Modelos Didacticos
romyrd289030 de Marzo de 2013
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Modelos didácticos
Los procesos instructivos – formativos son complejos y requieren ser presentados mediante representaciones fáciles, para poder conocerlos y actuar creativa y coherentemente. Los modelos didácticos son las representaciones valiosas y clarificadoras de los procesos de enseñanza – aprendizaje, que facilitan su conocimiento y propician la mejora de la práctica, al seleccionar los elementos más pertinentes y descubrir la relación de interdependencia que se da entre ellos.
Los docentes han de configurar sus modelos, o modelo didáctico – pluricontextual, atendiendo a algunas de las siguientes características, que los consideran como provisionales, adaptables, evaluables, practico – aplicados, valoradores de la potencialidad de la teoría y generadores de una nueva teoría.
Son aportaciones estimables para anticipar la adecuación y calidad de la práctica educativa, la pertinencia del aprendizaje y la representatividad de la comunicación transformadora del docente, que en su conjunto evidencian la posibilidad de anticipar una nueva visión acerca del poder motivador de las opciones docentes – discentes.
Jiménez y Cols (1989) aportan el valor de los modelos didácticos, su pertinencia y anticipación, para crear espacios y escenarios de innovación educativa, finalidad básica para lograr una visión formativa fundada y acorde con los desafíos de la concepción y mejora didáctica.
El modelo es una reflexión anticipadora, que emerge de la capacidad de simbolización y representación de la tarea de enseñanza – aprendizaje, que los docentes hemos de realizar para justificar y entender la amplitud de la practica educadora, el poder del conocimiento formalizado y las decisiones transformadoras que estamos dispuestos a asumir. Su doble vertiente: anticipador y previo a la práctica docente, le da un carácter de preacción interpretativa y estimadora de la pertinencia de las acciones formativas; a la vez que su visión de postacción nos facilita, una vez realizada la práctica, adoptar la representación mental más valiosa y apropiada para mejorar tanto el conocimiento práctico como la teorización de la tarea didáctica.
Los modelos didácticos representan la anticipación de los paradigmas que en la historia de la didáctica han supuesto un cambio esencial para las concepciones y prácticas en el proceso de enseñanza – aprendizaje, en especial algunos de ellos, como el socrático y los modelos activo – situados de estimación y evaluación de resultados, e incidencia en el medio contextual ambiental – envolvente; y el colaborativo, de superación, y complementariedad de los anteriores.
1. Modelo Socrático
Su nombre recuerda a su principal cultivador, Sócrates, quien construyó la mayéutica como forma de comunicación y dialogo entre docente y discente; su personalización y relación profunda con el aprendizaje se basa en hacer emerger las ideas fundamentales a través del esfuerzo continuo y la selección de la pregunta más pertinente.
La gran aportación socrática fue mejorada, al menos expuesta por escrito, en los diálogos platónicos, que representan la consolidación de una forma creadora de comunicación, motivadora y cercana al modo de pensamiento y a los sentimientos más característicos del aprendiz.
El docente ha de armonizar la pregunta mas adecuada al contenido – escenario cultural en el que se evidencia el significado y la respuesta, que a su vez sirve de base para estimular la nueva pregunta.
El dialogo establece una dinámica de preguntas y respuestas, ajustadas al tema de estudio y a las experiencias más profundas de los estudiantes, quienes han de reconstruir hechos y mejorar las explicaciones a las cuestiones formuladas. Se produce una intensa interacción entre docente y estudiantes, con una continua acomodación entre ambos.
Si se desarrolla este proceso interactivo entre equipos, grupos y aulas, se asienta un nuevo modelo sociocomunicativo.
2. Modelo activo-situado
Ante la visión clásica del protagonismo del docente y la importancia de la materia, surge con fuerza, ligado a la Escuela Nueva y al enfoque del aprendizaje situado como la generación del impulso profundo y singular de cada estudiante, el modelo activo, que recupera el papel creativo transformador del aprendiz, como el principal protagonista de su proyecto y realidad vital
El modelo activo es la superación y alternativa al asentado modelo tradicional; entre las características de cambio se señalan: el predominio de los estudiantes como los verdaderos protagonistas del aprendizaje, sus intereses, el estudio de su singularidad y problemas, la aceptación de la autonomía y la libertad individualizada, que ha de ser promovida y respetada ante el énfasis puesto anteriormente en la materia, el discurso verbal del docente y la continua adaptación de los estudiantes a los conocimientos académicos.
El modelo activo destacado por Stern y Huber (1997) caracteriza al estudiante como un ser autónomo responsable, que adopta las decisiones y tareas que mejor a su condición vital, y a provecha los escenarios formativos en los que participa, especialmente las experiencias personales y escolares, así como las actuaciones extraescolares.
El modelo activo se apoya en el principio de actividad y en la naturaleza formativa de las tareas, que son el procedimiento más coherente de hacer realidad este principio. En Medina (2000), hemos propuesto una modalidad de actividades basadas en la autonomía y la toma de decisiones coherentes con el proyecto de trabajo escolar y personal. El docente devuelve la colaboración y autonomía al estudiante, al comprometerle en el diseño , realización y valoración de las actividades y ejercicios que se llevan a cabo en el proceso de enseñanza –aprendizaje, consciente de que cuanto más partícipe y se implique formativamente cada estudiante en el proceso, mayor será su realización y madurez.
3. Aprendizaje para el dominio
Este modelo de aceptación del aprendizaje está ligado a Carroll (1963), el cual establece que el aprendizaje está en función del aprovechamiento real y profundo que cada persona hace de su tiempo. Así, el tiempo activo es el empleo optimo que se realiza de la tarea, si la atención y dedicación es total se lograra, en el menor tiempo real, el desempeño de la tarea y un adecuado uso de su capacidad: sin embargo, a juicio de Bloom (1976), el aprendizaje para el dominio está en función de: las características de cada estudiante, la enseñanza-presentación, la información-refuerzo y los resultados alcanzados, así como la interrelación entre las variables anteriores.
La biografía cognitiva de los estudiantes es lo verdaderamente valioso para alcanzar el aprendizaje para el dominio, sin olvidar la importancia de la comprensión verbal, el estilo de aprendizaje de los estudiantes y las variables afectivas.
La autoimagen del estudiante se hace cada vez más positiva al superar las tareas, y avanza, así, en el autoaprendizaje y en el desarrollo de la confianza para realizar futuras actividades, mejorando el nivel de dominio sobre el trabajo.
El modelo de Bloom plantea la interacción y complementariedad entre las características de los estudiantes (cognitivas y afectivas), la calidad de la instrucción (concretada en las tareas de aprendizaje) y los resultados o productos de aprendizaje (procesos y resultados, niveles y tipos de logro), que en su globalidad interactiva definen la biografía de cada persona.
Los docentes han de adaptar su instrucción tanto a las características de los estudiantes, como a los previsibles productos formativos emergentes, intentando que se logre el pleno dominio y las competencias mediante la calidad de las tareas realizadas en el docente-discente.
4. Modelo comunicativo-interactivo
(Titone y Cazden)
El proceso instructivo-formativo requiere del dominio y desarrollo de la capacidad comunicativa, en sus dimensiones semántica, sistemática, sintáctica y pragmática, que hemos de hacer realidad elaborando modelos que las interpreten y califiquen.
Presentamos, a continuación, los modelos diseñados por Cazden (1986) y tiene (1986), se caracterizan por algunos puntos comunes, a tener en cuenta para construir el propio modelo.
Los modelos han de adaptarse a la realidad concreta en la que trabajamos, y reconstruirse en la coherencia con los desafíos interculturales.
Cazden(1986) manifiesta que la comunicación en la clase ha de afectar a:
a) El análisis de las estructuras de participación
b) El estudio comprensivo de la lección
c) El proceso y planteamiento de las demandas de los estudiantes
d) Las preguntas del profesorado y respuestas de los estudiantes.
Presentamos el registro de las actuaciones del docente y los estudiantes, atendiendo
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