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TRANSTORNOS INMONOLOGICOS ENFERMEDADES POR INMUNODEFICIENCIA EN EQUINOS


Enviado por   •  27 de Diciembre de 2021  •  Tareas  •  2.382 Palabras (10 Páginas)  •  91 Visitas

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CAPITULO 53

TRANSTORNOS INMONOLOGICOS

ENFERMEDADES POR INMUNODEFICIENCIA EN EQUINOS

DEBRA C. SELLON

MELISSA T. HINES

JILL R. JOHNSON

El ambiente en la vida de los animales domésticos en lo que se refiere a la exposición a patógenos es azaroso, desafiante y amenaza con frecuencia de riesgo vital. Se han desarrollado mecanismos complejos de defensa para proteger al hospedador de los factores de riesgo externos, en concreto de los efectos patógenos de los microorganismos. Es importante para comprender las enfermedades, en concreto las enfermedades infecciosas, que pueden deberse a un fracaso en los mecanismos normales de defensa del hospedador, as í como a una excesiva provocación desde el entorno. Cuando los animales sufren infecciones crónicas o recurrentes, los clínicos siempre deberían aclarar si están implicados factores del hospedador.

El diagnóstico de las enfermedades por inmunodeficiencias depende de la comprensión de la respuesta inmunológica normal. El desarrollo de la inmunidad protectora es el resultado de la coordinación de diversos tipos celulares y de factores séricos solubles (fig. 53-1). Desempeñan un papel tanto los mecanismos innatos (inespecíficos) como adquiridos (específicos).

En la respuesta inmunológica están implicadas dos poblaciones principales de linfocitos, los linfocitos T y los linfocitos B. Tradicionalmente, los linfocitos T se relacionan con las respuestas inmunológicas celulares que protegen frente a hongos, protozoos, bacterias intracelulares y diversas infecciones v í ricas. Los linfocitos B se asocian con la inmunidad humoral. Los linfocitos T proceden de las células madre, que probablemente se desarrollan en el hígado fetal. Estas células deben sufrir un proceso de maduración en el timo antes de ser completamente funcionales. Los linfocitos T representan entre el 70-80% de los linfocitos de la sangre periférica y pueblan las regiones periarteriolares del bazo y las regiones paracorticales de los ganglios linfáticos. Al igual que los linfocitos T, los linfocitos B proceden de células madre del hígado fetal. El lugar de maduración de los linfocitos B varía en función de la especie e incluye diversos órganos como la bolsa de Fabricio en los pájaros y la médula ósea y ciertas placas de Peyer en los mamíferos. Entre los linfocitos de sangre periférica, del 15- 30% son c é lulas B. Estas c é lulas pueblan los centros germinales del bazo y de los ganglios linfáticos. 1,2 

Los linfocitos T son importantes en la regulación de la respuesta inmunológica y tanto las respuestas inmunológicas humorales como celulares dependen de los estímulos procedentes de los linfocitos T. Inicialmente clasificados como linfocitos T cooperadores (Th) o T citotóxicos/supresores (Tc) basándose en su función principal, los linfocitos T han sido posteriormente diferenciados en función de sus antígenos de la superficie celular teniendo los linfocitos Th el antígeno CD4 y los linfocitos Tc expresan CD8. 3,4 trabajos ulteriores han demostrado que la función de estas células es compleja y que el patrón de expresión de citocinas es importante en la regulación de la respuesta inmunológica. Basándose en la expresión de citocinas, las células CD4+ han sido subdivididas en dos subpoblaciones diferentes, células Th1 y Th2 ( fi g. 53-2 ). Aunque existen ciertas variaciones entre especies, generalmente los linfocitos Th1 producen interferón- γ e interleucina-2 (IL-2) y están implicadas principalmente en la generación de respuestas inmunológicas celulares, mientras que los linfocitos Th2 producen IL-4, IL-5 e IL-13, y están implicadas en respuestas humorales. En ratones, la protección frente a la enfermedad o al desarrollo de lesiones puede asociarse con un tipo concreto de respuesta de los linfocitos Th y hoy en día está siendo investigada la importancia clínica en varias enfermedades equinas.

El segundo tipo principal de linfocitos son los linfocitos B, que producen inmunoglobulinas y son los precursores de las células plasmáticas. Los linfocitos B producen diversas clases de inmunoglobulinas. Existe cierta variación entre especies, pero las clases principales son IgG (IgG1 e IgG2), IgM, IgA, IgE y en los caballos IgG(T). Las inmunoglobulinas aportan una defensa frente a bacterias extracelulares y frente a ciertas infecciones víricas.

El sistema inmunitario innato, que es de naturaleza inespecífica, incluye las células citolíticas naturales, las células fagocíticas, los neutrófilos, eosinófilos, basófilos y factores séricos no inmunoglobulina, y factores celulares como el complemento y el interferón. Estos componentes desempeñan un papel concreto en las defensas del hospedador y colaboran con los linfocitos T y B para producir una respuesta protectora eficaz.

Una deficiencia funcional de los linfocitos T, los linfocitos B, los componentes inespecíficos o cualquier combinación predispone a los animales a las infecciones que pueden causarles la muerte. Las inmunodeficiencias pueden clasificarse en función de 1) la localización del defecto en el sistema de defensa del hospedador, y 2) si el mecanismo es primario o secundario. 1,5-7 En un trastorno primario existe una anomalía congénita en el sistema inmunitario que tiene una base gen é tica demostrada o sospechada, mientras que en un trastorno secundario inicialmente la capacidad normal del hospedador para responder inmunológicamente está alterada. Algunos factores que pueden producir inmunodeficiencias secundarias son radiación, neoplasias, toxicidades, malnutrición y ciertas infecciones microbianas. 1,6,7 El estrés fisiológico, como el producido por el embarazo, la lactancia y el ejercicio, también puede producir una inmunodepresión transitoria. 6,8 Las inmunodeficiencias primarias y secundarias pueden afectar a diversos componentes del sistema inmunitario y a menudo se puede localizar este defecto realizando un estudio minucioso de la respuesta inmunológica.

Las características clínicas generales asociadas con inmunodeficiencias son: 1,5-7 

  • Aparición de infecciones durante las primeras 6 semanas de vida.
  • Infecciones repetidas que responden mal al tratamiento normal.
  • Aumento de la susceptibilidad frente a organismos con baja patogenicidad.
  • Infecciones por organismos rara vez observados en sujetos inmunocompetentes.
  • Enfermedades sistémicas tras la administración de vacunas vivas atenuadas.
  • Falta de respuesta a la vacunación.
  • Persistencia de la alteración en el número de leucocitos.

[pic 1]

FIGURA 53-1 Ontogenia de la respuesta inmunológica. Los trastornos en cualquier punto del proceso de maduración pueden provocar diferencias inmunológicas.

[pic 2]

FIGURA 53-2 Las células T CD4+ pueden subdividirse en las células Th1 y Th2 según el perfil de citocinas. Los datos preliminares sugieren que la patogenia de ciertas enfermedades se asocia con un tipo concreto de respuesta Th.

Son necesarios análisis o pruebas especiales in vivo para confirmar la presencia de una inmunodeficiencia. Estas pruebas también son importantes para diferenciar los diversos síndromes de inmunodeficiencia dado que los signos clínicos de presentación son inespecíficos. En general, las pruebas para evaluar el sistema inmunitario pueden cuantificar el componente o medir la capacidad funcional.

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