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Los Fines De La Educación

cch11 de Abril de 2013

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Objetivo.

en primera instancia, comprender el los diferentes significados de “fin” y partiendo de esto, analizar de qué manera es aplicado a as finalidad de la educación con sus diferentes críticas hechas por teórico ya conocidos en los temas anteriores en el proceso educativo. También distinguiremos la teleología y sus fundamentos en los fines educativos, así como la taxonomía.

Ejes de análisis.

Introducción a la teleología educativa.

La teleología educativa en la historia de la educación.

Fundamentación de una teleología educativa.

Taxonomía de los fines educativos.

La perfección como fin de la educación.

¿Teleología o mesología?

Época.

Siglo XVII y XX.

Fundamentos.

En este tema comprenderemos con más precisión cuál es la finalidad de la educación desde diferentes ejes, tales como la teleología educativa y la mesología. Conoceremos si en realidad la moral es el “fin” en el proceso educativo para llegar a a perfección del hombre ideal, también planteado desde diferentes factores e ideologías.

Desarrollo.

Los Fines de la Educación

Introducción a la teleología educativa

El problema de los fines educativos cautivó la atención de los teóricos de la educación desde Platón y Aristóteles, adquirió nuevos matices en el materialismo rusoniano, fue una antinomia en Herbart que los contrapuso a los medios educativos. Antes de Herbart los fines educativos habían constituído u problema ontológico, pero adquirieron un sabor ético y moralizador. Herbart señaló el rumbo para no separar la educación de la actividad moralizadora; prueba de esto son las palabras de Ruiz Amado:

“De suerte que el banco de la educación es la personalidad moral, y la realización de su fin consiste en convertir la ley moral en norma constante de los actos del niño y del hombre”

Los medios educativos son medios técnicos como conviene a una época industrializada y tecnológica, en la esperanza de que los avances mesológicos vayan a resolver los viejos problemas del perfeccionamiento humano.

Naturaleza del fin. “Fin” es un término equívoco en filosofía, con cuatro sentidos principales: sentido temporal, como término o límite último de una cosa o proceso; sentido espacial, como límite o extremo de una línea o contorno; sentido ideal, como esencia de las cosas; sentido general, como propósito, finalidad, intención, equivalente a la causa final aristotélica. En teoría educativa es éste el sentido más frecuente.

Lo más común es concebir los fines como entes ideales del hombre. El fin es un objetivo; es un estado individual o social que se pretende alcanzar; el “más importante problema de la teoría educativa”. En la última instancia, un esfueszo por conseguir intencionalmente la idea del hombre perfecto. El fin es una meta abstracta, ideal, lejana, sublime y estimulante. El objetivo , es concreto, próximo, práctico, inmediato y real. El propósito denotasubjetividad, dimensiónde la personalidad, deseo escondido. La aspiración es “una previsión anticipada del fin o terminación posible”, un “fin previsto”, “da dirección a la actividad”

Problema filosófico de la teleología. El planteamiento de la teleología educativa actual no es saber si los fines generales son tales o cuales. Así se debatió en las éticas materiales y en las filosofías metafísicas de la educación. El problema es hoy más drástico, hay que elegir entre una concepción teleológica y mesológica, por más que los términos usados sean similares o idénticos. Y más grave es el problema de inmanentismo o trascendentalismo, concibiendo al hombre como fuente de finalidades acabadas en sí mismo.

García Bacca, hace una crítica, a propósito de la doctrina de Max }Scheler, sobre los valores proyectados hacia los fines y los bienes.

Para la fiodofía perenne los fines son los mismos bienes, convertidos en objeto del acto voluntario, siendo bienes y seres de la misma realidad. Los valores son un “deber ser”. De esta fundamentación metafísica resulta que el bien es una perfección, apetecible de suyo y, por consiguiente, fin de la educación.

Fines, antropogénesis y socialización. El proceso educativo es una auténtica antropogénesis. La antropogénesis tiene dos aspectos: uno es espontáneo, regulado por las leyes naturales del ser humano, y el otro es intencional, preconcebido y teleológico, por cuanto la educación dirige y moldea el proces educativo. La intencionalidad de la antropogénesis es requerida por la función social de la educación, que ha de adaptarse al modelo de ser humano exigido por cada cultura. El desarrollo de la personalidad y la socialización son sus elementos fundamentales.

La Teleología educativa en la historia de la educación.

Los fines educativos en la teoría perennialista. Para Aristóteles el fin de la educación no pudo ser otro que la consecución de la felicidad mediante la perfección virtuosa.

En la filosofía perenne el fin de la educación es su causa final, una de las dos causas extrínsecas del ser educativo. El fin de la educación es objetivable, externo al educando, trascendente y real. El hombre es un ser religado, al decir de Zubiri, y de aquí que el fin último de la educación sea la posesión del Ser Supremo, o la bienaventuranza. El hombre, en cuanto hombre, como ideal en la mente del educador y educando, desencadena toda la dinamicidad del ser humano en pos de su perfección. J. Maritain, repite la doctrina tomista, asignando a la educación la finalidad de llegar a ser lo que somos, de llegar a ser un hombre cabal e integral.

Millán Puelles precisa que el fin qui de la educación es el estado perfecto del hombre en cuanto hombre; el fin quo es la posesión de ese estado como alfo efectivamente o conseguido (“status virtutis”); el fin cui es la prole en el matrimonio o los alumnos en la escuela. El estado perfecto del hombre en cuanto hombre es un fin universal y esencial, doctrina que consagra el principio de validez general en pedagogía.

El antifinalismo rusoniano. La revolución cultural promovida por el Renacimiento, la Reforma, la Contrarreforma y el fortalecimiento del espíritu científico, cambió el signo del teocentrismo medieval por un antropocentrismo.

Antes de estas fechas toda teoría educativa era finalista. El finalismo había sostenido que el hombre no es bueno por naturaleza, que ésta no es la suprema ley educativa, que en el proceso de perfeccionamiento humano hay previamente fijadas metas y fines. El antifinalismo defiende, como réplica, que educación es sinónimo de desarrollo natural, que la educación es un proceso sin imagen preestablecida o ideal humano a imitar.

El antifinalismo rusoniano contrapone la naturaleza a la sociedad, la espontaneidad a la cultura, lo virgen e inmoldeado a lo artificial. Todo es bueno, cuando sale de las manos del Creador y todo degenera en las manos del hombre.

El antifinalismo o naturalismo puede ser cuádruple, según que se inspire en el naturalismo biológico darwiniano, en el naturalismo psicológico behaviorista o en el naturalismo sociológico de Comte.

Los fines educativos en el experimentalismo de J. Dewey. Esta teoría es claramente inmanentista finalista, es decir, aboga por l necesidad de fines educativos, pero estos no existen fuera del proceso educativo. Los “fines son terminaciones de la liberación y, por tanto, puntos cruciales de la actividad y se emplean para darle un mayor sentido y dirigir su curso posterior”

los fines están relacionados con la meta, el objetivo y la espiración. J. Dewey hizo una crítica al finalismo de índole aristotélica, equivocado principalmente en su terca obstinación, al afirmar que los fines son fijos, inflexibles y externos a la actividad educativa.

La fijeza de los fines tiene, en la filosofía perennialista, la misma explicación que la absolutez de los valores. Los fines son incambiables, porque lo es el ser y la misma verdad: veritas est id quod est (la verdad es aquello que es).

La crítica de J. Dewey a la doctrina aristotélica tiene una contrapartida, que es la defensa de los fines inmanantes al proceso educativo y su flexibilidad y mutabilidad.

J. Dewey es, en el fondo, rusoniano, con la única diferencia de añadir una función social al proceso educativo, de la que careció el escritor francés; pero coincidió plenamente en que la educación es mero desenvolvimiento y desarrollo.

Los fines educativos en el análisis lógico. El análisis lógico hace de ls fines una cuestión verbal. Schofield, reduce a cuatro las expresiones más comunes en teleología educativa.

“El fin de la educación” es una expresión prescriptiva y dogmática, categorial, como si se quisiera decir que sólo hay una manera de que sucedan las cosas. El fin de la educación en estas teorías educativas, es teledeterminado, sobredeterminado y en algunos casos es indocrinación.

“Los fines de la educación” es la segunda expresión examinada analíticamente; es también una expresión verbal prescriptiva, menos dogmatica que la primera, admite una plutalidad de fines.

“Fines de la educación” es la tercera fórmula, o es prescriptiva ni dogmática, al suprimir el artículo determinado que significa exclusión de los demás fines.

“Fines en la educación” difiere significativamente

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