Orientaciones En La Carrera De Derecho
mcjuridico26 de Diciembre de 2012
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¿Qué son las orientaciones? ¿Qué se busca con ellas?
Vivimos en una época de constantes cambios, en menos de un siglo la cantidad de información y conocimiento que adquiere una persona a diario aumentó significativamente. Hoy en día la globalización y los medios de comunicación, entre los que se encuentra Internet, son consecuencia del cambio de paradigma, del que la educación superior no se encuentra ajena.
El nuevo contexto social, hizo que la Facultad de Derecho modernizara su plan de estudio en la carrera Abogacía , para seguir formando profesionales capaces de desentrañar y brindar soluciones, por medio de la utilización de los instrumentos que se le brinda a lo largo de la carrera, a aquellos problemas que diariamente se le presentan en su ámbito laboral.
Para esto decidió ofrecerle al alumnado la posibilidad de profundizar los conocimientos en aquella área que más intereses le despierta, formando las diferentes orientaciones. Con éstas se busca brindarle al alumno mayor conocimiento sobre una rama del derecho específicamente, dejando de lado la enseñanza del derecho en forma global, para seccionarlo en diferentes ramas de ésta disciplina, y así dar un mayor conocimiento de competencia.
Ahora bien, ¿qué es una competencia?: Es simplemente la suma de conocimientos y habilidades o destrezas adquiridas, sumado a una actitud adecuada nos producirá el desempeño deseado.
En base a esta conceptualización, podemos ver que la Facultad de Derecho busca formar abogados capaces de encontrar las soluciones adecuadas a los conflictos que se les presentan, por medio de la utilización de los conocimientos específicos adquiridos, ya que el estudio en profundidad de un área del derecho da mayores conocimientos y profundidad de ellos, brindándole al profesional herramientas para analizar y solucionar aquellos problemas que enfrentan.
Desde siempre se ha sabido que el abogado no es un autómata aplicador de herramientas conceptuales, por el contrario las diferentes situaciones que surgen en la vida cotidiana hacen del derecho una disciplina viva, que se va adecuando al contexto histórico en que se presenta. Por esto, de nada sirve tener un razonamiento legal de las teorías y conceptos generales del derecho, sino es hábil para crear soluciones creativas aplicando las herramientas existentes como aquellas que pueda desarrollar.
Esta interacción entre la teoría, el razonamiento y la práctica deja en evidencia que la formación del abogado no se perfecciona con el cumplimiento completo de la currícula para la obtención del título, por el contrario es constante la formación para no quedar desactualizado ante los nuevos supuestos legales que surgen.
Ante estos desafíos, la Facultad de Derecho estructuró los objetivos del Ciclo Profesional Orientado (CPO) en dos grupos: principales y derivados. Los primeros amplían los principios, conceptos, teorías y metodologías de resolución de conflictos, que abordan los temas nucleares del saber específico, son aquellos contenidos y el desarrollo de aquellas competencias que no pueden ser dejados a la autodidactica del alumno. Los cursos derivados buscan fomentar una profundización creciente, a la extensión gradual del conocimiento propio de la orientación elegida así como a sus posibilidades de aplicación.
Este CPO se organiza en siete orientaciones : Derecho Público, con dos sub-orientaciones: a) Derecho Administrativo y b) Derecho Internacional Público; Derecho Privado; Derecho Penal; Derecho Empresarial; Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social; Derecho Tributario; Derecho Notarial, Registral e Inmobiliario.
Estas orientaciones forman fundamentalmente abogados litigantes, dejando rezagadas otras competencias como son la investigación, docencia, entre otras. Pero que, debido a la extensión de estos temas se nos hace imposible analizarlos en profundidad en el presente trabajo.
Consientes que se están formando abogados litigantes, competencia exclusiva de la disciplina del derecho, se puede observar que esta currícula tiene en mira una sola cara del abogado tribunalicio, la que se enfoca a formar profesionales que se desenvuelvan en el ámbito privado, sea en una empresa o en su propio estudio jurídico, pero no se ofrece una formación curricular para aquellos alumnos interesados en la aplicación del derecho desde el ámbito público, sea en la Administración Pública y en especial desempeñándose como profesionales del derecho en el Poder Judicial.
Vemos que la falta de una orientación en la formación de un profesional de la ciencia del derecho con competencia en la Gestión Judicial es de vital importancia, ya que si no, los abogados que entran a ocupar cargos dentro de la estructura judicial deben repensar su profesión debido a que solo se le ha mostrado una cara de esa moneda, careciendo de las herramientas necesarias para ser abogados/funcionarios judiciales, teniendo que aprender desde cero estas nuevas competencias sin el apoyo de las estructuras académicas de la facultad.
En este sentido, la incorporación de estudios de posgrado dirigidos a aquellos que ejercen o aspiran a ejercer la magistratura, con planes de estudios que no profundizan los adquiridos en la carrera de grado sino que tienen una matriz muy diferente, parece es tar marcando a las claras que la facultad de derecho no se propone primariamente formar jueces sino abogados o que, en todo caso, consideran que el rol de juez es un derivado del de abogado, y no a la inversa.
Como ejemplo de ello, podemos citar la oferta del Posgrado de nuestra facultad, en la cual se dictan la carrera de especialización en administración de justicia y la Maestría en Magistratura, cuyos contenidos diferen notablemente de los incluidos en la carrera de grado.
En suma, en la medida en que la titulación en Derecho brinda el acceso a múltiples funciones y actividades profesionales de carácter público y privado, entre las cuales se encuentra la administración del sistema judicial, deviene necesario plantearse si la facultad de Derecho esta cumpliendo satisfactoriamente con este cometido, formando adecuadamente a sus alumnos para el posterior desarrollo de esta primordial función.
Sobre este aspecto, podemos señalar que la mayoría de los doctrinarios sobre la administración de justicia consideran que la ausencia de una carrera judicial es uno de los principales factores que contribuyen al bajo nivel de independencia judicial y a la ineficacia del sistema. Los actores del sistema sostienen una opinión similar.
Sin embargo, muy pocas veces se define lo que se entiende por "carrera judicial" y aún menos se determina su alcance. En general este término se usa para referirse al establecimiento de una profesión con garantías de estabilidad, remuneración y beneficios similares.
Los métodos y criterios utilizados para la selección, promoción y salida del cargo de magistrados y jueces constituyen uno de los principales aspectos de la institución judicial, ya que determinan el tipo de personas que deberán ocupar estos puestos. Tales aspectos están relacionados, no solamente con el profesionalismo del personal de justicia, sino asimismo con el problema de la independencia judicial.
Uno de los cambios más importantes efectuados en los métodos de selección judicial en nuestro país ha sido la introducción de un sistema de mérito aplicado por un cuerpo independiente al Poder Judicial, el Consejo de la Magistratura.
La formación del personal judicial constituye uno de los aspectos más relevantes para el mejoramiento de los sistemas de administración de justicia.
En efecto, la calidad de las decisiones judiciales dependen tanto del personal que las aplica como de las normas en que se basa para hacerlo.
En este sentido, la formación de los jueces, como la capacitación de todo el personal judicial reviste vital importancia para el desarrollo de esta trascendente función.
La labor judicial abarca múltiples facetas (conocimientos jurídicos, psicológicos y administrativos), así como la necesidad de mantenerse siempre actualizados y de capacitar constantemente a los empleados judiciales.
En este punto cabe formular un interrogante: ¿cual debería ser el perfil adecuado para la persona que ejerce la función judicial?
Caracterización del perfil idóneo para el ejercicio de la función judicial.
Una de las posibles formar de caracterizar el perfil de un juez idóneo consiste en el análisis del Reglamento de Concursos Públicos de Antecedentes y Oposición para la Designación de Magistrados del Poder Judicial de la Nación.
Del estudio del mismo se verifica que la idoneidad de los candidatos se determina básicamente a través de la aprobación de una prueba escrita e individual en la que se le plantea al concursante uno o más casos reales o imaginarios para que proyecte por escrito una resolución o sentencia, como debería hacerlo estando en ejercicio del cargo para el cual se postula, evaluándose la consistencia jurídica de la solución propuesta, la pertinencia y rigor de los fundamentos y la corrección del lenguaje utilizado y la realización de una entrevista personal pública en la que se valorará básicamente la motivación del candidato para el cargo al que aspira, la forma en la que eventualmente desarrollará la función, su planes de trabajo, los medios que proponga para mejorar la eficiencia en el cumplimiento de sus funciones, sus puntos de vista sobre temas básicos de su especialidad, su conocimiento respecto de la interpretación de las cláusulas de la Constitución y de la jurisprudencia de la CSJN que versen sobre control de constitucionalidad, sus valores éticos, su vocación
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