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Enviado por   •  20 de Mayo de 2013  •  2.769 Palabras (12 Páginas)  •  338 Visitas

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• Los Ramírez

El 28 de septiembre de 1971 fundó Organización Ramírez, con la inauguración del Cinema Morelia, actualmente convertido en Cinépolis Morelia Centro. Dos semanas después, el 12 de octubre, abrió en la ciudad de México el Cinema La Raza 70.Cuando él murió, Organización Ramírez se presentaba como la empresa líder en su ramo en América Latina, al poseer 435 salas en México, con una asistencia anual de 50 millones de personas. Las empresas del corporativo incluían Cinemas, Gemelos, Multicinemas, Cinépolis y Multivideo, en las cuales se daba empleo directo a más de tres mil personas en aquel 1996.

En cuatro décadas, Ramírez Miguel había construido uno de los corporativos más poderosos del país. Un dato ilustra su campo de acción: fungía como presidente del consejo de administración de al menos 25 empresas en Michoacán, Jalisco, Tamaulipas y San Luis Potosí. Poseía el 4 por ciento del grupo Financiero Inverlat y era vicepresidente de Multibanco Comermex en la zona de Occidente. Su familia tenía la representación de las compañías Ford, Mercedes Benz, Suzuki y Yamaha en Michoacán.

Entre las empresas del grupo se encontraban la División Inmobiliaria Grupo Ramírez (INGRA), que inició en 1976 cuando Enrique Ramírez Miguel y sus cuatro hijos emprendieron el proyecto de un centro comercial que se llamó Plaza Las Américas. El complejo incluía la tienda de autoservicio Comercial Mexicana, un conjunto de Cinemas Gemelos y diversos locales comerciales. Su éxito generó el impulso de otros centros tipo mall en la región. Actualmente, INGRA tiene presencia en Michoacán, Guanajuato, Sinaloa, Nuevo León y Tamaulipas. Su operación incluye centros comerciales, estacionamientos, locales independientes, terrenos, hoteles, agencias de automóviles, fraccionamientos y un centro de espectáculos. Una superficie total de más de 600 mil metros cuadrados distribuidos en más de 450 locales comerciales.

Los Ramírez comenzaron a forjar un imperio a nivel nacional desde Morelia, una pequeña ciudad que en los primeros años de la década de 1970 apenas superaba los 200 mil habitantes y casi cuatro décadas después , en 2007, asciende a más de 700 mil. Con el tiempo, el consorcio iniciaría su expansión hacia Centroamérica. La familia completa heredó el control de la organización a Enrique Ramírez Villalón, como cabeza de la segunda generación de la familia, en el diseño de las estrategias se involucra todo el linaje. Ya en los años setenta del siglo XX, Enrique hijo se asoció con su padre para expandirse al Bajío, donde inauguraron los cines Salamanca 70, Acámbaro y Guanajuato 70. Con los años, juntos desarrollaron el concepto de Cinemas Gemelos y Multicinemas.

• Roberto González Barrera

A finales de 1970 Roberto González Barrera aceptó la oferta de compra que le hizo el gobierno por Maseca. Tenía 40 años y ya era un hombre rico. De niño había sido bolero en su natal Cerralvo, Nuevo León; antes de cumplir 13, trabajaba como vendedor; a los 17, como perforador en las explotaciones de Pemex en Veracruz; a los 25 años, alumbró las calles de su pueblo trabajando para la empresa de familiar; y en las postrimerías del sexenio de Díaz Ordaz era el dueño y señor del mayor fabricante de la cada vez más demandada harina de maíz, que producía con una tecnología propia. Se codeaba con secretarios de estado, gobernadores, caudillos revolucionarios y hasta artistas, pero en esa vida no había habido tiempo para estudiar, nunca terminó primero de secundaria. Ahora, al fin, podía quitarse ese peso de encima.

Maseca, fundada por Roberto y su padre, Roberto M. González Gutiérrez en 1948, había revolucionado la manera tradicional de hacer tortillas, el alimento básico de los mexicanos. Su harina de maíz ahorraba a los hogares el arduo proceso cotidiano de cocción del grano, nixtamalización (previo remojo en una mezcla con cal), amasado y preparación del único ingrediente insustituible del taco. La “maseca” rendía más tortillas por kilo, duraba varios meses sin estropearse (la masa apenas 8 horas) y permitía hacer tortillas en minutos.

Maseca era un objeto claro de nacionalizar en los meses previos a la toma de poder de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), que quería proteger el “alimento del pueblo”, el maíz, como bien de interés nacional. La oferta era de 400 millones de pesos, González calculó que si vendía sus otros negocios (distribución de aire acondicionado, entre otros), tendría 600 millones de pesos, 250 millones de dólares de 2007, suficiente para toda una vida.

González, hijo de braceros, fue un pionero en la conquista del mercado hispano de Estados Unidos desde 1976, al igual que fue uno de los primeros mexicanos en instalara una planta de producción en China, en 2005. En México, Maseca tiene una presencia marginal en la venta de tortillas, pero sus marcas globales fabrican y comercializan una de cada cuatro de las que se consumen en Centroamérica, Europa, Asia y Oceanía, donde también venden botanas o productos derivados del trigo. Gruma distribuye 90 por ciento de la harina de maíz que utiliza la industria en Estados Unidos y 35 por ciento de la utilizada en México por lo hogares y la industria tortillera y de botanas. La fortuna de González asciende a más de 2 mil millones de dólares. González es también el último mexicano propietario de un gran banco, la familia Barrera (que controla el 51 por ciento de las acciones de Gruma, donde la multinacional ADM tiene una participación de 22 ´por ciento) es dese 1992 el accionista principal del Grupo Financiero Banorte, cuarto banco del país, con un valor de 10 mil millones de dólares, el único de los grandes que permanece en manos locales después de las crisis de 1995.

• Lorenzo Zambrano

Luis Santos de la Garza, abogado y ex comisionario de Cemex, quien conoce a Lorenzo Zambrano desde hace 34 años, resalta la capacidad de decisión de Zambrano. “Es una persona discreta, no hace alarde del inevitable poder que tiene, ni de su inteligencia. Pero a la hora de tomar decisiones es muy valiente. Es un hombre muy tranquilo, muy firme y con un valor que pocos aprecian. Siempre tuvo una visión nueva, distinta. Él concibió la idea de crecer dentro de México y de salir al mundo, otros hubieran conformado con obtener buenas utilidades y dividendos, y pasársela muy bien con todos los accionistas, pero él tenía una visión más moderna y audaz”.

La última adquisición de Cemex es la empresa de materiales de construcción australiana Rinker; por 15300 millones de dólares. Fue una adquisición hostil, la primera, o como al corporativo de la cementera le gusta llamarle, “no solicitada”. Un logro que también pone en evidencia esta

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