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El Paraiso No Esta Persido

arthur201226 de Julio de 2013

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El Paraíso no está perdido, sino olvidado

Facundo Cabral

Vengo cuando hay que venir a decir lo que hay que decir, fundamentalmente que el paraíso no está perdido sino olvidado y que en una eternidad siempre se puede empezar de nuevo.

El artista debe decir todo (la verdad es totalidad y la totalidad incluye a la imaginación), por peligroso que sea, además, si no se dice la verdad es inútil hablar ¿Usted siempre dice la verdad? Le preguntaron a mi madre, que contestó: Sí ¿o usted conoce otra manera de diálogo? Si no decimos la verdad sufrimos una muerte lenta y misteriosa, todo se llena de un extraño silencio, un silencio diplomático es decir enfermizo y suicida, un vacío discreto y continuado que nunca se sabe dónde terminará, ni siquiera dónde comenzó.

La tarea del artista es provocar el vuelo, alentar la humanidad, abrir todas las ventanas. Yo no estoy fuera de la vida juzgándola sino dentro viviéndola, no soy un crítico ni un espectador sino un protagonista que morirá por el fuego, no por el humo, es decir por la acción no por la idea.

Han dicho que soy un Borges on the rocks, la versión divertida de la Enciclopedia Británica, un Woody Allen cristiano, la voz de una revolución todavía posible, un ángel sin escrúpulos, el apóstol que le faltaba a Jesús, un médico del alma, el último anarquista. Para algunos soy un peligro social y para la UNESCO un mensajero mundial de la Paz, pero en realidad soy un vagabundo desaforado, alguien que buscó y busca en todos los rincones del mundo, al espejo que lo ayude a reconocerse, la provocación que le despierte el punto central, el que armoniza con todo el Universo del que lo sepamos o no, somos parte.

Nadie es lo que no fue y nadie será lo que no es, es decir que al futuro lo venimos planeando desde el pasado, entonces tenemos la edad de lo que recordamos y somos, ante todo lo que amamos. Entonces a mí, a través mío también canta Hermes Trismegisto, Lao Tsé, Salomón, San Agustín, Erasmo de Rotterdam, San Francisco, Walt Whitman, Rlmbaud, Julio Verne, Bahaullah, Krishnamurti, Blake, Gandhi, Almafuerte, Macedonio Fernández y tantos anónimos a los que debo un llamado de atención (derviches, beduinos del Néguev, tarahumaras, lacandones, chamulas, shadús), un nuevo despertar en la eternidad de siempre.

No tengo compromiso con lo que no amo y menos con lo que no creo, tampoco con la mayoría, siempre dispuesta a ahogar al individuo, que es lo único verdadero, me siento tan libre, tan dueño de mi, tan confiado en la vida que no temo cometer errores, es más me divierten y me crecen, tengo tanto que hacer conmigo mismo que no me preocupa lo que digan los demás, que son lo de menos, una abstracción con la que nunca viviré (mañana puedo decir lo contrario y eso significará que estoy en movimiento, es decir vivo). No me interesan las tradiciones y las costumbres, redes de las que hay que huir si uno quiere volar, que es el deber y el derecho cósmico del individuo, no es bueno lo estático en un mundo en constante movimiento, por eso no puede haber reglas fijas, como no hay un lugar mejor que buscar porqué la Tierra es parte del Cielo, que es el símbolo de la vida eterna que está dentro de uno. Soy feliz porque, casi en la tercera edad y con una salud endeble, sigo provocando el deseo de vivir en la gente. Soy un cantor popular pero pretencioso porque todavía creo en la revolución fundamental, que es revolucionarse.

En el camino siempre encuentro cosas que me enriquecerán, y andando al azar nunca hay rutina, todo es novedoso, entonces uno aprende a no dar nada por sentado, todo es una clave que nos lleva a otra cosa, así se desarrolla el olfato que siempre encuentra lo interesante. Nada como vagar, y nada mejor que leer cuando no hay nada que hacer (ante todo soy un vagabundo literario, o vagabundeo por la literatura, quiero convertir al mundo en un libro, algo que le hubiera gustado mucho a Mallarmé). Me produce mucho placer saber que me voy a acostar y a levantar cuando quiera, que no dependo de una casa discográfica ni de un canal de televisión, ni de una secretaría de cultura, que voy a cantar lo que quiero donde quiera y cuando se me da la gana, es más, ni yo mismo sé qué voy a cantar cuando salgo al escenario, pero seguro que será lo que Dios quiera, es como lanzarse al vacío, y eso me excita tanto a mí como a la gente que viene a escucharme, yo me estimulo con la sorpresa y el oyente con la esperanza de que venga algo de los dioses o del mismísimo demonio.

Te contaré el secreto: hay que tener menos para tenerse más. Como yo no tengo nada me salvo de la envidia, y como no tengo una mujer soy amigo de todas (mi madre decía: Soy tan pobre que ni siguiera tengo un patrón). Además, si no consumes eres más libre, tienes más tiempo para vivir, para andar por todas partes, tranquilo, liviano, porque no hay nada que cuidar, entonces puedes ser un hombre, no un policía que cuida lo que tarde o temprano será basura.

Cuando estás en la búsqueda, ardiendo de amor por la luz, los errores se debilitan como el rencor, entonces se deja ver el conocimiento que, ante todo, te fortifica, la bondad que te acerca a la certeza porque la vida es amor porque Dios es amor, entonces se refresca tu vida de tal manera que todo es nuevo para ti porque lo ves de una manera más amplia, más generosa (cuando Dios se manifiesta en ti ves hasta el corazón del átomo más pequeño, en todas las cosas se manifiesta el Padre, entonces tu vida es una luminosa fiesta, una fiesta que gozas serenamente porque sabes que es para siempre).

Cuando te liberas de todo apego te abrazan todas las cosas, como a mí este hotel magnífico, como sus grandes pasillos claros, a la pequeña mulata que pasa sin saber que para mí es el arte, una obra tan bella como el profundo Cézanne, como el inteligente Giacometti, como el purísimo Matisse de los últimos momentos, como Juan Francisco durmiendo en los brazos de Sylvia, como el sol cayendo entre los cactus de Aruba y Alexandra en las sábanas negras.

Cuando te liberes de la mordaza podrás llamarlo, y Él acudirá a tu llamado como acudió al mío, y su perfume te embriagará y te crecerá de tal manera que tu presencia en el mundo será otra manifestación del arte, tanto que tu sola palabra levantará ciudades nuevas, donde la armonía enriquecerá con la justicia a todos, donde nadie tendrá que cuidar nada porque todo será de todos.

Estoy bien porque estoy en lo que amo, y en esto tiene mucho que ver el yoga, que interrumpe la actividad mental para que vivenciemos la plenitud, para que sintamos lo universal, para que comprendamos que somos parte del todo, por eso cuando arrancamos una flor se mueve una estrella. Cuando la mente está inmóvil oímos completa la canción de la vida, sin las divisiones de la mente, danzamos con los otros y con el viento. Somos agua del mar, polvo de la tierra, vivenciamos que somos parte de Dios, que es todo lo que es.

Cuidado con la bofetada que vas a dar porque dará la vuelta al mundo y volverá a tu mejilla.

En todas partes se me acercan los que no esperan ordenes de afuera, los que no son dirigidos desde un púlpito o desde la televisión, en cualquier lugar aparecen, siempre aparte de los centros convencionales que santifican los mercaderes que viven con exceso del rebaño eternamente carenciado, individuos que están fuera de control de los que vigilan todo porque saben que lo mediocre cambia de mano fácilmente, individuos que eligen su propio camino, que buscan por donde nadie buscó, que se arriman a los rincones más oscuros, que no esquivan el peligro, que siguen a la intuición porque saben que en cada uno hay algo nuevo, potencialidades únicas(cuando encuentres un sendero aléjate porque es el camino de otro y seguir el camino de otro, por muy luminoso que sea, es perderse), individuos que el arte debe invertir los ordenes autorizados, los modos establecidos, que debe abrir y proponer maneras y caminos nuevos porque el arte, si no es revolucionario, si no agita, no es arte.

Acciona en lugar de reaccionar, crea en lugar de contestar, libérate de los agotadores vicios de querer convencer y gustar, hazlo por ti, has lo que quieres y te sentirás muy bien contigo mismo, que es lo que importa (sólo alcanzan la plenitud los que se respetan a sí mismos), entonces le darás más a los demás, vuelve a nacer pero ahora dentro tuyo, supera los apegos que te sacan del camino, sigue a tu corazón, al que no dejan de llamar las bellezas del mundo, nada te impide la consumación espiritual, tú sabes que tu vida no está donde debería, que todavía te complicas en búsquedas ordenadas y competencias idiotas, tú sabes que ya es hora de ponerte en contacto con lo mejor tuyo, recuerda que en cada vida se realiza el todo y que hasta los actos más pequeños conforman la personalidad. La Humanidad se mueve, crece y vuela por los individuos (es inimaginable la Humanidad sin individuos), el sentido de la vida está en el individuo.

El mensajero que trae la buena nueva siempre comienza con una llamada, el mensajero viene a pedirnos que prestemos atención, que no sigamos a nadie, que estemos alertas, que veamos y escuchemos, que despertemos de una buena vez porque ya es hora de darnos cuenta, de animarnos a esta gran aventura que es la vida, el mensajero nos invita a dejar la ilusión de la seguridad, la celda social que creemos la realidad, para entrar en nuestra propia y tan temida soledad donde nos espera el otro, el gigante que desconocemos y que también somos, la fortuna que Dios nos dio para siempre, la riqueza que pocos sabemos que todos tenemos, y que sólo podemos alcanzar cuando nos liberamos de los compromisos sociales, el mensajero nos

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