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La dicotomía memoria/olvido en la construcción de la historia


Enviado por   •  7 de Abril de 2015  •  Síntesis  •  2.924 Palabras (12 Páginas)  •  341 Visitas

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La dicotomía memoria/olvido en la construcción de la historia

En las obras de Jorge Luis Borges es posible observar una serie de temas transversales, uno de estos es la dicotomía memoria/olvido, la cual abordaré en el presente trabajo por medio del análisis de los cuentos “Funes el memorioso” de Ficciones y “El inmortal” y “La otra muerte” de El Aleph. Estos tres cuentos seleccionados permiten a través de especulaciones metafísicas dilucidar la concepción del autor sobre la construcción del conocimiento y de la historia, así como su relación con la vida, la muerte, el tiempo y el espacio en que se sitúan los personajes. De este modo, la dicotomía memoria/olvido se configura como el eje a partir del cual se construye el ser histórico de los sujetos, es así como la facultad de olvidar es fundamental para la construcción de la memoria, la historia y el conocimiento. Cabe señalar que para este análisis utilizaré la noción de Nietzsche sobre el ser histórico y ser no histórico, considerando ambos aspectos “necesarios para la salud de un individuo, de un pueblo y de una civilización” (56). De modo que resulta fundamental la existencia de un consenso entre ambos puntos de vista, ya que de lo contrario el sentido de la realidad y la vida se pierde. Para ello, primero definiré los conceptos de ser histórico y ser no histórico y los tres sentidos de la historia (monumental, anticuaria y crítica), para posteriormente, analizar cómo éstos se presentan en los relatos anteriormente mencionados.

Como señalé con anterioridad, para el análisis de los cuentos “Funes el memorioso”, “El inmortal” y “La otra muerte” de Borges consideraré algunos de los conceptos presentes en la obra De la utilidad y de los inconvenientes de los estudios históricos para la vida de Nietzsche, los que procederé a detallar en las siguientes líneas. En primer lugar, abordaré las nociones de ser histórico y no histórico, el ser histórico se refiere a la memoria del individuo y su capacidad de recordar, es así como el ser humano es esencialmente histórico. Por otra parte, el punto de vista no histórico es propio del ser irracional y del sabio supra-histórico, quien “a pesar de su historia y sus estudios históricos, en lugar de estar al servicio del conocimiento puro, lo están al de la vida” (58). De este modo, ambos puntos de vista son fundamentales para la formación del ser humano, ya que debe existir un equilibrio entre ambos. Por otra parte, consideraré los tres puntos de vista del estudio de la historia que propone Nietzsche, estos corresponden al punto de vista monumental, anticuario y crítico; y en qué grado cada uno se puede ver reflejado en los cuentos abordados. El punto de vista monumental es la alusión a las hazañas de los grandes hombres y culturas del pasado con el propósito de presentarlos como modelos, el punto de vista anticuario pertenece al hombre que busca su identidad en el conocimiento del pasado y establecerse en una tradición para sentirse parte de algo, por último, el punto de vista crítico, corresponde al hombre que se encuentra oprimido por su presente y pasado, por lo que busca en la crítica a este último, el olvido y la liberación.

En cuanto al ser histórico, este corresponde a la necesidad que tiene el ser humano de la historia para vivir, ya que por medio del recuerdo el hombre se siente ligado a un pasado, tanto personal como histórico. Sin embargo, se debe tener la precaución de que la cultura histórica no interfiera en la vida presente del individuo al extremo de relegar la vida en sí misma a un segundo plano. En este sentido, Nietzsche plantea como un vicio la conciencia histórica del hombre, debido a que considera que la construcción de la historia y la memoria, también tienen necesidad del olvido, “tanto las grandes dichas como las pequeñas, son siempre creadas por una cosa: el poder de olvidar, o, para expresarme en el lenguaje de los sabios, la facultad de sentir” (55). Por otra parte, la noción de ser no histórico corresponde a la irracionalidad de los animales y a los hombres, que Nietzsche denomina “hombres históricos” o “sabio supra-histórico”, quienes “miran atrás para comprender el presente por la contemplación del pasado, para aprender a desear el porvenir con mayor violencia. No saben que piensan y obran de una manera no histórica; a pesar de su historia y de sus estudios históricos, en lugar de estar al servicio del conocimiento puro, lo están de la vida” (58).

Por otra parte, Nietzsche señala que “la vida tiene necesidad de los servicios de la historia” (59). En este sentido, establece tres especies o puntos de vista de la historia, los cuales para estar al servicio de la vida deben ser considerados de manera complementaria, es así como reconoce la historia monumental, la historia anticuaria y la historia crítica. La historia monumental se refiere al ser humano que “teniendo necesidad de maestros, de ejemplos, de consuelos, no sabría encontrarlos entre sus compañeros y en el presente” (59), es así como el ser humano vuelve al pasado en busca de modelos, creyendo que si fue posible en el pasado, lo puede ser nuevamente en el presente o futuro, de este modo, lo “monumental” es considerado como un aspecto digno de ser imitado. Sin embargo, se puede caer en el error de exaltar demasiado ese modelo o pasado que se desea imitar, al punto de ser deformado y “alterado en su significación” (62). Por otra parte, la historia anticuaria, pertenece al que conserva y venera, quien vuelve la mirada al lugar de donde se ha formado, es decir, se sabe parte de un pasado y hay un reconocimiento hacia este. Sin embargo, se puede cometer el error de momificar el pasado, que la veneración a la vida pasada llegue al punto de dejar de lado la vida presente, es decir, “cuando el sentido histórico no conserva ya la vida, sino que la momifica” (65). Por ello la historia anticuaria no tiende más que a conservar la vida, y no a engendrar otra nueva. Por último, en la historia crítica el hombre tiene la necesidad de romper con el pasado, estableciendo un severo juicio contra este. Es así como se toma un hecho del pasado y se evalúa hasta que punto merece desaparecer.

En “Funes el memorioso” se presenta a un hombre que después de sufrir un accidente queda con la facultad de recordar todo detalladamente, al extremo de ser capaz de recordar un día en su totalidad, pero del mismo modo esta reconstrucción le ocupaba un día entero. Esto se debía a que “esos recuerdos no eran simples; cada imagen visual estaba ligada a sensaciones musculares, térmicas, etcétera. Podía reconstruir todos los sueños, todos los entresueños” (172). Por ello, podemos decir que el personaje de Ireneo Funes y su prodigiosa memoria se presentan como una crítica al ser

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