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PENSAMIENTO COMPLEJO EN LAS SOCIEDADES CONTEMPORANEAS


Enviado por   •  18 de Junio de 2014  •  2.032 Palabras (9 Páginas)  •  267 Visitas

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El pensamiento complejo en las sociedades contemporáneas y las implicaciones educativas en el desarrollo de competencias

Las sociedades actuales son enormemente complejas, en el siglo XXI se han enfatizado los conflictos sociales, los niveles de pobreza, los desastres naturales, hay una explotación desmedida del ambiente, muchos grupos humanos viven en condiciones de exclusión social, violencia, delincuencia y desigualdad, constituyendo así grandes desafíos para México y el mundo los cuales son necesarios afrontar.

Ante los diferentes conflictos sociales, las diferentes disciplinas y áreas del conocimiento que conforman las Ciencias Sociales y humanidades como la historia, antropología, sociología, economía, geografía, politología, entre otras, han centrado sus estudios en los problemas del hombre en sociedad, tratando una multiplicidad de temas y problemas de la vida social que es comprendida e interpretada como un todo integrado partiendo desde los conflictos sociales, logrando así realizar aportes para atenuar las diferentes complejidades que experimenta las sociedad contemporánea en el cual la ciencia y tecnología se desarrolla a pasos agigantados.

Las Ciencias Sociales y las humanidades resultan de gran relevancia ya que aportan herramientas para analizar e interpretar críticamente el mundo social, Intervenir, decidir, cambiar y buscar elementos que permitan transformarlo, Smith (1997) refiere que “La importancia de las ciencias sociales y humanas consiste en que nos hablan de nuestros intereses, de la comunidad a la que pertenecemos, del sentido de identidad y de los propósitos que tenemos o que no podemos alcanzar. Buscan decirnos lo que somos y cómo somos, en el contexto de la sociedad y de la cultura. Nos aportan un conocimiento acerca de cómo podemos y debemos vivir, y en ocasiones incluso nos dicen, de manera franca y directa, como deberíamos llevar nuestras vidas”, sin embargo, sus aportes conceptuales generan incertidumbre, dado que todo grupo social se inserta en el mundo con relaciones íntimas y lejanas, mutuamente vinculadas y a veces muy dispares, en el que las grandes desigualdades económicas son latentes, lo cual conlleva a repensar no solo en el

carácter actual de la sociedad contemporánea sino también el papel sustancial que adquiere la educación en general y sobre todo el papel de la educación en valores.

Es entonces, que las humanidades y las ciencias sociales han contribuido para conocer las formas de vida, las concepciones de la realidad, las creencias y las esperanzas de la gente, para aprovecharlas y programar su cambio, para localizar los recursos naturales y movilizar las iniciativas destinadas a explotarlos, para organizar la producción y la mano de obra necesaria para todas las labores, para organizar a la sociedad, han permitido conocer las condiciones sociales y las causas de los problemas nacionales intentando plantear soluciones al tiempo que se transmiten valores culturales y se crean y arraigan valores nuevos, han contribuido pensando la vida en sociedad.

Sin embargo y a pesar de los grandes avances científicos y tecnológicos del mundo y la nación mexicana, en o siglo XXI se siguen observando las grandes desigualdades económicas, principal factor que cierra las puertas para un desarrollo y progreso social, atenuándose más en las comunidades indígenas, es cierto que el gobierno mexicano ha emprendido una serie de acciones para atenuar los distintos problemas sociales (pobreza, pérdida de valores, equidad de género, violencia intrafamiliar, cuidado del ambiente, derechos humanos, salud, etc.) a través de programas y proyectos sociales como la cruzada nacional contra el hambre, alerta amber, proyectos productivos; por su parte la Sep el programa escuela segura, los consejos escolares de participación social, el Programa Nacional de Lectura entre otros, pero a pesar de ello y dado los cambios tan acelerados, es acuciante la toma de decisiones de manera integral en los órdenes económico, político y cultural, en ello, la labor docente es punto nodal para la formación de seres humanos capaces de construir la sociedad justa y democrática a la que se aspira, mediante un trabajo profesional reflexivo en el cual el desarrollo de competencias para la vida como lo señala el Plan de estudios 2011 sea el eje rector del actuar cotidiano.

En el ámbito de las competencias, Zabalza (2003: 71) señala que “al hablar de competencia se hace referencia a un tipo de trabajo de cierto nivel de complejidad que lo distingue de las actividades que se desarrollan como mera ejecución de las órdenes de otros”. Este primer rasgo deja fuera un concepto sumamente limitado de competencia, en el que ésta es asociada sólo a desempeños de tipo técnico o a ejecuciones físicas fácilmente automatizables. Si bien la competencia se muestra en desempeños concretos de un individuo, en realidad éstos son a su vez expresión de todo aquello que subyace en la respuesta de los sujetos; esto es, los elementos cognitivos, motores y socio afectivos implícitos en lo que el sujeto hace o debe hacer.

De ahí que la competencia no se reduce a un mero saber hacer, así lo precisan definiciones en las que se señala que el concepto de competencia involucra habilidad, aptitud, capacidad y un desempeño experto, siendo este, la expresión concreta de los recursos que pone en juego el individuo cuando lleva a cabo una actividad (un rol, un proyecto, una tarea); cuando se habla de desempeño, se pone énfasis en el uso o manejo que el sujeto hace de lo que sabe, no del conocimiento aislado, en las condiciones en que el desempeño sea relevante. El desempeño es un continuo en el que los individuos pueden ir desarrollándose en términos de autonomía, en el que no se privilegia el saber ni el saber hacer, sino donde se asume que la importancia relativa de éstos pudiera variar en función de lo que demanda la situación en la que se concreta el desempeño.

En los desempeños en los que se expresa, están involucrados tanto el saber cómo el saber hacer, algunas acepciones sobre competencias que involucran los rasgos antes referidos son:

 La capacidad de aplicar los conocimientos y las aptitudes, con lo cual se pone de relieve la facultad de hacer uso de lo aprendido en situaciones nuevas (Eurydice,2002)

 Una articulación coherente de conocimientos, aptitudes, valores y actitudes aplicada a situaciones de la vida cotidiana (Rychen y Tiana, 2004)

 La capacidad de utilizar los conocimientos y aptitudes de forma eficaz y original en el marco de situaciones interpersonales que comprenden las relaciones con otras personas en contextos sociales, así como en entornos profesionales o

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