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Ubicación del Derecho y conceptos fundamentales


Enviado por   •  14 de Marzo de 2013  •  Prácticas o problemas  •  3.843 Palabras (16 Páginas)  •  496 Visitas

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Tema # 1 Ubicación del Derecho y conceptos fundamentales

El hombre, en el mundo, se experimenta a sí mismo enfrentando a una realidad compleja y maciza con la que se siente relacionado y trata de conocer. A causa de las limitaciones de su entendimiento, divide dicha realidad en diversas parcelas para analizarlas y dominarlas separadamente. Esta labor es necesaria, no sólo por aquella limitación, sino también porque la multitud de objetos que se le enfrentan son tan varios, de naturaleza tan distinta, que no permiten ser estudiados de la misma manera: cada uno requiere un tratamiento especial, o sea, un método apropiado, para llegar a ser conocido exactamente, sin errores.

Así el objeto material de una ciencia es la “parcela de la realidad que constituye la materia de su estudio”; y el objeto formal es “el aspecto especial (perspectiva, ángulo de visión, punto de vista…) con el que cada ciencia estudia su objeto material”, así se observa que el hombre puede ser objeto de estudio de la medicina y la psicología, ciencias distintas que estudian la misma realidad desde diversas perspectivas y con diversos fines.

En tal sentido, hallamos el sector de los objetos culturales, constituido por los objetos o cosas que hace el hombre, es decir, por la obra humana: esculturas, poesías, maquinarias, tecnología, obras literarias, jurídicas, etc, todas obras hechas por el hombre actuando según valoraciones.

Los objetos culturales presentan los siguientes caracteres:

a.- Son reales, o sea, ocupan un lugar en el espacio y duran en el tiempo.

b.- Están en la experiencia, ya que son percibidos por los sentidos.

c.- Tienen un sustrato (que puede ser un trozo de la naturaleza o la misma conducta humana), y un sentido que debe ser conocido e interpretado para que sea posible captar el valor que encierra dicho objeto.

Por ejemplo, una bandera (objeto cultural) tiene un sustrato: uno o varios trozos de tela convenientemente dispuestos; un sentido, pues representa la enseña de la Patria que, para nosotros, tiene un altísimo valor.

Por lo tanto para conocer un objeto cultural no es suficiente el conocimiento abstracto del sustrato, sino que además, es necesario interpretar su sentido, es decir, su significado. En el Derecho, como objeto cultural, pasa lo mismo, y para conocerlo plenamente, no es suficiente saber las respectivas normas jurídicas: es necesario además comprender su verdadero sentido. Todo ello, obedecido a que los objetos culturales son hechos por el hombre actuando según valoraciones, encontrando encarnados en ellos un “valor” o un “contravalor” (bondad o maldad, justicia o injusticia, comodidad o incomodidad, utilidad o inutilidad, belleza o fealdad, etc). La razón de que el mundo cultural tenga esta estructura valiosa reside en la facultad que tiene el hombre de valorar y jerarquizar los valores del mundo que lo rodea, tanto las cosas como las conductas de las personas. Porque la vida del hombre es un continuo “elegir” entre las varias posibilidades que en cada momento se le ofrecen; elige una de ellas y renuncia a las otras que “mueren” para él.

Por ejemplo, a un estudiante se le ofrecen varias posibilidades el día anterior a un examen (ir a la playa, leer una novela, repasar la materia del examen, etc.). Probablemente “preferirá” repasar la materia, porque “valorando” todas las posibilidades, el repaso le habrá parecido la más valiosa.

Aplicando estas ideas al Derecho, que es un objeto cultural, encontramos en el ciertos valores que le son propios (justicia, orden, paz, cooperación, seguridad, etc), razón por la cual, toda norma jurídica es una encarnación de la justicia, del orden, etc.

Finalmente, podemos concluir que el sentido y el valor en los objetos culturales se encuentran íntimamente relacionados. La existencia de los valores en el objeto es lo que da a este su sentido, por ejemplo una norma prevé: “No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo o la condición social”, solamente cuando hayamos percibido el valor de justicia e igualdad comprenderemos el sentido de la citada norma.

I.- Noción de orden

El hombre es un “ser dinámico” llamado a conseguir su perfección y un “ser social” llamado a vivir en una comunidad humana, ya que en ella puede desarrollar su dinamismo mediante el respeto y colaboración de otros hombres, a los cuales- a su vez- él debe el mismo respeto y colaboración.

Este deber de colaboración limitará su libertad, pero con el cumplimiento de estos deberes es como se puede obtener que una comunidad reúna las condiciones sociales que permitan a los hombres el desarrollo de su propia perfección y su fin último.

Se observa que fundamentalmente existen dos clases de seres: los que son incapaces de dirigirse a sí mismo, ya que su actividad está determinada por su propia naturaleza de un modo necesario, y los que tienen dicha capacidad y la realizan por medio de sus acciones libres. Distinguiéndose de esta manera, dos clases de órdenes: uno, el de la naturaleza ajena al hombre, llamado orden físico, cuyos fenómenos se realizan de un modo determinado, tan pronto como se dan las condiciones necesarias para ello (causalidad); y el otro, el orden de los actos humanos, llamado orden moral realizado por el hombre, el cual libremente organiza su actividad para conseguir determinados fines u objetivos (finalidad).

Ante el orden físico el hombre descubre en las cosas “ciertas cualidades que las hacen actuar de la misma manera”, ejemplo: el hierro tiene la cualidad de ser un metal pesado que siempre se hunde en el agua. Estas cualidades son leyes que sirvieron de base para saber “lo que es”, lo que ocurre en la naturaleza, descubriendo el hombre el principio de la “causalidad física” que enuncia: Dado un conjunto de antecedentes determinados, necesariamente se producirá la misma consecuencia, es decir siempre que por ejemplo la luna se interponga entre la tierra y el sol (antecedentes), habrá un eclipse (consecuencia).

En cambio, ante el orden moral el hombre al reflexionar sobre las manifestaciones humanas a través de la historia, entre la enorme variedad de costumbres, pueblos y culturas, “descubre” una serie de tendencias o cualidades constantes que impulsan al género humano a actuar- dentro de ciertos límites- de la misma manera: a conservar la vida y defenderla de los ataques enemigos, a dominar cada día más la naturaleza, a comunicarse con otros y asociarse, a proteger

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