“Historia, Derecho e Historia del Derecho” de Alfonso García-Gallo

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS, CONTABLES Y SOCIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

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 “Historia, Derecho e Historia del Derecho” de Alfonso García-Gallo.    

Asignatura:

Historia del Derecho

Docente:

Mg. SERGIO PEREZ PANDURO

Presentado por:

Ccorahua Huachaca, Vanesa

Ochoa Quispe, Yanet estéfani

Orosco Coello, Yony Abel

Vivanco Pumapillo, Marisol

Quispe Rojas, Anthony

ABANCAY - APURÍMAC

2024

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN        3

I. La formación de la Escuela de Hinojosa        5

1.        Eduardo de Hinojosa y sus discípulos        6

2.        Especialidades de la Escuela de Hinojosa        7

3.        Obras destacadas de la Escuela de Hinojosa        8

II. La Historia del Derecho concebida como Ciencia Histórica        10

III. La crisis de la Historia del Derecho        13

IV. La Historia del Derecho como Ciencia Jurídica        16

Conclusiones        20

INTRODUCCIÓN

El mundo jurídico actual podría inducir a pensar que el Derecho es una creación reciente. Sin embargo, las primeras manifestaciones del ordenamiento jurídico se remontan a la prehistoria, principalmente en la forma en que nuestros antepasados hicieron valer sus derechos en el seno de sociedades regidas por vínculos de parentesco o bajo el mandato de los ancianos de una tribu.

A lo largo de la historia de las civilizaciones ha existido un esfuerzo constante por fundamentar reglas y la potestad del legislador para dictar leyes, estableciendo sanciones ante su incumplimiento. De esta manera, determinar el origen del Derecho ha sido una ardua tarea entre los diversos estudiosos de la materia.

Actualmente, se suele aceptar que el posible origen del Derecho parte de una relación de fuerza entre personas desiguales, siendo esta desigualdad de tipo material o psíquica. Así, el Derecho emerge como un intento por regular esa intención de fuerza mediante la cual alguien pretende controlar o dominar a otro.

En este contexto, la historia del derecho nos conecta con aquellos tiempos fundacionales, ayudándonos a comprender con claridad los orígenes del pensamiento jurídico, cómo se inicia nuestra tradición legal con las primeras formulaciones normativas, y cómo fue evolucionando el derecho tanto objetiva como subjetivamente, para finalmente sistematizarse y codificarse.

El interés de los historiadores por estudiar críticamente nuestro pasado jurídico, introduciéndonos al conocimiento de las ciencias jurídicas y recopilando fuentes y numerosos datos, resulta así fundamental para forjar nuestra comprensión actual y conectarla con esos remotos antecedentes. Siempre que se crea una norma en la actualidad, se inicia con la recopilación de los precedentes del pasado.

La primera cuestión que debe abordarse es determinar la naturaleza científica de la historia del derecho. En épocas anteriores, al ampliarse el contenido de la historia hacia el campo de la cultura, las instituciones jurídicas cobraron protagonismo entre los objetos de estudio predilectos de los historiadores. Ello produjo cierta confusión entre la historia general y la historia del derecho, pues esta última estaba enfocada principalmente desde la perspectiva de la primera.

El Derecho, por su parte, aspira a regir indefinidamente en el tiempo y a ser aplicado de la misma manera en todos los casos. Esta vocación de permanencia y generalidad busca trascender lo contingente y variable. Sin embargo, tal pretensión entra en tensión con la esencia misma de la investigación histórica, ya que ésta enfatiza precisamente el cambio y el contexto específico de los fenómenos estudiados, según planteó Max Weber.

Mientras el Derecho como sistema normativo aspira a perpetuarse en el tiempo e igualarse en los casos concretos, el enfoque historiador se centra en la transformación continua y en las influencias recíprocas entre distintos ámbitos sociales. Esta contraposición inicial entre la naturaleza del fenómeno jurídico y la perspectiva histórica generó dificultades para que la historia del Derecho pudiera constituirse como un campo de estudio autónomo y científico.

Sin embargo, esta aparente contraposición entre la naturaleza del Derecho y el enfoque historiográfico comienza a reconciliarse a partir del siglo XIX, cuando la historia del derecho adquiere por fin estatuto científico.

Este hito estará marcado por la influyente labor de Eduardo de Hinojosa. Hinojosa realizó una asimilación completa de los métodos de estudio de la historia del derecho que se estaban empleando en Alemania, y fue capaz de aplicarlos al análisis del pasado jurídico español sentando así las bases de toda una escuela española sobre esta disciplina.

I. La formación de la Escuela de Hinojosa

La notable consolidación de la escuela de Hinojosa se evidenció desde sus primeros días, cuando el propio Hinojosa aún estaba vivo. Numerosos discípulos, tanto directos como indirectos, buscaban ávidamente aprender de sus enseñanzas y trasladaban sus inquietudes a la academia. Durante la fase inicial de esta escuela, se enfocaron en actualizar los conocimientos generales en derecho romano e historia del derecho, empleando exclusivamente obras extranjeras en estas disciplinas.

Tras el fallecimiento de Hinojosa en 1936, su legado y métodos se difundieron entre los juristas a través de las cátedras de historia del derecho, impartidas por destacados académicos que habían seguido su legado, como Salvador Minguijón en derecho privado y Galo Sánchez, discípulo directo de Hinojosa, especialmente en el estudio de las fuentes, cuya investigación renovó por completo. A pesar de estos esfuerzos, la historia del derecho español aún estaba en una etapa incipiente, con Hinojosa habiendo abordado sólo algunos temas, lo que complicaba la tarea de enseñar a los estudiantes.

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