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Desinteres Escolar


Enviado por   •  16 de Mayo de 2015  •  1.778 Palabras (8 Páginas)  •  205 Visitas

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CONDUCTA DISRUPTIVA EN EL AULA

0. Introducción

La disrupción e indisciplina escolar es uno de los problemas que más preocupan al profesorado.

El análisis de las causas que provocan comportamientos indisciplinados en el alumnado puede hacerse desde dos perspectivas: por un lado desde los que localizan las causas en las características o circunstancias individuales del alumno/a concreto; y por otro lado, los que atribuyen las causas a la compleja dinámica de relaciones y actitudes de todos los miembros de la comunidad educativa.

Desde este último punto de vista, el análisis de la indisciplina debería partir de la reflexión y descripción de los comportamientos que son considerados como indisciplinados, las normas existentes, la forma en que estas se deciden y se explicitan, a quién van dirigidas, el sistema de sanciones y el sistema de seguimiento y control.

Cuando hablamos de disrupción, que puede considerarse parte de la indisciplina, nos referimos a los comportamientos que impiden llevar el ritmo de la clase, que obstaculizan la labor docente del profesorado y pueden llegar a interferir en el proceso de aprendizaje del alumnado.

Sin embargo, en el problema de la disrupción, existe una gran subjetividad, algunos comportamientos que son considerados disruptivos para algunos profesores, no lo son para otros.

1. Comportamientos disruptivos

Cuando se entra a analizar la disrupción en un aula determinada o la provocada por un alumno concreto, el equipo docente debe ponerse de acuerdo en que comportamientos considera disruptivos. Generalmente suelen aparecen en estos análisis comportamientos como:

- hacer ruidos corporales (risas, toses, eructos, silbidos, gritos, ecos, …)

- hacer ruidos con objetos (golpear la mesa, tirar cosas, tamborilear con el lápiz, hacer sonar alarmas,…)

- levantarse constantemente del sitio

- deambular por la clase

- interrumpir constantemente el ritmo de clase con preguntas

- salir y entrar de clase sin permiso

- proferir insultos contra compañeros

- decir palabrotas, frases soeces

- burlarse de los compañeros

- quitar cosas a compañeros

- amenazar a compañeros

- agredir a compañeros

- estropear (pintar, escribir, romper) los materiales de compañeros

- estropear (pintar, escribir, romper) los materiales comunes

- negarse a hacer lo que dice el profesor

- desafiar al profesor

- amenazar al profesor

- ………………

- ………………

Para decidir qué tipo de comportamientos son considerados disruptivos por todo el equipo se deberá reflexionar sobre los aspectos imprescindibles del proceso enseñanza-aprendizaje, ser autocríticos con lo que quizá se exige sin ser indispensable y la frecuencia e intensidad tolerable en la disrupción.

2. Factores que influyen en los comportamientos disruptivos

Para abordar cualquier conducta disruptiva es imprescindible la calma y la planificación.

2.1. Actitud del docente

Parece existir el acuerdo en los expertos de que la clave para abordar la disrupción está en la consistencia del profesorado en el establecimiento de normas y la administración de las consecuencias o castigos.

La mejor respuesta a la disrupción parece ser que es la que dan aquellos profesores/as que no muestran sobreenfado ni confusión, pero que tampoco ignoran la prueba a la que están siendo sometidos, y saben responder de forma serena y asertiva a la misma.

Ante la disrupción, es aconsejable no centrarse en ella, sino PLANTEAR ALTERNATIVAS CENTRANDO LA ATENCIÓN EN LA TAREA. El profesor/a eficaz, ante la disrupción, la atiende (no la soslaya), pero no reacciona de forma desproporcionada. Evita que el conflicto “escale” y se agrande.

Como norma general, el profesor debe intentar no alterarse, no interpretar los comportamientos disruptivos como agresiones a su persona. No debe llegar al descontrol.

Si los comportamientos no hacen imposible seguir con el proceso de enseñanza-aprendizaje, se deben ignorar. En cambio ante incumplimiento de normas no se debe hacer caso omiso, porque se daría a entender que las normas a veces se pueden incumplir, con lo que restaríamos consistencia a la normativa.

La conducta del profesor/a tiene que tener consistencia y predictibilidad, así el docente se va haciendo “fiable” para los alumnos/as. Es importante ser sistemático/a, con las normas, evaluación diaria, plazos de entrega de trabajos, etc.

- Las expectativas y predisposición del profesor hacia los alumnos/as (efecto Pigmalión) juegan un papel importante en los comportamientos del alumnado: los alumnos/as intentan responder a las expectativas del profesorado, tanto si son positivas, como negativas. De ahí que el profesorado deba evitar “etiquetas” o “generalizaciones excesivas” (“eres un vago”, “siempre estás haciendo el payaso”, “nunca acabas las tareas”…), sustituyéndolas por descripciones de las conductas (“no has traído los dos últimos trabajos”, “deja ahora las bromas y empieza con el trabajo”, “esta tarea está sin terminar”…)

- Por otra parte no se debe mostrar una actitud de prepotencia: el profesor debe ser capaz de pedir perdón por las tardanzas, equivocaciones, reconocer que la autoridad no es invulnerable ante el error.

2.2. Normativa

Es importante que las normas básicas de comportamiento estén claras. Lo más adecuado es que al alumnado se le expliquen de forma que pueda comprenderlas y que en lo posible las normas del aula estén elaboradas y aceptadas por el grupo. Se debe establecer un sistema de sanciones y de recompensas coherente con las normas.

La normativa debe trabajarse de forma periódica y hacerse explicita y presente en las aulas. Es importante también revisar las normas, su utilidad y su cumplimiento.

Dar participación y responsabilidades al alumnado en el control y seguimiento

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