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Notas De Enfermeria


Enviado por   •  29 de Abril de 2013  •  3.063 Palabras (13 Páginas)  •  691 Visitas

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En esta obra se hace un estudio para que el lector en general, y en particular las enfermeras puedan comprender los cuidados y las necesidades de los enfermos, dando siempre una gran importancia a la higiene personal y ambiental.

Hay que tener en cuenta que Florence se encontró a lo largo de su vida profesional con grandes obstáculos por parte de los profesionales de la medicina

TESIS DE LA OBRA

La obra de Florence se resume en un párrafo que dice:

“Yo utilizo la palabra enfermería a falta de otra mejor. Se ha limitado a significar poco más que la administración de medicamentos y la aplicación de cataplasmas. Pero debería significar el uso apropiado del aire, la luz, el calor, la limpieza, la tranquilidad y la selección de la dieta y su administración, y con el menor gasto de energía por el paciente”, (Pag. 2).

Desarrolló toda una serie de necesidades, las cuales son importantes tanto para el enfermo como para el no enfermo.

I. VENTILACIÓN Y CALEFACCIÓN

Está basada en la necesidad de mantener el aire que respire el enfermo puro, ya que en muchos sitios existe la costumbre de airear la habitación de manera que el aire que penetra en ella es el procedente del pasillo, el cual está comunicado con el aire de las salitas y de otras habitaciones, por lo que dicho aire estará contaminado con humos, gases e inhalaciones, y nunca puede ser igual que el aire que proceda desde el exterior, que realmente será mucho más puro; todo ello sin olvidar ocuparse cuidadosamente del calor.

II. SALUBRIDAD DE LAS CASAS

La casa debe de disponer de aire puro, agua pura, desagües eficaces, limpieza y luz.

Resalta la importancia de la limpieza, tanto dentro como fuera de la casa, ya que si no hay limpieza, la ventilación no sirve para nada, pues lo único que se logra es trasladar la suciedad de un lugar a otro.

III. ADMINISTRACIÓN Y CUIDADO DE LOS PEQUEÑOS DETALLES

Hay que saber conseguir que el cliente haga lo mismo cuando estamos allí que cuando no lo estamos.

De igual modo hay que ser puntual a la hora de realizar todas las tareas de enfermería, y el silencio es fundamental que se mantenga a partir de las 22 horas.

Una habitación deshabitada puede ser un foco de contaminación al carecer de ventilación y limpieza.

Siempre hay que decirle al paciente cuando vas a estar ausente, cuando vas a volver y si te vas por un día o por varios, ya que la falta de información puede causar en el paciente desconfianza.

Lo importante no es como puedo yo hacer una cosa concreta por mi mismo, sino como puedo yo asegurar que se haga siempre, aunque yo no esté.

IV. EL RUIDO

El ruido innecesario o el ruido que crea inquietud en la mente daña al paciente y daña mucho más que el ruido necesario.

Así nunca hay que permitir que el ruido despierte a un paciente, ya que si está en su primer sueño, seguramente no podrá volver a dormirse.

Lo deseable es que cuando hay que hacer algo, hacerlo con paso ligero y mano firme y rápida.

Hay que asegurarse de que las puertas y ventanas no chirrían o que las persianas o cortinas no sean movidas por el viento.

Hay que evitar hablar a un cliente cuando está andando, pues éste se parará para oírnos y esto le supondrá un gran esfuerzo.

La indecisión es lo que más temen los enfermos, y así no es aconsejable leer a un enfermo algo cuando este es capaz de hacerlo por si mismo, pues le suele molestar.

V. LA VARIEDAD

El paciente se cansa de estar siempre en la misma habitación, por lo que mejora mucho al paciente el pasear y el comer con otros enfermos en otras habitaciones.

De igual modo hay que moverles la cama, poner objetos en las paredes, etc... de manera que haya una variedad.

“Un poco de trabajo de aguja, escritura y limpieza sería el mayor alivio que el enfermo podría recibir si pudiera hacerlo” (Pag. 59).

VI. ALIMENTACIÓN

Hay que evitar dar alimentos sólidos antes de las 11,00 de la mañana, pues tendrán la boca seca y les costará tragar. Hay que dar el alimento con la frecuencia y puntualidad que requieran.

De igual modo no hay que dejar la comida que no se come el paciente al lado de la cama con la esperanza de que se la coma antes de que traiga la siguiente (hay que retirarla se la haya comido o no).

A veces va bien preguntarle al cliente si a él le va bien comer a una hora determinada, pues de otra forma no comería. No se le debe servir más comida de la que pueda comer, pues seguro que la dejará y habrá que tirarla.

Hay que evitar hablar al enfermo mientras come, o que hable él. De igual modo hay que mirar cuanto ha comido y cuanto debería haber comido.

Así hay que procurar que la taza tenga los bordes limpios y no esté mojada por debajo, pues se puede manchar el enfermo.

VII. CLASE DE ALIMENTOS

No hay que centralizar la alimentación en la carne, sino que también hay que darles vegetales, leches y sus derivados.

La jalea, al contrario de lo que se cree, no nutre y tiene tendencia a producir diarrea, en cambio el caldo de carne es muy nutritivo, sobre todo si se añade a otros alimentos.

No se debe de dar té o bebidas excitantes después de las 17 horas, pues puede producir insomnio.

VIII. LA CAMA Y ROPAS DE CAMA

El enfermo suda, y esa humedad con materia orgánica se va acumulando en las sábanas. Así, hay que tener un buen somier, que permita el paso del aire hacia el colchón.

Siempre es mejor poner la cama limpia a un paciente que ponerle una cama ancha, para que se vaya moviendo de un lado a otro.

La cama no debe nunca estar pegada a la pared, pues la enfermera debe tener fácil acceso a ambos lados y alcanzar fácilmente cualquier parte del cuerpo del cliente.

De igual forma la cama no debe ser ni muy alta ni muy ancha, por razones evidentes.

Igualmente, esta debe estar en el sitio más iluminado de la habitación y tener una ventana

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