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Uso de la biomasa para combatir el cambio climático


Enviado por   •  19 de Diciembre de 2019  •  Ensayos  •  1.605 Palabras (7 Páginas)  •  153 Visitas

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 UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ

        

        ENSAYO DE:

USO DE LA BIOMASA PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO

MATERIA:

FUENTES RENOVABLES DE ENERGÍA

INTEGRANTES:

ÁLAVA SALVATIERRA EINER

CARREÑO SUÁREZ KATHERINE

MENDOZA PÉREZ CARLOS

ZAMBRANO BAZURTO KATIUSKA

DOCENTE:

DRA. MARÍA RODRÍGUEZ GAMEZ

OCTUBRE 2019-FEBRERO 2020

RESUMEN

Desde el auge del petróleo y la consecuente quema de combustibles fósiles, las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero han ido aumentando por el impacto de la actividad humana.

Debido al calentamiento global se hace necesario recurrir a las fuentes de energías renovables para poder mitigar este problema, entre las energías renovables se encuentre la biomasa, que es una energía que procede del sol y puede ser considerada como una energía alternativa, ya que se produce a la misma velocidad del consumo, siempre y cuando el consumo sea controlado y se evite la sobreexplotación de los recursos naturales. La biomasa es muy abundante y puede ser utilizado para varios fines energéticos.

Este trabajo consiste en una pequeña investigación sobre como la biomasa influye en el cambio climático ya que emplear biomasa como combustible es beneficioso para el entorno: elimina residuos ayudando a disminuir el riesgo de incendio y la acumulación de desechos.

PALABRAS CLAVES:

Efecto invernadero; energía alternativa; sobreexplotación; desechos.

USO DE LA BIOMASA PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO

INTRODUCCIÓN

El cambio climático es uno de los principales problemas del mundo. Nuevas y crecientes evidencias del efecto de las interacciones del hombre con el medio ambiente y el sistema energético se revelan en forma de fenómenos que amenazan con cambiar los patrones climáticos de la tierra, con efectos importantes sobre los ecosistemas, la economía e incluso sobre la sobrevivencia de los seres humanos.

Desde el inicio de la era industrial, el consumo de energía proveniente de los combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas natural, ha ido en aumento. La sociedad, tal y como la conocemos hasta ahora, está basada en estas fuentes de energía y en ellas se ha basado la economía.  Pero la quema de los combustibles fósiles es la responsable de la producción de los gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.

Hoy en día, debido a la gran cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera, la población está tomando conciencia medioambiental optando por las fuentes de energías alternativas, entre ellas está la biomasa.

La biomasa es el material orgánico que más ha sido utilizado en la historia de la humanidad, siendo el primer combustible empleado por el hombre. Puede sustituir a los combustibles fósiles y a la energía nuclear, sin provocar daños a la atmósfera ya que se caracteriza por tener un bajo contenido de carbono, un elevado contenido de oxígeno y compuestos volátiles. Es producida por las plantas a realizar el proceso de la fotosíntesis. El poder calorífico de la biomasa depende mucho del tipo de biomasa considerada y de su humedad.

Junto con otros combustibles alternativos, crea una barrera para los crecientes precios del petróleo.  Esta década ha sido clave para que las energías renovables dejen de ser las “energías alternativas” de fines del siglo pasado para transformarse en la gran oportunidad del mundo para mitigar el calentamiento global.

DESARROLLO

La biomasa es materia orgánica utilizada como fuente energética. Por su amplia definición, la biomasa abarca un amplio conjunto de materias orgánicas que se caracteriza por su heterogeneidad, tanto por su origen como por su naturaleza.

En el contexto energético, la biomasa puede considerarse como la materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía. Estos recursos biomásicos pueden agruparse de forma general en agrícolas y forestales. También se considera biomasa la materia orgánica de las aguas residuales y los lodos de depuradora, así como la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU), y otros residuos derivados de las industrias.

La valoración de esta fuente de energía puede hacerse a través de cuatro procesos básicos mediante los que puede transformarse en calor y electricidad: combustión, digestión anaerobia, gasificación y pirólisis. (APPA)

La biomasa ha sido el primer combustible empleado por el hombre y el principal hasta la revolución industrial. Se utilizaba para cocinar, para calentar el hogar, para hacer cerámica y, posteriormente, para producir metales y para alimentar las máquinas de vapor. Fueron precisamente estos nuevos usos, que progresivamente requerían mayor cantidad de energía en un espacio cada vez más reducido, los que promocionaron el uso del carbón como combustible sustitutivo, a mediados del siglo XVIII.

Desde ese momento se empezaron a utilizar otras fuentes energéticas más intensivas (con un mayor poder calorífico), y el uso de la biomasa fue bajando hasta mínimos históricos que coincidieron con el uso masivo de los derivados del petróleo y con unos precios bajos de estos productos.

A pesar de ello, la biomasa aún continúa jugando un papel destacado como fuente energética en diferentes aplicaciones industriales y domésticas. Por otro lado, el carácter renovable y no contaminante que tiene y el papel que puede jugar en el momento de generar empleo y activar la economía de algunas zonas rurales, hacen que la biomasa sea considerada una clara opción de futuro. (SECRETARÍA DE ENERGÍA, 2008)

Cabe destacar que la bioenergía es la única fuente de energía renovable que se puede almacenar tan fácilmente como el petróleo y el gas, lo cual es una ventaja económica para establecer el equilibrio entre la oferta y la demanda de energía. En el sector eléctrico, esta misma cualidad hace que la bioenergía para la producción de electricidad sea completamente despachable, ya que las plantas de bioenergía constituyen capacidades “firmes” de potencia eléctrica. A largo plazo, la transición energética puede llevar al empleo de diferentes tipos de combustibles para automotores.

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