Ensayo sobre el articulo 22

[pic 1]               UNIVERSIDAD METROPOLITANA

    DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

 Departamento de Castellano                                                                                                     Profesor: Carlos Fuica González

GRAMÁTICA SINCRÓNICA II

DISCUSIÓN BIBLIOGRÁFICA

El artículo

Leslie Baeza Barraza, Nicole Campos Ramírez

   En la gramática, así como en cualquier disciplina académica, existen variados puntos de vista que se han contrapuesto. El tema del que nos encargaremos a continuación se caracteriza por hacer patente una muy buena alternativa a la clasificación y denominación del artículo frente a la tan aceptada y difundida estructuración de la Real Academia.

  En el siguiente trabajo se expondrán las definiciones y descripciones que hacen en cuanto al artículo: Amado Alonso en Estudios lingüísticos. Temas españoles (1951), Emilio Alarcos en Estudios de la gramática funcional del español (1999) y la Real Academia de la Lengua en su Nueva gramática de la Lengua Española (2016). A partir de esto, nos parece interesante centrarnos en la clasificación que proponen los autores y la misma Academia sobre este elemento.

   En primer lugar nos referiremos a las definiciones que las tres publicaciones mencionadas nos entregan, y a la vez, iremos contrastándolas, adelantando que Alonso y Alarcos conforman un frente unido con respecto a la mayoría de las cuestiones que a continuación se tratarán.

   El planteamiento de los autores que distancia su visión de la de la Academia es la que se refiere a la naturaleza del artículo. Alarcos nos señala que este es un estructura totalmente dependiente, es decir, que es incapaz de actuar por sí sola: “El artículo es, pues, un signo morfológico, dependiente, que presupone la existencia de un elemento autónomo, el nombre, con el cual constituye un sintagma unitario dentro de la oración…” (Alarcos, 1999, p.226). Amado Alonso desarrolla su obra bajo la misma premisa, pues nos dice que el artículo es un elemento morfosintáctico, con valor lógico y no idiomático, por lo que no cumple o desarrolla una esencia idiomática.

   La Academia, por su parte, describe al artículo como ‘una parte de la oración’ (Gramática,), cosa que sería imposible de afirmar si adscribimos a  la afirmación de Alarcos de que no desempeña ningún papel en la oración.

  Lo anterior decanta en la clasificación que los autores realizan del artículo. Así, Alonso nos dice que la bilateralidad de este se encuentra en su presencia o ausencia, y nunca en una contraparte indeterminante. Alarcos reafirma las palabras del lingüista, pues señala que un (y sus derivados) puede ser un elemento autónomo en cuanto es presentador y clasificador, y por consecuencia, no puede ser un artículo. La Academia, por otro lado, a imitación de la gramática francesa estableció la existencia de un elemento indeterminado que se opone a al determinante, esto, en cuanto este último especifica que lo designado no constituye información consabida. De esta forma, la definición que la Academia entrega del artículo es en base a esta distinción:

 “el artículo es una clase de palabras de naturaleza gramatical que permite delimitar la denotación del grupo nominal del que forma parte, así como informar de su referencia. En efecto, el artículo especifica si lo designado por ese segmento constituye o no información consabida.” (Nueva Gramática de la Lengua Española, p264).

   Creemos que esta discusión se ocupa de un tema muy importante en la gramática, en cuanto nos deja ver que fuera de lo normativo, esto es, de lo que se enseña en las diferentes escuelas a partir de lo establecido por la Academia, existen otros puntos de vista, con un desarrollo investigativo igual o más válido. En nuestra opinión la tesis de Amado Alonso, y posteriormente la de Emilio Alarcos, se sostiene de gran manera cuando vemos que la distinción bilateral determinante/indeterminante no se da en todo el mundo, sino que la oposición que se impone es la de presencia/ausencia. De cualquier manera, Alonso ha dejado más que claro que existe una gran distancia entre el signo un y el signo el, tanto es su evolución como en su aplicación:

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