RELACIÓN DE LA CIENCIA CON MI PRÁCTICA

RELACIÓN DE LA CIENCIA CON MI PRÁCTICA PROFESIONAL

El tiempo que ha transcurrido en relación al desempeño docente propio, no es limitante para analizar las acciones realizadas durante nuestra práctica con fines de intervención para el mejoramiento de la misma, siendo parte de este paradigma, la sistematización de dichas labores y el análisis crítico-retrospectivo que nos clarifica el actuar para alcanzar dichos términos. Es esta la razón primordial para involucrar la intervención de la ciencia y sus virtudes dentro de nuestro quehacer docente.

El tiempo transcurrido este ciclo escolar, es suficiente para analizar y evaluar el desempeño que he tenido durante mi práctica, y es precisamente donde se puede clarificar la ruta a seguir para mejorar y obtener mejores resultados en nuestra práctica. Iniciamos con el establecimiento de los requerimientos para realizar nuestra investigación, considerando principalmente el propósito de la misma. Así, de manera ordenada y clara se sistematiza la investigación de nuestra práctica.

Es importante, no dejarse llevar por impresiones o conclusiones sin fundamento, ya que esto puede generar grandes problemáticas que se pudieran haber evitado si se analiza de manera correcta y se interviene específicamente en el punto de conflicto. Esto nos lo aclara Rousseau con esta frase: “Las ideas generales y abstractas son la fuente de los mayores errores de la humanidad”. J.J. Rousseau (Erickson, 1989)

Primeramente, iniciamos con la observación de nuestra propia práctica, esto lo podemos realizar por diferentes métodos y con distintas herramientas en las cuales podemos apoyarnos para una clarificación del objetivo y los procesos que se están realizando dentro de nuestra práctica general, y de esta manera encontrar la problemática particular en la cual basaremos nuestra investigación.

En este punto, el pensamiento científico nos sirve de base para realizar una exploración fehaciente considerando que ha sido analizado, revisado y contrastado para la obtención de resultados que se encuentren dirigidos a la intervención directa en la problemática específica que se ha detectado, y con ello plantear la mejor estrategia de acción para llevar seguimiento y evaluar resultados basados en nuestro chirumen o discernimiento, inmerso en la imparcialidad de los antecedentes de nuestra indagación.

Llegado el momento de indagar, es necesario que razonemos partiendo de una pregunta central, y que de ésta se deriven una serie de preguntas a las cuales debemos dar respuesta que nos lleve a responder las dudas surgidas en torno al propósito que nos hemos planteado, así como la verificación de los alcances de las mismas y si con estos resultados finaliza la indagación, o las mismas generan más cuestionamientos, además se pueden considerar en este momento, las respuestas que pueden ser una opinión, por lo tanto, es necesario investigar distintos puntos de vista al respecto para razonar desde distintos enfoques como se ha puntualizado anteriormente y obtener una respuesta que nos explique o resuelva la razón de nuestro estudio.

Es entonces que formularemos nuestras hipótesis sobre las razones o consecuencias de las acciones realizadas en el aula y que nos han generado una situación problemática dentro del desarrollo de los resultados y las posibles opciones de intervención para salvar la problemática detectada hasta el momento; centradas en nuestro propio interés, como es mencionado por Erickson: “El interés en el contenido interpretativo lleva al investigador a buscar métodos que resulten apropiados para el estudio

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