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Sintesis nanomateriales


Enviado por   •  12 de Junio de 2018  •  Tareas  •  6.050 Palabras (25 Páginas)  •  240 Visitas

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INDICE

RESUMEN        2

I.        INTRODUCCION        2

II.        ANTECENDENTES        2

ANTECEDENTES HISTÓRICOS        2

III.        FEMINIZACION DE LA POBREZA        2

¿QUE ES EN REALIDAD LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA?        2

ALGUNOS FACTORES        2

MATRIMONIO, EMBARAZO Y MATERNIDAD: EL ESTIGMA FEMENINO        2

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER        2

EMPLEO        2

DISPARIDAD DE INGRESOS        2

¿IGUALDAD DE OPORTUNIDADES?        2

MUJERES POBRES, MUNDO POBRE        2

SOLUCIONES        2

IV.        CONCLUSIONES        2

V.        BIBLIOGRAFIA        2

RESUMEN

El concepto «feminización de la pobreza» se refiere al hecho de que la pobreza afecta, con más frecuencia, a las mujeres. Sin embargo, esta «feminización» no se encuentra reflejada en las mediciones convencionales, e incluso cuando se producen cuantificaciones de la misma no se introduce un elemento fundamental para explicar dicha «feminización», a saber, la posición de la mujer en la estructura social y su vulnerabilidad estructural. Es decir, la perspectiva de género.

Sitúa, brevemente, los antecedentes de concepto de feminización a partir de su emergencia, en el contexto de los EEUU, hacia fines de los años 1970 y su expansión como diagnóstico para América Latina durante los años 1990. Luego se describen algunas definiciones representativas de sus usos, sentidos circulantes y la relación con el concepto de jefatura femenina del hogar. Para concluir, que permitirán acercarse a la problemática de la pobreza desde una perspectiva más compleja, y que, a la vez, considere al género de modo relacional e integrado a los procesos sociales más amplios.

Palabras clave: pobreza, medición de la pobreza, feminización de la pobreza, perspectiva de género.

  1. INTRODUCCION

Una primera aproximación a la cuestión de la feminización de la pobreza se obtiene de la segunda edición de un diccionario internacional sobre la pobreza, publicada en 2007. En ella se indica que la tesis [de la feminización de la pobreza] sostiene que, como efectos de la recesión y los recortes en el gasto público, las mujeres están cada vez más representadas entre los pobres del mundo.  Se ven afectados, en particular, los hogares monoparentales y los compuestos por una sola persona anciana.  

La definición contiene dos elementos que deben retenerse: por un lado, el carácter cuantitativo de dicha feminización, de tal modo que, tomada literalmente, significaría únicamente un aumento de la cantidad de mujeres entre los pobres del mundo. Por otro, la concreción, en determinados tipos de hogares, más afectables por los cambios económicos y las políticas sociales, es decir, los hogares monoparentales con cabeza de familia femenino y los formados por ancianas solas. Se trata de hogares (porque casi todo el tiempo se habla de hogares, no de personas) a los que los recortes en el gasto publico pueden privar de la red de seguridad de unos servicios sociales cuya función es, precisamente, la de evitar la caída en la pobreza de los más débiles.

La primera y más inaplazable fue la de negar la novedad del fenómeno: la proporción de mujeres entre los pobres habría permanecido inalterada durante mucho tiempo y no supondría, por tanto, novedad alguna. La segunda, mas sugestiva, fue la de distinguir entre la posible feminización de la pobreza en términos cuantitativos y empíricos, por un lado, y, por otro, la percepción del fenómeno que si podría ser nueva, fruto, entre otros factores, del trabajo realizado por el movimiento feminista apuntando a un hecho que ya existía, pero del que no se había levantado acta desde el androcentrismo de las ciencias en general, y de las ciencias sociales en particular. La tercera y más radical consistía en mostrar que, aunque se produjesen nuevas cuantificaciones, estas no conseguían sacar a la palestra un hecho mucho más importante y que debía explicarse: que la pobreza de las mujeres dentro de su hogar seguía siendo algo escondido, no visible, pero no por ello inexistente.

Si parece, en cualquier caso, que la definición apuntaba a un factor capital: el efecto desigual que las crisis económicas acarrean sobre la composición sexual de la pobreza.

Aun cuando tanto las mujeres como los hombres se veían afectados por las pérdidas de empleos, las mujeres solían ser despedidas primero, dado que los hombres eran considerados tradicionalmente los principales sostenes de la familia. En tanto que en algunos países los sectores dominados tradicionalmente por los hombres estaban experimentando graves pérdidas en el terreno laboral, en otros países las pérdidas de empleos se registraban principalmente en los sectores ocupados mayoritariamente por las mujeres. Los participantes observaron que las mujeres del sector informal se veían particularmente afectadas dado que las crisis económicas tendían a reducir en forma significativa la demanda de productos de ese sector.

En consecuencia, existe un problema llamado feminización de la pobreza, probablemente agravado por la crisis financiera y económica, que exige ser estudiado y valorado.

  1. ANTECENDENTES

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El concepto de ‘’feminización de la pobreza’’ fue acuñado en los EE.UU. hacia fines de la década del 70, aunque se extendió a partir de los años 90. La primera mención del término se dio en un trabajo de la investigadora Diana Pearce, de 1978, titulado: La Feminización de la pobreza: Mujer, trabajo y bienestar (The feminization of poverty: Women, work, and welfare). La atención de ese trabajo se centraba particularmente en la descripción, en términos estadísticos, que se refería al aumento de los hogares encabezados por mujeres en los EE.UU. (que pasaron del 10.1% en 1950 para un 14% en 1976) y la correlación de ese hecho a con el deterioro de sus condiciones de vida, en términos de pobreza (por ingresos). Ese aumento se desarrollaba en un contexto de transformaciones demográficas tales como el aumento de expectativa de vida de las mujeres y el aumento de los divorcios, entre otras. Para ello, analiza la posición de desigualdad en que las mujeres se encuentran ante la posibilidad de obtención de ingresos (tanto a través de su participación en el mercado de trabajo como en la seguridad social y los aportes familiares), y las formas en que los programas de ayuda gubernamental reproducían e institucionalizaban la desventaja de las mujeres frente a las situaciones de pobreza, considerando estos programas como ‘’Workhouses sin paredes’’ (Pearce, 1978) que profundizaban las desigualdades.

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