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Neurociencia: Conducta Moral Humana


Enviado por   •  2 de Abril de 2014  •  1.437 Palabras (6 Páginas)  •  620 Visitas

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NEUROCIENCIA: CONDUCTA MORAL.

¿Se encuentra amenazada la libertad y responsabilidad moral por las recientes explicaciones de las neurociencias, sobre la conducta moral del ser humano?

En primera instancia es importante abordar el tema de neurociencia para poder comprender todo lo siguiente. La neurociencia está teniendo muchos avances, en particular en los conocimientos sobre las bases neurobiológicas de la conciencia, la personalidad y la conducta, afectan nuestra concepción del hombre y de las relaciones sociales. Uno de los desarrollos científicos con mayores implicaciones para la neuroética son los avances en la comprensión de los comportamientos morales, conocimientos que permiten, por ejemplo, tomar mejores decisiones al momento de juzgar y penalizar por sus conductas a adultos y jóvenes.

Continuando con el tema de la moral, la cual, designa el campo de lo permitido y de lo prohibido y, por otra parte, el sentimiento de obligación del sujeto hacia esto. El dominio de la moral abarca especialmente a aquellas acciones que implican el interés o el bien de personas diferentes del agente, requiriendo la existencia de normas y de un sujeto responsable de sus actos. Lo moral no constituye un fenómeno unitario, sino que se descompone en diferentes dimensiones, entre las cuales cabe destacar: a) los valores o normas morales, que permiten una clasificación explicita y racional de las cosas como moralmente aceptables o no; b) las emociones morales, es decir emociones, tales como la culpa, la vergüenza u el orgullo, ligadas al interés o bienestar de otros individuos o de la sociedad como un todo.

Los estudios de psicología evolutiva y la descripción de trastornos de la conducta moral en pacientes con lesiones cerebrales explican el surgimiento de la neurociencia de la moral, cuyo objetivo es dilucidar los mecanismos neuronales y cognitivos de ésta.

La neurociencia de la moral estudia las bases neurobiológicas de la moralidad mediante: a) estudios neuropsicológicos que abordan alteraciones de las conductas morales en lesiones cerebrales y b) estudios en neuroimagen funcional que muestran las regiones cerebrales que se activan durante la realización de tareas experimentales que involucran capacidades morales.

La moral animal (humana y no humana).

¿Cómo surgen las conductas en la sociedad humana?

Una primera aproximación sostiene que la moral es epigenética una adquisición culturan sin sustento genético: no existiría una predisposición a conductas altruistas y el vivir en sociedad nos la impondría. Sin embargo, esta hipótesis carece de sustento, ya que los comportamientos altruistas, pilar del desarrollo de las conductas morales, están basados en predisposiciones genéticas, encontrándose presentes en mamíferos superiores, primates no humanos y en el hombre desde edades muy tempranas. La aparición de este tipo de comportamientos constituye una aparente paradoja para la teoría de la evolución por selección natural; ¿Cómo es posible que se seleccione un comportamiento que favorezca a otra costa de uno mismo? La paradoja desaparece cuando recordamos que la evolución darviniana selecciona genes, no individuos. No son seleccionados los comportamientos que favorecen exclusivamente a un individuo, sino que los comportamientos que maximizan la probabilidad de que ciertos genes se reproduzcan, incluso si esos genes están en otros individuos del grupo.

Los animales desarrollan comportamientos altruistas potencialmente peligrosos y que pueden causarles la muerte cuando estas conductas aumentan la probabilidad de que sus genes se repliquen en individuos que comparten su patrimonio genético. El conceptualizar la evolución como selección de grupos, o selección social, permite entender la predisposición genética a conductas altruistas y comportamientos morales.

Desarrollo de la moral

(Desarrollo cerebral).

Desde tiempos muy antiguos, los seres humanos se han enfrentado a la necesidad de definir la edad a partir de la cual se es moral y jurídicamente responsable de los propios actos. La neurociencia ha hecho recientemente importantes aportes que permiten entender el porqué de esas diferencias. Estos antecedentes deben ser tomando en cuenta cuando se juzga el comportamiento infantil. En lo cual debe tomarse la importancia de los factores ambientales en la conducta. El estrecho nexo entre delincuencia juvenil y la pobreza, el abuso sexual infantil y la negligencia en los cuidados del niño muestra que el análisis completo de cada caso particular debe considerar los antecedentes neurobiológicos y psicológicos con el contexto social en el cual se ha desarrollado el sujeto. El desarrollo moral del niño transcurre durante un periodo prolongado, existiendo una cierta correlación entre la conducta moral y el desarrollo cerebral. Por este motivo, el adolescente y el adulto no se encuentran en una situación equivalente, particularmente en cuanto a la capacidad para evaluar las consecuencias que acarrearán sus acciones, por tanto, se requiere de consideraciones especiales para el menor que ha infringido la ley. Esto último estaría solo parcialmente contemplado en el nuevo cuerpo legal al destacar la necesidad de ofrecer rehabilitación al joven que ha delinquido.

Normas morales.

¿Cómo las emociones y valores morales influyen en nuestra conducta?

La relación existente entre normas, juicios y acciones con implicancias morales constituye un aspecto fundamental para entender los comportamientos morales. Es a través de estos juicios y acciones que se expresan nuestras instituciones u valores morales. Dos de los diversos modelos propuestos para explicar las relaciones emoción/razonamiento y acciones/juicios morales son particularmente relevantes por sus implicancias.

En el primero modelo, inspirado de la filosofía kantiana y defendido por Piaget y Kohlberg, se postula como eje de las conductas morales los procesos de reflexión y de deducción: frente a una situación o acción moralmente relevante, el hombre explora consciente y racionalmente diferentes principios para generar un juicio mora. No obstante, los trastornos de la conducta presentados por pacientes con lesiones cerebrales han mostrado las limitaciones de la capacidad de razonamiento en la regulación de la conducta moral. Por ejemplo, el paciente EVR, que desarrollo diversas alteraciones de su conducta posterior a la resección de un meningioma frontal, presentaba una disociación entre capacidades de razonamiento moral (el cual estaba preservado) y su comportamiento, caracterizado por un no respeto de las normas morales.

En el segundo modelo, inspirado en Hume, se enfatiza el rol de las emociones y de la intuición moral. La percepción de una situación inicia una emoción, la cual se traduce en un juicio sobre si la acción con la cual se responde a esa situación es moralmente buena o mala. Este modelo no da cuenta de los trastornos de los sujetos psicópatas, quienes, pese a carecer de emociones morales y violar de manera reiterada normas morales elementales, preservan la capacidad de realizar juicios morales. Por lo anterior, se ha postulado que las emociones no intervendrían en la generación de los juicios morales, sino en modular la conducta de manera de actuar en concordancia con el juicio moral.

Basándose en los escritos de John Rawls sobre la justicia, se ha postulado que se realizaría una evaluación inconsciente y automática de las acciones con implicancias morales: la percepción de un evento con implicancias morales inciaria un análisis inconsciente de las causas, intenciones y consecuencias de las acciones asociado a él, conduciendo a un juicio moral que se expresaría en una emoción y razonamiento consciente.

A diferencia del modelo anterior, las emociones no intervendrían en la generación del juicio moral. En la actualidad se carece de evidencia científica para concluir si este modelo explica la globalidad de los juicios morales o si estos resultan de la interacción entre procesos intuitivos e inconscientes, procesos emocionales y cognitivos, propuestos en este último modelo. En todo caso los trastornos del comportamiento observados en los pacientes con lesiones cerebrales sugieren que las capacidades de razonamiento explicito no permiten predecir las conductas morales en la vida cotidiana, las cuales están moduladas por las emociones morales, explicándose así la paradoja de “decir el bien y actuar mal”.

Conclusión:

No se encuentra amenazada la libertad y responsabilidad moral, los estudios en el campo de la neurociencia sobre la moral, se están haciendo, y los únicos que se encuentran amenazados por estos experimentos son las personas que tienen algún tipo de daño cerebral. A estos se les identifica, puesto que tienen juicio moral pero deciden ira contra las normas o puede ser que no tengan ninguna idea de lo que es una moral.

La neuroética que es una rama de la neurociencia, está teniendo muchos avances en cuanto a la moral, están experimentando con mamíferos, humanos y no humanos, para saber el origen, las causas y efectos de la moral, por lo cual determinaron, que desde un punto de vista científico, el proceso evolutivo dice que por genética el que sea más apto para reproducir sus genes, es el que seguirá existiendo, entonces los seres vivos (algunos) han obtenido la aptitud de la moral, la convivencia y el comportamiento altruista.

También se trató el tema, de a qué edad una persona era responsable moralmente y está claro que todo depende del entorno en que la persona se haya desarrollado.

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