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Prácticas De Siembra, Cría Y Cosecha Basadas En La Planificación Agroecológica.


Enviado por   •  10 de Abril de 2014  •  1.638 Palabras (7 Páginas)  •  1.424 Visitas

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Prácticas de siembra, cría y cosecha basadas en la planificación agroecológica.

Las prácticas de siembra, cría, y cosecha basados en la planificación agroecológica:

La cosecha es una etapa importante de cualquier cultivo y desde el punto de vista agronómico se puede ver como la culminación de todo el proceso o el cumplimiento del objetivo final. Un aspecto clave de la cosecha es realizarla en el momento oportuno, conocer la madurez fisiológica del producto, es decir, que el producto al ser cosechado aunque presente un aspecto de inmadurez, pueda seguir un proceso de maduración durante el tiempo de almacenamiento, trasporte y distribución, y alcance el estado ideal de maduración para ser consumido. En general, la decisión de cosecha se basa en criterios organolépticos combinados con otras dimensiones.

Durante la etapa de cosecha no se deben realizar aplicaciones de plaguicidas, porque pueden afectar a los sujetos que realizan esta labor o fijarse estas substancias y después al ser consumido, los residuos pueden tener diversos efectos sobre las personas que lo consuman. Por ello, el procedimiento de la cosecha debe ser manejado cuidadosamente (Vázquez, 2004). La agroecología promueve un manejo dirigido del suelo que resalta la conservación y mejoramiento de los recursos locales (germoplasma, suelo, fauna benéfica, diversidad vegetal, etc.) y la integración de la biodiversidad de plantas y animales que acrecienta la sinergia y optimiza las funciones y procesos del agroecosistema productivo acorde con las condiciones ambientales y socioeconómicas efectivas del entorno.

Para mejorar los índices de cría animal y conservación de los recursos naturales es necesario usar herramientas que, como la planificación de fincas, permitan determinar los recursos totales y potenciales de la finca, así como la problemática, el saber de los productores, sus expectativas a futuro, las prioridades de cambio y las estrategias tecnológicas para mejorar el sistema. Asimismo, es necesario elaborar un plan de implementación de opciones tecnológicas...

Prácticas de siembra, cría y cosecha basadas en la planificación agroecológica.

Las prácticas de siembra, cría, y cosecha basados en la planificación agroecológica:

La cosecha es una etapa importante de cualquier cultivo y desde el punto de vista agronómico se puede ver como la culminación de todo el proceso o el cumplimiento del objetivo final. Un aspecto clave de la cosecha es realizarla en el momento oportuno, conocer la madurez fisiológica del producto, es decir, que el producto al ser cosechado aunque presente un aspecto de inmadurez, pueda seguir un proceso de maduración durante el tiempo de almacenamiento, trasporte y distribución, y alcance el estado ideal de maduración para ser consumido. En general, la decisión de cosecha se basa en criterios organolépticos combinados con otras dimensiones.

Durante la etapa de cosecha no se deben realizar aplicaciones de plaguicidas, porque pueden afectar a los sujetos que realizan esta labor o fijarse estas substancias y después al ser consumido, los residuos pueden tener diversos efectos sobre las personas que lo consuman. Por ello, el procedimiento de la cosecha debe ser manejado cuidadosamente (Vázquez, 2004). La agroecología promueve un manejo dirigido del suelo que resalta la conservación y mejoramiento de los recursos locales (germoplasma, suelo, fauna benéfica, diversidad vegetal, etc.) y la integración de la biodiversidad de plantas y animales que acrecienta la sinergia y optimiza las funciones y procesos del agroecosistema productivo acorde con las condiciones ambientales y socioeconómicas efectivas del entorno.

Para mejorar los índices de cría animal y conservación de los recursos naturales es necesario usar herramientas que, como la planificación de fincas, permitan determinar los recursos totales y potenciales de la finca, así como la problemática, el saber de los productores, sus expectativas a futuro, las prioridades de cambio y las estrategias tecnológicas para mejorar el sistema. Asimismo, es necesario elaborar un plan de implementación de opciones tecnológicas acorde con los recursos del productor y de monitoreo de la finca para conocer la respuesta a los cambios implementados. Este enfoque integral favorece la reflexión de todos los involucrados en el proceso: el productor y su familia y el técnico asesor.

Considerando las condiciones agroecológicas de la subcuenca Copán, las mejores opciones para mitigar los problemas ambientales y de baja productividad son los sistemas silvopastoriles en áreas ganaderas, la agroforestería en áreas de cultivos

agrícolas (perennes o temporales) y usos forestales (plantaciones, regeneración natural o ambas estrategias) en zonas críticas como áreas de recarga hídrica, fuentes de agua y sitios vulnerables a deslizamientos e inundaciones. Este enfoque permite, entonces, diseñar modelos de producción diversificados e integrados para mejorar la productividad, la conservación de los recursos naturales y la calidad de vida de las familias y comunidades rurales.

Para que un animal sea productivo debe tener salud y además ser eficiente en la conversión animal de los alimentos que consume, denominándose voluminosos aquellos que presentan una baja proporción de elementos nutritivos (pastos y forrajes) y concentrados aquellos que presentan un alto porcentaje de nutrientes, como son las harinas de granos de cereales, leguminosas y girasol (Peña, 2004).La fuente más económica de alimentación de los animales de la granja son los pastos y forrajes que, con un manejo adecuado, pueden proporcionar los nutrientes para desarrollar las funciones de mantenimiento, crecimiento, reproducción y producción.

En general, los animales de la granja (bovinos, caprinos, ovinos, equinos, conejos, cuyes, entre otros) consumen especies forrajeras y subproductos de cosecha, los cuales pueden aprovecharse directamente en pastoreo o suministrarse como forraje fresco (cosechado y picado), conservado, henificado o ensilado Torres et al., 2002). Los pastos y forrajes deben suministrarse de forma escalonada, de tal manera que al cortar el último tramo de pasto, el que se cortó primero ya esté listo para ser utilizado de nuevo, cumpliendo así un ciclo de manejo (Peña, 2004).

Para los cultivos de siembra y cosecha es necesaria la conservación

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