enriquecer su “cultura general”.

De acuerdo a esta concepción, se deben sustituir todas aquellas manifestaciones de la cultura popular, por las formas y creaciones más elevadas del espíritu humano, que por supuesto, no pueden surgir de un pueblo inculto, sino de los genios, generalmente extranjeros, que sí son capaces de producir arte y cultura, que para nuestros cultos promotores es lo mismo.

Cuando llegan a aceptar el valor intrínseco de alguna manifestación artística popular, se avocan a la tarea de “volverla bonita”, digna y agradable, “para que la gente no se aburra”; de esta manera le cambian los instrumentos a las canciones populares y las ajustan a los 3:30 minutos “que debe durar una canción”, modifican el vestuario en las danzas ”para que luzca más el bailable”, cambian los versos de la poesía “para que rime” y transforman los diseños de las artesanías “para que le guste a la gente y compre”.

Esos prejuicios y concepciones que oponen lo culto y lo inculto, reproducen la contradicción que, a nivel nacional e internacional, genera la relación entre dominadores y dominados, entre opresores y oprimidos y la que se produce entre un polo de la sociedad “culto, estudiado y activo” y el otro polo, más generalizado, de “incultos, ignorantes, apáticos y pasivos”.

Del selecto y limitado sector social que posee la cultura, surgirán todas aquellas acciones que tiendan a “elevar el nivel cultural de las masas, ya que ellas no pueden hacerlo por sí mismas”.

En esta forma su acción como extensionistas culturales implica la acción de llevar, transferir, entregar, donar, y depositar algo en alguien…depositar cultura en los incultos que, para una eficiencia mayor de la doble acción de los “iluminados culturales”, deben recibir pasivamente como dóciles depositarios de la cultura.

La naturaleza de este tipo de acciones culturales, hechas desde arriba para los de abajo, la denominamos (a la manera de Paulo Freire con respecto a la educación tradicional) “promoción bancaria” caracterizada por el depósito o extensión de cultura que hace un “promotor bancario” en un comunidad determinada.

Ya se señalaron las premisas teóricas sobre las que parte dicha promoción: el pueblo es inculto, ignorante y pasivo, por lo que el promotor deberá programar, organizar, decidir y diseñar los contenidos culturales que integrarán su acción, estableciendo un nivel superior o directivo, en el que él se encuentra y un nivel inferior o receptivo, en el que se halla la comunidad.

Arriba se planea, no sólo los contenidos programáticos, sino qué se va hacer, cómo, cuándo, dónde, con quién y por qué; abajo solo se recibe la acción arriba planeada y depende de que los de arriba hagan o no hagan.

La extensión o difusión cultural así entendida, se convierte en un acto mecánico, unilateral, autoritario, paternalista e impositivo que prescribe a los dominados un “deber ser” que surge de un modelo construido por los dominadores que, de este modo aspiran a homogeneizar la forma de ser de todo un pueblo caracterizado por su diferenciación histórico-cultural y que lo define como profundamente pluricultural.

Este concepto de promoción bancaria facilita la comprensión de fenómenos tales como el difusionismo mecánico e impositivo y la acción autoritaria que ejercen los grupos hegemónicos con las culturas populares para subordinarlas y reproducir las condiciones de control social.

Sin embargo, la relación vertical entre cultura hegemónica y culturas subalternas aparecen, bajo el esquema propuesto por Freire, de manera demasiado mecánica, puesto que el consumo de la acción realizada, genera una muy variada gama de respuestas de los dominados, que se manifiestan no sólo en la recepción pasiva, sino también en la reelaboración de contenidos que se incorporan para generar procesos activos y contestatarios.

Como, por ejemplo, los procesos de resistencia cultural y de apropiación de aquéllos elementos surgidos de los grupos hegemónicos, que realizan los grupos populares mediante fenómenos de resemantización con los que adecuan formas y funciones a sus propios códigos.

Esta contradicción entre la naturaleza diversificada del pueblo y las tendencias homogeneizantes de la cultura dominante, genera una lucha cultural en la cual cada grupo social busca, con todos sus medios, imponer su proyecto cultural en la sociedad.

Pero esta lucha, resulta muy desigual dada la cantidad y magnitud de medios con los que cuenta la clase dominante: su influencia se extiende desde la escuela, hasta los mecanismos de control político y económico, penetrando hasta el seno mismo de cada familia a través de la televisión, la radio, la prensa y todo un aparato publicitario que dicta a todos los sectores sociales, cómo vestir, qué comer, cómo bailar, cómo jugar, cómo entretenerse, qué cantar, cómo hablar, en suma, cómo vivir…cómo pensar.

El desarrollo del sistema capitalista, que viven las economías

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (31.1 Kb)  
Leer 18 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com