Teoria Critica

Teoría Crítica

Cultura

Adorno y Horkheimer crean el concepto de “industria cultural” cuando analizan la producción industrial de los bienes culturales como movimiento global de producción de la cultura como mercancía. La industria cultural proporciona los bienes estandarizados para satisfacer las numerosas demandas identificadas como otras tantas distinciones a la que los estándares de producción deben responder. El término “cultura de masas” fue sustituido por el de “industria cultural” con el fin de demostrar que se trata de una cultura que no surge espontáneamente de las propias masas, sino del proceso industrial de producción de bienes.

Los teóricos frankfurtianos consideran que la cultura moderna resulta de una regresión de las formas culturales bien establecidas, esas formas de arte son sustanciales de individualidad y particularismo. Ellos defienden la condición de la obra de arte en cuanto a momento cultual, y se oponen a la industria cultural que relega a una simple y alienante diversión cualquier práctica artística.

En el texto “Cine y Dictadura” queda de manifiesto que el cine funcionaba como industria cultural. Las películas eran producidas por empresas con fines comerciales, y no por artistas en busca de una expresión cultual. Un claro ejemplo tomando del texto es la entrevista realizada a Palito Ortega en 1980, en la cual expresaba que ya tenía fecha de estreno de su próxima película, pero no sabía cuál sería su argumento. Sí sabía, sin embargo, que debía ser económica y exitosa. No era importante su contenido artístico.

Los films no eran no eran tomados como piezas artísticas, sino como mercancías que ingresaban en el mercado beneficiando económicamente a aquellas productoras que hacían el tipo de cine que la gente consumía masivamente. Por ejemplo, una de las productoras que generó mayores réditos fue Aries, generador de gran cantidad de películas taquilleras. En 1979, “Expertos en pinchazos” vendió 1.130.000 entradas. Gracias a su éxito comercial, a empresa logró una notable acumulación de poder industrial y capacidad técnica.

Sujeto y sociedad

La sociedad es tomada por la Teoría Crítica como un todo. En la era de la industria cultural, el individuo ya no decide autónomamente. El hombre está en manos de una sociedad que lo manipula a su antojo. Aunque los individuos crean sustraerse a los rígidos mecanismos productivos, en su tiempo de no-trabajo en realidad la mecanización determina hasta tan punto la fabricación de los productos de ocio, que lo que consume son sólo copias del propio proceso de trabajo. El hombre está alienado.

Para Marcuse nos hallamos en una sociedad unidimensional regida únicamente por la racionalidad tecnológica que se manifiesta como racionalidad política fluyendo en un solo sentido. Esta única dimensión elimina todo intento de pensamiento crítico del hombre. Este autor sostiene que una sociedad que parece cada día más capaz de satisfacer las necesidades de los individuos por medio de la forma en que está organizada, priva de independencia de pensamiento.

El hombre unidimensional manifiesta dos tipos de necesidades. Por un lado, las necesidades verdaderas, que son las vitales para el desarrollo humano, vestido, alimento y vivienda. En cambio, las falsas son aquellas que intereses sociales particulares imponen al individuo para su represión. Estas necesidades tienen un contenido y una función social, determinadas por poderes externos sobre los que el individuo no tiene control. El rasgo distintivo de la sociedad unidimensional es la opresión de aquellas necesidades que requieren ser liberadas mientras que sostienen la función represiva de la sociedad.

Desde la visión de la Teoría Crítica, el cine forma parte de las actividades que realizan los individuos en su tiempo de ocio. Creen ser libres de elegir entre una amplia variedad de películas y de géneros. Sin embargo, desde esta posición, vemos cómo en realidad las temáticas estaban prepautadas y el individuo sólo podía elegir entre una restringida oferta de films puestos en el mercado por entes reguladores.

Al no poder elegir libremente entre

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