Panorama Del Periodo

Panorama del periodo

Entre 1750 y 1850, Europa y América se vieron sacudidas por cambios tan grandes que se les llamó “revoluciones. En lugares distintos y a ritmos diferentes se vieron profundas modificaciones en los modos de producir, transportar e intercambiar mercancías, así como en la manera de pensar, la política, la economía, la cultura y el lugar del individuo en la sociedad.

En el ámbito político se abandonaron las viejas ideas respecto a que solo algunas personas, los reyes y los príncipes, tenían derecho a gobernar, entre 1776 y 1825en las colonias británicas de América del norte, en Francia, en España y en las posesiones españolas del continente americano, personajes revolucionarios proclamaron que los seres humanos somos libres e iguales y afirmaron que el gobierno no debía de basarse en un mandato divino, si no en la conveniencia y voluntad de los gobernados.

Los súbditos del rey se convirtieron en ciudadanos de la nación, y como tales debían participar en la difusión y defensa de sus ideas políticas, además de votar en las elecciones. Por su parte, los cuerpos representativos de la sociedad serían los encargados de formular las leyes. A esta nueva forma de penar la sociedad y el gobierno se le conoce como Liberalismo Político.

De igual manera se transformó la economía. La invención de máquinas y su introducción en las fábricas marcó un cambio profundo en la manera y en la capacidad de producción de muchas industrias, por lo que a este proceso se le conoce como Revolución Industrial.

Con la Revolución Industrial también aparecieron otras formas de pensar. Los fabricantes y comerciantes, llamados “burgueses” o “capitalistas, abandonaron los principios del mercantilismo.

Para que estos circularan con mayor libertad, se exigió a la autoridad política que dejara de fijar los precios del grano y el pan, así como de cobrar impuestos a las mercancías que entraban en las ciudades. A esta búsqueda de mayor movimiento y apertura comercial se le llamo liberalismo económico.

Transformación de los sistemas políticos y nuevas ideas

El absolutismo europeo

Desde el siglo xv los gobiernos europeos asumieron tareas cada vez más complejas y costosas: la consolidación del territorio, la construcción, administración y defensa de los imperios de ultramar y, sobre todo, la guerra.

No era posible enfrentar estos desafíos sin un gobierno más eficiente, por lo que los partidarios del absolutismo buscaron centralizar el poder en manos del monarca. Se reorganizo el territorio y al frente de las nuevas divisiones administrativas se colocó a funcionarios profesionales que obedecían directamente al rey. También se inventaron nuevos impuestos.

Ya no se convocaba a los parlamentos, los cuales representaban a las ciudades de las provincias y a la nobleza, si no que el rey llevo a esta última a la corte para impedir que conspira contra él.

En Francia, durante el reinado de Luis XIV (1643-1715) se establecieron complicados rituales en el Palacio de Versalles para mantener ocupados a los nobles. Uno de ellos involucraba a más de 50 personas que debían despertar al monarca y ayudarlo a vestirse.

Pese a su poder, el rey no podía ir en contra de las leyes que privilegiaban a determinados grupos de la sociedad, como la propia nobleza, el clero, los gremios de artesanos y cofradías. Entre otras restricciones, no podía obligar a los nobles a pagar impuestos.

En síntesis, los absolutistas buscaban que el monarca tuviera un poder absoluto, pero aquellos privilegios limitaban su espacio de maniobra,

La ilustración y la Enciclopedia

Con la revolución científica del siglo XVII los seres humanos se convencieron de que podían conocer y resolver los misterios del mundo mediante la observación y el razonamiento, y no por lo que afirmaban las autoridades eclesiásticas.

Surgió así la ilustración, movimiento intelectual que afirmaba que se debe observar, conocer y criticar para mejorar.

El despotismo ilustrado

La Ilustración sedujo a algunos monarcas europeos. Convencidos de que el gobierno también era una ciencia, estos se acercaron a pedir consejo a los pensadores más importantes de la época.

La guerra de los Siete Años y la modernización de las administraciones imperiales

A lo largo del siglo XVIII, las monarquías absolutistas entraron en conflicto sobre todo Gran Bretaña y Francia –aliada con España-, al competir por la supremacía política y comercial.

Para enfrentar los desafíos de esta nueva geografía política, los imperios tendrían que controlar sus posesiones de forma más eficaz, aumentar los impuestos y mejorar su recaudación.

Revoluciones liberales

La independencia de las trece colonias

Para los colonos de Norteamérica que habían participado en la guerra “contra los indios y los franceses”, lo que siguió después de 1763 fue una gran decepción: a fin de mantener la paz con las naciones indias, la corona inglesa prohibió a sus súbitos emigrar al oeste de los montes Apalaches, donde muchos creían que hallarían la prosperidad.

Además, a partir de 1764 se establecieron impuestos sobre productos como el papel, el vidrio, la pintura y el té, así como en los documentos oficiales con que se pagaba a la s tropas imperiales en América.

Los colonos se opusieron a estos gravámenes no solo por su costo, sino porque consideraban tiránico y anticonstitucional que el Parlamento les cobrara impuestos. Entonces organizaron manifestaciones callejeras y agredieron a funcionarios de la Corona. En 17774, representantes de las distintas colonias se reunieron en un congreso continental y acordaron no importar ni consumir productos de la metrópoli.

La guerra estallo tras una serie de escaramuzas entre las tropas del rey y las milicias coloniales. En julio de 1776, los miembros del Congreso firmaron la Declaración de Independencia, con la que cortaban el lazo con Gran Bretaña y se convertían en “estados libres e independientes”. Al poco tiempo firmaron una alianza militar con Francia. La guerra, larga y sangrienta, duro hasta 1783, cuando la corona reconoció la independencia de sus antiguas colonias.

Después de diez años de lucha y debates, los colonos concluyeron que los derechos de los gobernadores debían ser la base del gobierno, en vez de la voluntad del Rey o del Parlamento.

La Revolución Francesa

Ante un gravísimo problema financiero, acentuado por los gastos de la Guerra de Independencia de Estados Unidos de América, Luis XVI se vio obligado a convocar a los Estados Generales, que por decisión de los reyes absolutistas nos e reunían desde 1614.

Cada estado

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