Inmunologia
anapaula43710 de Junio de 2013
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INMUNOLOGIA
Puerto Cabello, Febrero 2.013
INDICE
Pág
INTRODUCCION 3
INMUNOLOGIA 5
1. Desarrollo Histórico de la Inmunología 5
2. Concepto de Inmunología 8
3. Visión General del Sistema Inmunitario 9
3.1.Definición 9
3.2.Trastornos del Sistema Inmunitario 11
4. Células del Sistema Inmunitario 16
5. Órganos y Tejidos del Sistema Inmune 20
RESPUESTAS INMUNITARIAS 23
INMUNIDAD FRENTE A INFECCIONES 27
1. Respuesta Inmune frente a Virus 27
2. Respuesta Inmune frente a Bacterias 29
3. Respuesta Inmune frente a Helmintos 30
MECANISMOS DE EVASION DE LA RESPUESTA INMUNE 32
PROFILAXIS Y VACUNACION 35
1. Inmunización Pasiva y Activa 35
2. Tipos de Vacunas 37
2.1.Vacunas Vivas Atenuadas 37
2.2.Vacunas Muertas o Inactivas 37
2.3.Toxoides 38
2.4.Vacunas Subunitarias y Conjugadas 39
2.5.Vacunas Anti-idiótipicas 40
CONCLUSIONES 41
BIBLIOGRAFIA 42
ANEXOS 43
INTRODUCCION
Por el continuo avance en el conocimiento de los mecanismos por los que interviene el intrincado sistema inmunitario en la protección de nuestro organismo frente a los elementos nocivos a los que estamos constantemente expuestos, se puede afirmar que la Inmunología es la rama de la medicina que más ha progresado en los últimos años en el conjunto de la ciencia médica básica.
El desarrollo de la Inmunología básica se apoya en el laboratorio experimental a partir de animales en los que se estudia su sistema defensivo, valiéndose en muchas ocasiones de animales con determinadas carencias del mismo. Posteriormente estos conocimientos deben ser transferidos a la especie humana, con las dudas que esto plantea, ya que no existe una correlación exacta entre el sistema inmunitario de los animales y el de nuestra especie. Por estos estudios, se tiene un mejor conocimiento de los sistemas celulares implicados y de la infinidad de mediadores (citocinas) que participan en el proceso defensivo, siendo conscientes de que aún falta mucho por saber, pues cada vez se van conociendo más elementos que intervienen en estos procesos (moléculas de adhesión, quimiocinas).
El trastorno de la inmunidad más específico es el fallo de la respuesta defensiva frente a microorganismos y parásitos, lo que constituye el amplio apartado de las inmunodeficiencias tanto las primarias como las adquiridas. Pero los trastornos de los mecanismos inmunitarios no se limitan a este déficit de la respuesta frente a agresores exógenos, sino que la patología más común es por exceso de respuesta, como ocurre en los numerosos casos en que el sistema inmune no reconoce como propias a una serie de sustancias con capacidad antigénica, que como consecuencia se comportan como auto-anticuerpos, dando lugar a una amplia variedad de enfermedades.
Precisamente por el progreso en los conocimientos de los mecanismos básicos de la inmunidad, cada vez se describen nuevas enfermedades por déficit cuantitativo o funcional de alguno de los elementos que integran aquella, dando lugar a la descripción de nuevas inmunodeficiencias, o a la reubicación de algunas de ellas dentro de los distintos apartados con los que se pretende sintetizar la etiopatogenia de los déficit inmunitarios.
Iguales progresos se observan en las enfermedades autoinmunes.
Esta investigación nos permite conocer cómo determinados tipos de células y las proteínas que éstas secretan actúan de forma conjunta como defensas, que pueden ser inespecíficas o específicas, para proteger al cuerpo del ataque de agentes extraños al mismo.
En este trabajo se trata de analizar, fundamentalmente, las características de la respuesta inmunitaria específica, y los actores clave de la misma: las células denominadas genéricamente linfocitos. Los linfocitos se producen en la médula ósea de los huesos. Las células todavía poco diferenciadas, denominadas precursoras linfocíticas, pueden seguir diversos procesos de diferenciación que darán lugar a los distintos tipos funcionales de linfocitos (T y B) que desempeñan diferentes papeles, aunque cooperativos, en la respuesta inmunitaria.
Finalmente, se analizaran algunos ejemplos de trastornos en el sistema inmunitario, bien innatos o provocados y las consecuencias que estos fallos en la respuesta inmunitaria, bien por exceso o por defecto, pueden tener para el buen funcionamiento del organismo.
INMUNOLOGIA
1. DESARROLLO HISTORICO DE LA INMUNOLOGIA
Los antecedentes de la inmunología se remontan a la antigüedad. El historiador Tucídides narra que en una epidemia acaecida durante la guerra del Peloponeso, los enfermos eran atendidos sólo por aquellos que habían sobrevivido previamente a la enfermedad.
En la antigua China se había observado que las personas que en su niñez habían padecido la viruela no la adquirían más adelante en su vida. En el siglo XI A.C., los chinos fueron los primeros en intentar una aplicación de estas observaciones que indicaban la inducción de un estado protector por medio de una forma suave de enfermedad: se utilizaba material desecado de las vesículas de enfermos con viruela para inoculárselo a personas sanas y conferirles inmunidad. Este método, denominado valorización, constituye el primer intento de aumentar las defensas frente a una infección.
Una modificación fue introducida en Occidente en el siglo XVIII por Pylarini y Timoni, y popularizada en Gran Bretaña por Lady Mary Wortley Montagu, esposa del embajador inglés en Constantinopla, tras una serie de pruebas sobre prisioneros voluntarios. Sin embargo, este tipo de prácticas no estaban exentas de riesgos, entre los cuales figuraba la posibilidad de transmisión de otras enfermedades.
El primer acercamiento a la inmunización con criterios racionales fue realizado por el médico inglés Edward Jenner, quien observó que los ordeñadores que habían padecido la viruela de las vacas no padecían la viruela humana. Introduce la inmunización contra la viruela humana, comenzando la etapa experimental y científica de la inmunología. En Mayo del año 1.796, inoculó a un niño fluido procedente de las pústulas vacúnales de Sarah Nelmes; semanas después el niño fue inyectado con pus de una pústula de un enfermo de viruela, comprobando que no quedaba afectado con la enfermedad.
El Primer abordaje plenamente científico de problemas inmunológicos se debió a Louis Pasteur. En el año 1.880, estudiando la bacteria responsable del cólera aviar (más tarde conocida como Pasteurella aviseptica) observó que la inoculación en gallinas de cultivos viejos, poco virulentos, las protegía de contraer la enfermedad cuando posteriormente eran inyectadas con cultivos normales virulentos. De esta forma se obtuvo la primera vacuna a base de microorganismos atenuados y es precisamente Pasteur quien introduce el término vacunación en honor de Jenner. Pasteur descubre la atenuación bacteriana y lo utiliza en la inmunización frente a algunas enfermedades infecciosas como la rabia y el carbunco.
Al estudiar in vitro lo que les ocurría a las bacterias expuestas a leucocitos o al suero, Elie Metchnikoff en 1.882, reconoce el significado del fenómeno de la fagocitosis en tejidos animales, enunciando la “Teoría de la Inmunidad Celular”. En 1.890, Emil Von Behring y Shibasaburo Kitasato desarrollaron la “Teoría de la Inmunidad Humoral”.
Tras años de enconadas luchas científicas entre los partidarios de ambas teorías, la reconciliación de las dos teorías tuvo lugar al demostrarse que la opsonización facilitaba la fagocitosis. A partir de estos estudios se estableció que el alto grado de especificidad inmunológica que se producía tras la inmunización se debía fundamentalmente a la formación de anticuerpos específicos, que en el hospedador infectado neutralizarían las toxinas producidas por los microorganismos y los harían más sensibles a la fagocitosis. Como resultado de esto, la inmunidad especifica se estudió fundamentalmente en términos de la formación de anticuerpos y la terapia y profilaxis de las enfermedades infecciosas se concebía como la administración al hospedador de anticuerpos específicos para el microorganismo infectante (sueroterapia) o de una inmunización diseñada a inducir la formación de esos anticuerpos por el propio hospedador.
En las primeras décadas del siglo XX comienza el estudio de la naturaleza de los anticuerpos y de las sustancias denominadas antígenos que inducían su producción. También se estudian las características que determinan la antigenicidad, estableciéndose que el tamaño, la naturaleza bioquímica y el carácter extraño de la molécula eran factores importantes, desarrollándose así la inmuboquímica.
Paul Ehrlich en 1.897, sugirió que los antígenos se combinaran con receptores presentes en la superficie de las células tisulares y Jern propuso que la especificidad de los anticuerpos estaba formada antes de la unión con el antígeno. Una contribución esencial a las ideas sobre el mecanismo de formación de los anticuerpos la realizó el australiano Macfarlane Burnet, al establecer su “Teoría de la Selección Clonal”, que argumenta que cada linfocito B, previamente al contacto con el antígeno, sintetiza un único tipo de anticuerpo, específico para cada antígeno
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