Teoria Critica

Éste ensayo versa sobre el desarrollo de la Escuela de Frankfurt y los aportes que ha hecho a la sociología; para acercarnos a lo que es la escuela de Frankfurt considero necesario abordarla desde el surgimiento. Ésta surge formalmente hacia 1923, pero es en 1930 cuando Horkheimer toma la dirección planteando un proyecto interdisciplinar en donde de acuerdo con Colom el marxismo quedaría definitivamente consignado como referente tácito de toda la labor del centro hasta su disolución en el exilio americano. Se da por entendido que el desarrollo del trabajo de los teóricos parte de una base marxista y que se acompaña de la teoría del psicoanálisis de Freud; en ese sentido Marcuse y Fromm producen una síntesis de esa diada. Quedando configurada así lo que se ha dado por llamar la escuela de la primera generación de Frankfurt, surgiendo la Teoría Crítica como un saber acerca de la sociedad que trata de sacar a la luz la realidad del contexto social y su problemática. Al término de la segunda guerra mundial Adorno y Horkheimer dan un nuevo enfoque con su libro Dialéctica de la ilustración (1944), marcando un conflicto entre hombre y naturaleza, dejando así la lucha de clases. En esa lucha de la naturaleza y el hombre es éste último quien pretende permanecer en el punto alto de la dominación, ello lleva a los teóricos a un polo negativo, expresado en la idea de que los hombres no son sujetos de la historia, sino de la voluntad de los medios que les tratan como cosas, como artículos que son parte de un sistema o mecanismo, el capitalismo, que impide que se juzgue de forma objetiva y racional. El panorama se vuelve tan oscuro que hacia atrás ven desgracia bélica y hacia el futuro sólo miran hombres que actúan de acuerdo a los ideales de las masas.

La escuela de Frankfurt criticará al positivismo y al existencialismo; ya que, en palabras de Colom, convierte a los sujetos en objetos y a los objetos los sitúa como las finalidades de la vida humana. La pseudo cultura –difundida por los países capitalistas y económicamente desarrollados– se transforma en ignorancia que es fácilmente manipulada por los medios masivos de comunicación. Es en ese sentido que Jürgen Habermas plantea un enfoque de las formas en que el lenguaje y la comunicación, como elementos de interacción social, se entrelazan de tal modo que se vuelven estructurales en el desarrollo de los seres humanos.

Habermas sostenía que las sociedades podían ser analizadas desde perspectivas como el lenguaje, el trabajo y el poder, superando así la visión de Marx que analizaba la historia en términos de trabajo y las relaciones que se gestaban a partir de él. Encuentro que Marx hace un marcado énfasis en el aspecto económico-material –que vale decir que siendo elementos que encontramos en lo cotidiano, nos podemos casar con la idea marxista y quedarnos en ese nivel, sin llegar a un análisis más allá de lo que significa para unas personas y para otras lo material o las relaciones a partir de ello, como condicionante para vivir de manera aceptable, adecuada a la región o las costumbres. En el marxismo se subestima la interacción como simbolismo, en consecuencia las relaciones parten de hechos desiguales entre sujeto y estructura-sistema, mira las crisis como elementos necesarios para la transformación social, en tanto que Habermas cree que el trabajo se institucionaliza fortaleciendo al sistema. En ese aspecto la base obrera, de la que Marx esperaba el cambio, pasa a formar parte de una estructura, de un sistema que se lo traga y lo envuelve en sus necesidades, sus diferencias, y desafortunadamente anula su potencialidad de cambio.

“Como tradición cultural, el lenguaje penetra la acción comunicativa, pues sólo las significaciones intersubjetivamente válidas y constantes tomadas de la tradición permiten expectativas recíprocas de comportamiento. También la acción instrumental, como trabajo social, está inserta en la red de interacciones y depende de las condiciones comunicativas que subyacen a toda cooperación posible… Pero las normas en las que se institucionalizan y adquieren continuidad las acciones recíprocas dentro de una tradición cultural son independientes de la acción instrumental. No sería posible reducir la interacción al trabajo o deducir éste a partir de la interacción”.

En ese sentido, el lenguaje en las relaciones sociales consiste en la conformación de voluntades comunes que significan un poder dirigido para lograr el entendimiento social. De acuerdo con Boladeras, Habermas aclara que el sujeto político de nuestra sociedad de masas no es el individuo del liberalismo, sino los grupos sociales y las asociaciones que desde los intereses de determinados sectores privados influyen en funciones y decisiones políticas, que afectan de manera negativa a las mayorías y positiva a un selecto grupo de individuos privilegiados por disfrutar de la privatización de lo público y la politización de lo privado.

Weber por su parte concluye que la historia y la sociología se complementan en los hechos sociales, y determina que los tipos ideales ayudan a analizar las situaciones que se presentan. Gesta una relación entre valores y hechos, pero creo que se equivocó al afirmar que los valores deberían de estar ausentes en la investigación, ya que de otra forma te engañas a ti mismo, y Weber no prescindió de sus valores, como se explica en las premisas planteadas por él: “En el pensamiento y la acción de los hombres pesan valores adquiridos; Los hombres persiguen fines; Llegan a los fines a través de diversos medios; Las consecuencias

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