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El Hombre En Busca De Sentido


Enviado por   •  5 de Junio de 2012  •  2.231 Palabras (9 Páginas)  •  470 Visitas

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INTRODUCCIÓN

VIKTOR FRANKL en “El hombre en busca de sentido” (1946) nos describe sus experiencias en un campo de concentración nazi (Auschwitz, 2ª Guerra Mundial)

V. Frankl es un psicoterapeuta austriaco que escribió todo un legado acerca del “SENTIDO DE LA VIDA”, sus palabras alcanzan un temple sorprendentemente esperanzador sobre la capacidad humana de trascender sus dificultades y descubrir la verdad conveniente y esperanzadora. Sus libros son de una inestimable ayuda para combatir la depresión, soledad, etc.

Se trata de un tema de especial relevancia, sobre todo teniendo en cuenta que la sensación de que nuestra vida carece de un significado auténtico ha penetrado considerablemente en los cimientos de la sociedad contemporánea. El doctor Frankl demuestra de una forma brillante que el ser humano aún puede encontrar un cierto sentido a su vida cotidiana. Habla del «deseo de significado» como fuerza central motivadora y presenta evidencias específicas de que la vida puede hablarnos de su propio sentido en cualquier momento o situación.

En un principio cuando todo se remota al encierro es un momento muy difícil pues estas personas son separadas de sus seres queridos, de sus actividades, comodidades y de un ritmo de vida al cual están acostumbrados, y todo para ser encerrados en un campo de concentración para estar sometidos a malos tratos en condiciones pésimas y en circunstancias extremas.

Lo cual no tiene una lógica razón de ser pues no importan las creencias de las personas, ni de que país son originarios, todas las personas sienten, piensan y actúan, aunque lo demuestren de distintas maneras, todas las personas tienen el derecho a ser libres.

Ya viviendo en el campo se presentan distintos sentimientos como la incapacidad para encontrar el significado de existir.

También se presenta la perdida de la voluntad y el deseo de vivir, todo se enfoca a vivir es igual a sufrir entonces sería mejor morir.

Muchas personas prefirieron este camino pues así terminaron con ese sentimiento de infelicidad que se apoderó de ellos y solo así se pudieron liberar de esta agonía.

Los reclusos tuvieron que pasar tres etapas como relata el autor, estas son:

internamiento en el campo, la vida en el campo y después de la liberación. Cada etapa está caracterizada por una serie de acontecimientos que la hacen ser

simplemente diferente de la otras. Las emociones y el estado psicológico de

los prisioneros son sumamente complejas en cada etapa y dignas de reflexión.

Al comienzo del libro, en el internamiento al campo, el autor relata como fue su

llegada a este. Relata cuando iban todos en un vagón y fueron recibidos por un

comité de bienvenida que los acogía, esto fundaba en los recién llegados un

sentimiento de que quizás las cosas no iban a ser tan crueles como otros

contaban, ya que el campo de concentración de Auschwitz tenía un cierto respeto por las cosas que sucedían en su interior.

Después de la selección que tuvieron que pasar rigurosamente, los reclusos se dieron cuenta de que estaban vivos, porque el 90% de los que estaban ahí desde un principio se dirigían a las cámaras de gas, donde los mataban.

Hay que destacar que cuando llegaban al campo dejaban de ser una persona, pasaban a ser un número y todo los que eran y su alrededor

antepasado ya no valía nada. Eran despojados de los lazos que le unían con la realidad. Al principio los prisioneros tenían metas y sueños que querían realizar

después de ser liberados del campo, muchos de ellos soñaban con volver a

ver a su familia, seguir con su profesión, etc.

Pero al pasar de las semanas y meses esos sueños se fueron haciendo más

realistas, dependiendo del punto de vista crítico de estos reclusos. Las

ilusiones iban cayendo una a una conforme pasaban los días. Fue una sorpresa para todos estos hombres ver como se encontraban a

pesar de las condiciones precarias en las que se encontraban. De alguna

forma su estado inmunológico cambió radicalmente, eran más resistentes al

dolor físico. Pasada varias semanas, muchos de estos hombres no halló respuesta al sentido de su vida, sólo encontraba sufrimiento y la desesperación llevó a

muchos de estos a suicidarse de la manera más popular dentro del

campo, lanzarse al alambrado eléctrico. Era un método que retumbaba en la conciencia de todos los que habitaban allí.

En la segunda fase del libro las emociones son muchos más marcadas que en la primera, pero no hay que ver estas fases como etapas sino como todo un proceso psicológico y emocional

que padecieron los reclusos. La apatía, era como mecanismo de autodefensa, llegaba a una especie de muerte emocional. Esta está descrita por las torturas que este pasaba a diario con las emociones más dolorosas que se conocen,

como lo es la añoranza de sus cosas, que trae consigo una profunda nostalgia y la otra es la repugnancia que le hacía a todo lo que le rodeaba, que no era nada agradable.

El prisionero se hizo menos sentimental a escenas que para otros son de horror, pero para este son triviales. Tiene ahora un debilitamiento en el área emocional por las cosas que pasan a su alrededor, no tenía ningún sobresalto emocional.

Gracias a esta insensibilidad, el prisionero se rodeaba en seguida de un caparazón

protector muy necesario, podía soportar sin mayor dificultad insultos y golpes. Se hizo, por decirlo así, inmune a esta clase de cosas, ya que estas eran el pan de cada día.

Los sueños de los prisioneros se hicieron cada ves más realistas, hasta el punto de añorar vivir, o dejar de sufrir. En esta etapa se le encontró un gran valor la soledad y la intimidad de cada uno, así uno podía reflexionar y soñar tranquilo, hasta cuando uno tenía que volver a trabajar. Había una necesidad por abstraerse de la situación actual y darle más oportunidad a la libertad espiritual.

También se caracteriza esta etapa por la valoración,

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