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La eliminación del curso Religión en la educación peruana: explorando las implicancias en la educación y la sociedad

ANTONELLA ELIZABETH JUAN DE DIOS GUZMANEnsayo8 de Septiembre de 2023

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La eliminación del curso Religión en la educación peruana: explorando las implicancias en la educación y la sociedad

Cuando estaba en el colegio me tocó presenciar un intercambio de palabras dentro del aula entre la maestra de Religión y una compañera. Ellas discutían sobre la presencia de mi compañera en la misa por la virgen de Fátima patrona del plantel, pues mi compañera no se sentía cómoda yendo a un misa católica a la cual nunca había asistido por el hecho de ser de otra religión. Paola estaba un poco molesta pues la maestra decía que la asistencia no era obligatorio pero las personas que llegaban a la misa tendrán puntos extras en el exámen final. Esta era un práctica recurrente de la maestra pues en el semestre anterior las compañeras que no presentaron varias de las tareas del curso pasaron con notas excepcionales sólo por su participación en misas, alfombras, etc. Entonces ya no estaríamos hablando de una formación académica o espiritual como tal, debido a que el hecho de aprender sobre religión fue desplazado por la asistencia a otros eventos no afines con los del colegio y también al no considerar las demás religiones existentes en el país. En este contexto se originan las siguientes preguntas:¿se debería eliminar el curso de religión del currículum de EBR del país? Debido a que no se consideran las demás religiones existentes y que además constituyen una forma de condicionamiento a las notas de los estudiantes por la participación en eventos católicos. Por un lado hay quienes afirman que la eliminación del curso de religión es un avance positivo ya que promueve la neutralidad religiosa y respeta la diversidad de creencias. Debido a que la  inclusión de la enseñanza religiosa en las escuelas de carácter público puede beneficiar a una religión en específico y excluir a quienes no comparten esa fe. Pero por otro lado hay personas que prefieren que el curso de religión se siga dictando como hasta ahora ya que es una fuente de moral y ética para los estudiantes y su eliminación podría llevar a una falta de buena orientación moral en los estudiantes. En nuestra opinión, se debería eliminar el curso de religión del currículo de la educación básica regular porque limita la libertad de escoger una creencia, ya que en el curso solo se habla de la religión católica y omite la diversidad de religiones existentes en el mundo. Por consiguiente, se presentarán los fundamentos que respaldan nuestra posición, exponiendo los argumentos correspondientes.

En primer lugar, la presencia de discriminación hacia los estudiantes que no practican la religión católica. Según la ONU, se entiende por discriminación religiosa a toda acción que impida el ejercicio de "el derecho a poseer una religión o cualquier creencia propia, así como el derecho a expresar de forma individual o colectiva dicha religión o convicciones, tanto en público como en privado, mediante el culto, el cumplimiento, la práctica y la enseñanza."

Para Ezequiel:

A lo largo del tiempo, se ha trazado un arduo camino hacia la comprensión de la libertad religiosa como un derecho fundamental inherente al ser humano. Este derecho ha sido reconocido a través de instrumentos legales internacionales, en un proceso complejo y estrechamente ligado al desarrollo de conceptos fundamentales como la laicidad y la secularización (Ezequiel, 2010,p.13).  

La libertad de religión es un derecho fundamental que formó parte del tiempo debido a que establecerlo fue complejo y tomó diversos proceso hasta llegar a lo que es hoy en día tanto en los instrumentos internacionales para llegar a garantizar que todas las personas tengan la libertad de profesar y practicar su religión de manera libre. Según los resultados del censo realizado por el INEI en 2017:

Se contempla que la mayoría de las personas de 12 años y más en Perú profesan la religión católica, con un porcentaje del 76,0%. Además, se encontró que el 14,1% de la población encuestada profesa la religión evangélica, mientras que un 4,8% cree en otras religiones como el cristianismo, adventismo, testigos de Jehová, mormones, judaísmo, entre otras. Por otro lado, un 5,1% de la población no tiene ninguna afiliación religiosa (INEI, 2017).  

Según la Ley N°29719 (2011), su objetivo principal es establecer los mecanismos necesarios para identificar, prevenir, evitar, sancionar y eliminar cualquier forma de violencia, hostigamiento, intimidación o acoso entre los estudiantes dentro de las instituciones educativas (p. 1). Estos datos muestran que aunque la mayoría de la población en Perú es religiosa, una parte significativa no se identifica con ninguna religión o con otras religiones lo cual puede causar exclusión por la obligatoriedad del curso de religión en los colegios, además el deber de las escuela es identificar, prevenir y eliminar cualquier tipo de violencia que ocurra entre los alumnos dentro de las instituciones educativas a las que acuden, para así fomentar una convivencia saludable y el pleno desarrollo social de cada uno de los estudiantes.

En segundo lugar, la enseñanza de religión en las escuela tiene un impacto negativo en el crecimiento académico y social de los estudiantes se encuentra un aspecto fundamental, ya que se promueve la discriminación, intolerancia a la diversidad, afecta su autonomía y privacidad causándole así aislamiento social y el no desarrollo pleno de todos sus derechos. La educación religiosa puede tener consecuencias negativas en diferentes aspectos de las sociedades que fundan su convivencia en principios religiosos que son causa de intolerancia religiosa por la imposición de directrices para moldear la conducta del individuo a un modelo convencional que no le permite la distinción y el pleno desarrollo de todas sus capacidades tanto sociales, académicas e individuales. (Flores, M., Espejel, J., 2010) La imposición de principios religiosos rígidos puede generar intolerancia religiosa al no permitir la libre expresión y práctica de otras religiones o creencias diferentes. Esto puede dar lugar a divisiones y conflictos en la sociedad, dificultando la armoniosa convivencia y el mutuo respeto entre individuos de diversos credos creando así un ambiente en el que prime la discriminación y violencia. Además, cuando la educación religiosa impone una única visión del mundo y desalienta la exploración de diferentes perspectivas, se limita la capacidad de los individuos para desarrollar un pensamiento crítico y autónomo. Al establecer un modelo convencional de comportamiento, se limita la capacidad de los individuos para explorar sus propias identidades, talentos y pasiones. Esto puede resultar en una sociedad homogénea y en la falta de reconocimiento y valoración de las diferencias individuales, lo que limita el potencial humano y la capacidad de innovación y crecimiento. Por ejemplo, Farah Alhajeh una mujer musulmana en Suecia fue discriminada en una entrevista de trabajo debido a que se rehusó a saludar de mano al superior varón que le estaban presentado, ella dijo que su religión como tal no le permite tener este tipo de contacto con varones y por ese motivo fue echada de la compañía de una manera humillante. El tribunal concluyó que el rechazo de Farah a estrecharse la mano constituye parte de su formación y manifestación espiritual y por ende está protegida por la Convención Europea de Derechos Humanos. (Anderson, 2018).  Es lamentable escuchar casos de discriminación religiosa en pleno siglo XXI, aquella mujer que solo seguía sus doctrinas espirituales.

En tercer lugar, la educación religiosa es un arma que se utiliza contra los estudiantes para imponer creencias y ejercer violencia psicológica, simbólica y física. Por ejemplo tenemos el caso de los estudiantes de la década de los 80 y 90 de la localidad de Huancavelica que manifiestan que cuando pequeños fueron llevados por su profesores de religión en varias oportunidades ante la estatua de Santiago ubicada en la catedral de Huancavelica, donde cada uno de ellos fue amedrentado delante de está diciendo que si eran desobedientes, malcriados y no cumplían con sus labores serían pisoteados por los caballos de Santiago. (Taipe, N., 2023, p.8) Esto sin duda causó muchísimo temor entre los pequeños estudiantes quienes asustados trataban de no infringir ninguna de la reglas de los colegios y escuelas ya que serían castigados por “Dios” y sus maestros en nombre de la iglesia. “La violencia psicológica es una forma de manipular y ejercer presión ante la víctima con actos humillantes”. (Leiva,2023) Estas formas de violencia tienen un impacto perjudicial en la salud mental y emocional de los estudiantes, socavando su bienestar y su capacidad para desarrollar una identidad auténtica y plena. Por otro lado ex estudiantes de la localidad de Tayacaja mencionaron que eran obligados a bautizarse y confirmarse por su colegio de manera masiva para que así sean parte de la iglesia y no se vayan al “infierno por pecadores”. (Taipe, N., 2023, p.9). Sin duda podemos evidenciar el la violencia simbólica que según Resúmenes Entelequia (2020), es una forma de dominación y opresión que se ejerce a través de sistemas de símbolos, normas y representaciones culturales. Estas sin duda son impuestas por sujetos de poder que en este caso son los maestros de las escuelas. En el estudio que hizo Al Rahman (2020) los estudiantes de las escuelas religiosas de Sudán llamadas “Khalwas” denunciaron abuso infantil ya que dos menores de edad fueron torturados casi hasta la muerte por su maestros dentro de las mismas,Fateh Al Rahman Al Hamdani realizó visitas encubiertas a 23 de estos colegios y registró secretamente con una cámara oculta, la cantidad de violencia que se ejerce en contra de los estudiantes. La violencia física impuesta en las escuelas religiosas es una práctica que va en contra de los principios fundamentales de dignidad, respeto y seguridad de los estudiantes. Por eso es fundamental que las escuelas religiosas y las comunidades religiosas en general reflexionen sobre estas prácticas y promuevan un enfoque de educación basado en el respeto, la empatía y el diálogo constructivo. En conclusión, la violencia que es impuesta en las escuelas religiosas plantea graves preocupaciones desde una perspectiva ética, de derechos humanos y educativa. Estas formas de violencia no solo van en contra de los principios fundamentales de respeto y dignidad de los estudiantes, sino que también distorsiona los valores y enseñanzas religiosas que se supone deben promover el amor, la compasión y el respeto por los demás.

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