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Sindrome Doloroso


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  3.641 Palabras (15 Páginas)  •  233 Visitas

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Conceptos Básicos

1. Síndrome: se caracteriza por agrupar diversos síntomas que caracterizan a una determinada enfermedad o bien describe al grupo de fenómenos propios de una situación específica.

A nivel médico, se entiende por síndrome a un cuadro clínico que merece ser examinado por tener un cierto significado. Gracias a sus particularidades, que funcionan como datos semiológicos, posee una cierta identidad, con causas y etiologías particulares.

2. Sangre: es un líquido viscoso que circula por todo el cuerpo humano a través de vasos cerrados y contiene como pigmento respiratorio la hemoglobina.

La sangre está formada por:

• El plasma: es líquido y está formado en el 90% de agua y en el 10% de otras sustancias como azúcares, proteínas, grasas y sales minerales; y por células que flotan en el plasma, comúnmente llamados elementos figurados de la sangre: Glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

La médula ósea es uno de los órganos más activos y grandes del cuerpo y contiene células madres pluripotenciales (megacariocitos) que se diferencian en distintos precursores para distintos elementos figurados. El proceso de generación de células sanguíneas se llama hematopoyesis.

• Glóbulos rojos: conocidos también como eritrocitos o hematíes. Son el componente más abundante de la sangre, y actúan transportando el oxígeno. Como su nombre lo indica, son células de color rojo por su contenido de hemoglobina. Se fabrican en la médula roja de algunos huesos largos, y la disminución en el número normal de glóbulos rojos produce anemia. Mujeres: 4,2 - 5,6 millones/mm³ , Hombres: 4,8 - 6,2 millones/mm³

Hematocrito el porcentaje del volumen de toda la sangre que está compuesta de glóbulos rojos. Esta medición depende del número de glóbulos rojos y de su tamaño.

• Glóbulos blancos o leucocitos: son células que no tienen color, tienen un tamaño mayor que los glóbulos rojos. Cumplen la función de defender al cuerpo de los microorganismos infecciosos ya que tienen ciertas características que hacen posible esta acción.

Los glóbulos blancos poseen la capacidad de responder frente a los órganos dañados; cuando captan la fuente infecciosa, pueden atravesar las paredes de los vasos sanguíneos y dirigirse al sitio de la infección. Esto lo hace deformando su "cuerpo" y desplazándose, y al llegar a la infección envuelven al agente patógeno (o lo comen) y de esta manera lo destruyen. Se fabrican en la médula ósea. Los glóbulos blancos de la sangre son de dos tipos principales: los granulosos, con núcleo multilobulado, y los no granulosos, que tienen un núcleo redondeado. Los leucocitos granulosos o granulocitos son las células con núcleo más abundantes en la sangre. Estas células fagocitan (ingieren) los antígenos que penetran en el cuerpo, sobre todo si estos antígenos han sido recubiertos en la sangre por inmunoglobulinas o por proteínas del sistema del complemento del Sistema inmunológico. Una vez ingeridos, los antígenos suelen ser destruidos por las potentes enzimas de los granulocitos.

Los granulocitos incluyen:

• Neutrófilos: que fagocitan y destruyen bacterias.

• Eosinófilos: que aumentan su número y se activan en presencia de ciertas infecciones y alergias

• Basófilos: que segregan sustancias como la heparina, de propiedades anticoagulantes, y la histamina que estimula el proceso de la inflamación.

Los leucocitos no granulosos están formados por linfocitos y un número más reducido de monocitos, asociados con el sistema inmunológico.

Los linfocitos desempeñan un papel importante en la producción de anticuerpos y en la inmunidad celular. En algunos aspectos, los linfocitos son las células más importantes del sistema inmunológico.

Existen dos tipos principales de linfocitos:

Linfocitos B y los linfocitos T.

• Los linfocitos B: son responsables de la inmunidad humoral o serológica; es decir, los linfocitos B y sus descendientes directos, que reciben el nombre de células plasmáticas, son las células responsables de la producción de unos componentes del suero de la sangre, denominados inmunoglobulinas.

• Los linfocitos T: son responsables de la inmunidad celular; es decir, atacan y destruyen directamente a los antígenos. Estas células también amplifican o suprimen la respuesta inmunológica global, regulando a los otros componentes del sistema inmunológico, y segregan gran variedad de citoquinas.

Los linfocitos T constituyen el 70% de todos los linfocitos.

Tanto los linfocitos T como los linfocitos B tienen la capacidad de recordar, desde el punto de vista bioquímico, una exposición previa a un antígeno específico, de manera que si la exposición es repetida puede producirse una destrucción más eficaz del antígeno.

Los monocitos constituyen un pequeño porcentaje de la totalidad de las células sanguíneas; cuando se encuentran localizados en los tejidos, fuera de la circulación sanguínea, experimentan cambios físicos y morfológicos, y reciben el nombre de macrófagos.

Al igual que los granulocitos, los monocitos también ingieren sustancias extrañas, interaccionan con las inmunoglobulinas y con las proteínas del complemento, y contienen enzimas potentes dentro de su citoplasma.

• Plaquetas o trombocitos: son fragmentos celulares pequeños (2-3 μm de diámetro), ovales y sin núcleo (anucleados). De hecho, son las cuasi células más pequeñas de la sangre.

Se producen en la médula ósea a partir de la fragmentación del citoplasma de los megacariocitos (células de gran tamaño presentes en la médula ósea) quedando libres en la circulación sanguínea.

Las plaquetas sirven para taponar las lesiones que pudieran afectar a los vasos sanguíneos. En el proceso de coagulación (hemostasia), las plaquetas contribuyen a la formación de los coágulos (trombos), así son las responsables del cierre de las heridas vasculares.

Cuando se rompe un vaso circulatorio ellas vienen y rodean la herida para disminuir el tamaño para evitar el sangrado.

La formación de un tapón impide que la sangre salga de un vaso cuando la pared de éste se ha roto, de manera que se mantenga constante el volumen sanguíneo. Esta situación de equilibrio se llama hemostasis.

Una

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