Clinton vs Trump: implicaciones económicas, políticas y sociales de las próximas elecciones estadounidenses.

Clinton vs Trump: implicaciones económicas, políticas y sociales de las próximas elecciones estadounidenses

El próximo 8 de noviembre del 2016 es un día importante para todo el mundo: se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos de América (EUA). ¿Pero por qué la importancia a nivel global? Porque EUA, como potencia económica global, interviene directamente en los asuntos públicos de todos los países de nuestro planeta. Hillary Clinton y Donald Trump son los candidatos por el Partido Demócrata y Republicano, respectivamente. Que uno u otro gane la presidencia, implica resultados económicos, políticos y sociales contradictorios en todo el mundo, dadas sus propuestas. Este ensayo tiene como propósito analizar algunas de las implicaciones más importantes de los próximos resultados.

Donald Trump, reconocido empresario estadounidense, se caracteriza por tener propuestas controvertidas en su plataforma política. Dentro de las más interesantes encontramos las referentes a la inmigración, donde ha declarado que EUA debe detenerla, principalmente la proveniente de México, así como impedir la entrada de refugiados provenientes de Siria y Libia. Asimismo, ha propuesto construir un muro en la frontera entre México y EUA con dinero proveniente de las remesas que los mexicanos que laboran en el país vecino envían a sus familiares en nuestro país.

En cuanto al comercio, este candidato ha propuesto renegociar el TLCAN^[1], eliminar el acuerdo Transpacífico y restringir la posibilidad de que las empresas aprovechen estos acuerdos y saquen sus empresas de EUA en búsqueda de abaratar sus costos. Además, plantea crear un impuesto del 35% para impedir que las empresas salgan de EUA, así como uno del 20% sobre mercancías importadas.

Otro de los temas relevantes es el referente al cambio climático; para él, este tema es un mito y propone eliminar la Agencia de Protección del Ambiente y sus regulaciones dado que, de acuerdo con él, dificultan el funcionamiento de las empresas. Además, plantea eliminar la promoción del uso de energías verdes por su excesivo costo y pide promover el uso de energía nuclear. De ganar la presidencia, ha mencionado que forzará a los países de Medio Oriente a involucrarse en la lucha contra ISIS, a bombardear campos petroleros, a “mejorar” métodos de interrogación para sospechosos de terrorismo y prohibir la entrada de musulmanes a EUA. Él, además, está a favor de la compra y portación de armas de los ciudadanos estadounidenses.

Si analizamos las propuestas anteriores, podemos ver que los efectos en México, de ganar Trump las elecciones, serían fuertes. Primeramente, de ser financiado el muro fronterizo con las remesas que son enviadas por los 11.7 millones de migrantes mexicanos (SRE, 2013), se afectaría directamente los ingresos nacionales dado que este rubro es, históricamente, uno de los pilares principales de la economía mexicana, junto con los ingresos por petróleo. Al disminuir los ingresos nacionales, se esperaría que el consumo y por lo tanto el PIB nacional disminuyeran. Sin duda, de llevarse a cabo esta acción, las relaciones diplomáticas se tensarían entre ambos países.

Otro aspecto que afectaría directamente a la economía mexicana es la propuesta de renegociar el TLCAN favoreciendo a EUA. Se sabe que varias industrias mexicanas fueron poco ganadoras con su entrada en vigor en 1994; el campo mexicano, por ejemplo, fue uno de los menos favorecidos. Trump propone que EUA disminuya las importaciones mexicanas, a través de la renegociación de este tratado y de impuestos a las importaciones. EUA es el principal socio comercial de México y de acuerdo con cifras oficiales del 2015, México exportó al país vecino $297.5 mil millones de dólares e importó de éste $236.4 mil millones de dólares (WITS, 2016). En caso de que se establecieran trabas al ingreso de productos mexicanos a EUA, se generaría un excedente productivo en México^[2], los bienes perecederos se perderían, y se tendrían que buscar nuevos canales de distribución hacia otros países. Aunque lo anterior podría lograrse en un mediano plazo, sin duda en el corto afectaría fuertemente las finanzas públicas de nuestro país y tendría que haber recortes laborales para ajustar la producción a la nueva demanda comercial.

México, dado lo anterior, tendría que repensar su modelo de crecimiento basado en exportaciones. Las políticas de Trump nos llevarían a, posiblemente, retomar el modelo de crecimiento “hacia dentro” como el impulsado por el cardenismo, a partir de los años 40 hasta principios de los 80s. Lo anterior llevaría, sin lugar a dudas, a un ajuste social en México: si hubiese más gente desempleada, se generaría aún más violencia e inseguridad y más personas se verían obligadas a trabajar para el crimen organizado.

Internacionalmente, de ganar Donald Trump las próximas elecciones, posiblemente se corra el riesgo de desatarse una guerra sin precedentes pues pretende utilizar el poderío de EUA para forzar a otros países a enfrentarse al Estado Islámico.

Por otra parte, los avances en materia de cambio climático que se lograron en la pasada Cumbre en París se desvanecerían, pues de salir EUA del acuerdo, China también lo haría y, dado que son los dos países que producen más gases de efecto invernadero, estaríamos condenando a las futuras generaciones a carecer de recursos naturales así como a la desaparición a las naciones isleñas.

Por el contrario, tenemos a la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton. Esposa del expresidente Bill Clinton, es considerada, por muchos críticos, con mayor trayectoria y experiencia para manejar el país vecino. En sus propuestas respecto de la inmigración se encuentra promover una reforma migratoria que apoye a obtener la ciudadanía, naturalización e integración de los indocumentados que actualmente viven en EUA. Aunque plantea cerrar los centros privados de detención de inmigrantes indocumentados, propone reforzar el personal y la tecnología de la Patrulla Fronteriza con México. Respecto de los acuerdos comerciales, al contrario que Trump, ha propuesto mantener los acuerdos comerciales, recortar impuestos para incentivar la contratación laboral y promover un plan con sindicatos y empresas para incentivar la manufactura y compra de productos al interior de EUA. Al igual que Trump, quiere derrotar al Estado Islámico y estabilizar Medio Oriente pero mediante alianzas con los Estados y la resolución de la guerra civil en Siria y el sectarismo en Irak. Contrariamente a Trump y dando continuidad a los avances del gobierno de Obama, ella apoya las políticas para frenar el cambio climático antropogénico y propone invertir en energías renovables, reducir el consumo de petróleo por parte de autos y maquinaria, cortar subsidios a la industria petrolera y lograr que en el 2027 el 33% de la energía de EUA se produzca en plantas renovables. Aunado a lo anterior, plantea aumentar a 30% la tasa impositiva que pagan los millonarios y cerrar las lagunas legislativas para las empresas que refugian sus utilidades en paraísos fiscales.

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