Doctrina social de la Iglesia Resumen crítica sobre carta encíclica Rerum Novarum del Sumo Pontífice León XIII

Doctrina social de la Iglesia

Christian Berrezueta, Valeria Cobo, Ana Espinosa, Belén Miranda

1.- Resumen crítica sobre carta encíclica Rerum Novarum del Sumo Pontífice León XIII sobre la situación de los obreros.

León XIII dirige  Rerum Novarum a los obispos de la Iglesia Católica. Introduce sus reflexiones destacando las dificultades sociales del día. Con estas dificultades en mente, discute cinco temas clave: la propiedad privada, el derecho de la Iglesia a hablar sobre temas sociales, el papel del Estado, el derecho del trabajador a un salario justo y la importancia de las asociaciones de trabajadores. Termina con una breve conclusión.

Leo explica que la Revolución Industrial ha animado a la humanidad a hacer preguntas sobre diversos temas sociales, como la relación entre empleadores y empleados, la distribución justa de la riqueza, el creciente aislamiento de los trabajadores, el papel de las asociaciones de trabajadores y la valores morales. Más específicamente, Leo informa a los obispos de las miserables condiciones de vida de los pobres; Propone que los líderes de la Iglesia católica deben refutar una vez más los errores que han conducido a tales males sociales. Leo declara que los trabajadores quedan desprotegidos porque los gremios de trabajadores de antaño ya no están intactos y las instituciones políticas han rechazado la enseñanza religiosa. Leo explica que el poder de la industria está controlado por unos pocos propietarios de fábricas que se están volviendo ricos del duro trabajo de la clase trabajadora. La clase baja sufre de malas condiciones de trabajo y bajos salarios, y su animosidad hacia la clase propietaria está aumentando.

Leo escribe que los socialistas están tratando de eliminar la división de clases al proponer que las posesiones se celebren en propiedad común y privada eliminada. En oposición a la respuesta socialista, Leo aboga por el derecho a la propiedad privada. Explica que la gente tiene la capacidad de planear para el futuro. Poseyendo tierra, la gente puede alcanzar la seguridad de poseer algo con valor estable y puede disfrutar del fruto anual de la tierra. Además, la perspectiva de poseer bienes da a los trabajadores esperanza y una motivación para el ingenio. Sin la posibilidad de poseer tierras, a menudo los trabajadores carecen del deseo de trabajar con diligencia.

El término "doctrina social" se remonta al Papa Pío XI y designa el "corpus" doctrinal sobre cuestiones relevantes para la sociedad que, a partir de la Carta Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, se desarrolló en la Iglesia a través del Magisterio de los Romanos Pontífices y el Obispos en comunión con ellos. La preocupación de la Iglesia por los asuntos sociales ciertamente no comenzó con ese documento, porque la Iglesia nunca dejó de mostrar interés en la sociedad. No obstante, la Carta Encíclica Rerum Novarum marca el comienzo de un nuevo camino. Injertándose en una tradición centenaria, señala un nuevo comienzo y un singular desarrollo de la enseñanza de la Iglesia en el ámbito social.

En su constante atención a los hombres y mujeres que viven en la sociedad, la Iglesia ha acumulado una rica herencia doctrinal. Esto tiene sus raíces en la Sagrada Escritura, especialmente en los Evangelios y en los escritos apostólicos, y adquiere forma y cuerpo a partir de los Padres de la Iglesia y de los grandes Médicos de la Edad Media, constituyendo una doctrina en la que incluso sin Magisterio explícito y directo Pronunciamientos, la Iglesia poco a poco llegó a reconocer su competencia.

En el siglo XIX, eventos de carácter económico produjeron un dramático impacto social, político y cultural. Los acontecimientos relacionados con la Revolución Industrial cambiaron profundamente las estructuras sociales de varios siglos, planteando serios problemas de justicia y planteando la primera gran cuestión social -la cuestión laboral- provocada por el conflicto entre el capital y el trabajo. En este contexto, la Iglesia sintió la necesidad de involucrarse e intervenir de una manera nueva: las nuevas cosas ("cosas nuevas") provocadas por estos eventos representaron un desafío a su enseñanza y motivaron su especial preocupación pastoral por las masas populares. Era necesario un nuevo discernimiento de la situación, un discernimiento capaz de encontrar soluciones apropiadas a problemas desconocidos e inexplorados.

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