AURA: UMBRAL ENTRE LO REAL Y LA FICCIÓN

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEUELA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

ESCUELA DE LETRAS

ASIGNATURA: TEORÍA LITERARIA II

ALUMNA: MAROZIA DEL NOGAL HERNÁNDEZ

CEDULA IDENTIDAD: 6.900.319

AURA: UMBRAL ENTRE LO REAL Y LA FICCIÓN

Los principales géneros de la narrativa (relato, cuento, novela), son una de las formas más antiguas de literatura popular de trasmisión oral. De hecho, el cuento apareció como una necesidad del ser humano de conocerse a sí mismo y darle a conocer al mundo acerca de su existencia. Los primeros cuentos eran de origen folclórico, se trasmitían oralmente y tenían infinidades de elementos mágicos. Su origen circunda entre lo mitológico o histórico.

Así mismo la novela  novela es una obra literaria en la que se narra una acción fingida en todo o en parte con la finalizar de causar placer estético a los lectores con la descripción de sucesos  interesantes así como de personajes, pasiones y costumbres, que en muchos casos sirven para la propia reflexión o introspección.

El hecho de narrar como instrumento de expresión en estos dos géneros literarios significa contar o relatar historias, referir hechos pasados, ya sean ficticios o reales. De esta manera, la narración puede concebirse  como el conjunto de actos o expresiones verbales mediante las cuales una persona cuenta el relato de un suceso real o ficticio, cotidiano, científico o literario. Para el presente análisis se tomará en cuenta el aspecto literario basado en la novela “Aura” del escritor mexicano Carlos Fuentes, a la luz de los conceptos teóricos de Tzvetan Tororov y Gérard Genette, como principales exponentes de la narratología.

Aura.

Sobre Carlos Fuentes

Fue un escritor, nacido en Panamá en 1928,  intelectual y diplomático mexicano. Es considerado como uno de los más destacados escritores mexicanos y latinoamericanos de los tiempos recientes. Perteneció al Boom de la literatura latinoamericana. Es autor de novelas como La región más transparente (1958), La muerte de Artemio Cruz (1962), Aura (1962), Cambio de piel (1967) o Terra Nostra (1975).

“Lees ese anuncio: una oferta de esa naturaleza no se hace todos los días”. Así comienza la novela, donde un anuncio de periódico, como cualquier otro, es leído por Felipe Montero, quien descubre una misteriosa invitación, como si fuese dirigido solo para él. Lee al siguiente día el mismo anuncio donde solicitan historiador joven, con ciertos requisitos que sólo él cumple. El pago es aceptable: cuatro mil pesos, así que decide ir a la calle de Donceles 815, un viejo edificio del centro de la ciudad, antiguo palacio colonial; en él encontrara a Aura, joven hermosa; a la señora Consuelo, mujer siniestra de edad avanzada y a su destino, al traspasar el umbral de la vieja puerta de madera de la que nunca más nunca más saldrá.

        El tema principal de la novela es el amor de una pareja que intenta traspasar el límite del tiempo y convertirlo en eterno, más allá de un relato de terror o miedo. Es así como Aura se torna en una bella historia de amor y de reencuentro, a los personajes no les importó penetrar las barreras del tiempo y el espacio para reencontrarse; lo que es malévolo se convierte en un cuerpo hermoso lleno de luz y en sí la señora Consuelo se convierte en “Aura”.

Un tema secundario es la búsqueda del hombre o mujer por la eterna juventud, a través de la alquimia, la hechicería y la magia. De aquí el estilo de narración basado en la realidad-mágica.

Análisis Literario de “Aura”

Narración, narrador, narratario.

Tzvetan Todorov afirma en su texto “Las categorías del relato”,  que la narración “es la sucesión lógica o causal de hechos producidos en un tiempo determinado. En una estructura tradicional, la situación inicial se ve digerida por los acontecimientos que suceden a lo largo del relato y finaliza con una transformación de la situación”. Distingue entre relato e historia. El relato es el elemento dominante de la obra en prosa, en éste se desenvuelve la historia  y le concierne el orden cronológico; en la historia se entretejen varios hilos que van rotándose el orden de importancia en la narración, cada uno a su tiempo, “corresponde a una exposición pragmática de lo que sucedió”.

Se puede ampliar del concepto anterior de Todorov, que para que exista una narración se requiere que, con base a su conocimiento y experiencia, una persona narre el relato, es decir, toda narración necesita una voz. A lo que se narra se le llama suceso y comprende todo lo que sucede en el relato, ya sea narrado en presente, pasado o futuro. Es muy importante que el suceso sea trascendente y se narre de forma dinámica para así conseguir atraer y mantener la atención del lector.

“Aura” está narrada en segunda persona de singular. La voz, como tal, se dirige al personaje principal, Felipe Montero, dando la impresión de que está dirigida a él y de que lo conduce a lo largo de la historia.

La obra está escrito en segunda persona, es decir que el autor logra involucrar al lector como personaje de la misma. La segunda persona se usa a lo largo de toda la obra no solamente con el “tu, sino también con los verbos que generan orden y en caso advertencias de lo que sucederá en el futuro.

Así mismo se puede plantear  la elección del pronombre “tú”, a quien va dirigida la narración, podría ser parte efecto mágico, es decir, ¿quién es ese “tú”?: ¿Felipe Montero, el personaje que es introducido a la casa de la vieja Consuelo a través del anuncio del periódico, o el lector es introducido a la par de Felipe en la misma casa? Se puede asumir que en realidad ese “tú” es Felipe. Confunde, porque es muy poco frecuente el uso de la 2ª  persona del singular en una novela porque puede resultar intimidatorio: son como constantes órdenes que se murmuran al oído de todo lo que está pasando, y sabe, en este caso, lo que pasará.

Por eso también es interesante señalar el juego de los tiempos verbales: el presente y el futuro se alternan constantemente en la obra a través de la voz.  El efecto que produce esta alternancia lleva al interrogante: ¿dónde está ubicado el narrador? Porque quien se dirige a Felipe no sólo conoce el presente, sino sabe de antemano lo que va a suceder. Se puede afirmar entonces que ese narrador está fuera del tiempo y se podría decir que tiene hasta un efecto algo mágico: “Vivirás ese día, idéntico a los demás y no volverás a recordarlo sino al día siguiente…” pág. 126 (futuro); “Tocas en vano con esa manija, esa cabeza de perro en cobre, gastada, sin relieves” pág. 127 (presente).

En la breve novela se utilizan los recursos narrativos en cuanto a: además de narrar en segunda persona se permite la intervención de los otros participantes. En base a ello se hace presencia del dialogo. Por ejemplo: -Y el propio general,  ¿no se encuentra capacitado para…? pág. 130

Como otro recurso narrativo se tiene la descripción: “Cuando vuelves a mirar a la señora sientes que sus ojos se han abierto desmesuradamente y que son claros, líquidos, inmensos, casi del color de la córnea amarillenta que los rodea…” pág. 130

La descripción como recurso descriptivo en la narración funciona como “pausas”, es decir, no paraliza el relato sino que tiene un efecto de lentitud y la descripción se vuelve a su vez narración. Este recurso predomina en “Aura” de manera muy marcada.

        Todorov distingue entre relato e historia y así se observa que el relato en “Aura”, alude a contar la historia de un joven historiador, Felipe Montero, que es contratado por la viuda de un general mexicano para que termine de escribir y ordenar las memorias de su marido para su publicación. Para la realización del trabajo, tendrá que vivir en la casa de doña Consuelo, donde conocerá a su sobrina, una enigmática joven llamada Aura, de la cual Felipe se enamora. Sin embargo se entreteje la historia de Consuelo y de su esposo el general.

        Así mismo el teórico Gérard Genette propone diferencias entre narración, “que es el acto de contar o relatar una historia, y relato, que es la historia en sí, el significante, enunciado, discurso o texto narrativo”

El tiempo.

El tiempo, por su parte, tiene también un desarrollo lineal, interrumpido únicamente, acaso, por las evocaciones al pasado que hace Felipe a través de las historias y las fotografías del general Llorente, sin embargo,  se incluye un juego de tiempo, un sistema de regresión, circular  ya que Felipe Montero se ve involucrado en el pasado en la figura del general Llorente, piensa y se reconoce como la reencarnación del  general: “Pegas esas fotografía a tus ojos, las levantas hacia el tragaluz: tapas con una mano la barba blanca del general Llorente, lo imaginas con el pelo negro y siempre te encuentras, borrado, perdido, olvidado, pero tú, tú, tú”. pág. 157

Al comienzo de la obra se puede denotar un tiempo cronológico que empieza en la mañana con la toma del café y se desarrolla en el día al llegar a la casa de consuelo e inclusive se nombra la seis de la mañana y las nueve de la mañana. Se puede hacer seguimiento del día por las horas de comida. Ese tiempo cronológico se rompe  con atemporalidades. El autor comienza a jugar con el tiempo entre engarzamiento y evocaciones: “…y no volverás a recordarlo sino al día siguiente, cuando te sientes de nuevo en la mesa del cafetín, pidas el desayuno y abras el periódico.”

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