Estrategias De Lectura
fannysilvacano1 de Diciembre de 2013
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1) Haga preguntas a los estudiantes durante las clases para estimular su curiosidad.
Si los estudiantes quieren saber algo – bien sea porque sienten curiosidad o porque les puede ser útil en su vida diaria – estarán más motivados a aprenderlo. Si las preguntas hechas en clase son de naturaleza inquisitiva, también pueden llevar a una mayor comprensión.
2) Utilice preguntas guía.
Estas se pueden generar para cada tarea, conferencia o presentación audiovisual. Las preguntas motivan a los estudiantes tanto a examinarse ellos mismos como entre ellos, porque los exámenes tienen una alta posibilidad de basarse en estas. Este tipo de preguntas deben probar la habilidad de entender, explicar, ilustrar y aplicar los conceptos y principios enseñados. Por ejemplo, en una lección de anatomía humana, antes que el maestro enseñe las ilustraciones del corazón, daría a la clase las preguntas guía.
Estas preguntas evidencian conceptos específicos y principios generales. A continuación unos ejemplos:
a) ¿Qué es una válvula? b) ¿Cuál es la diferencia entre una vena y una arteria? c) ¿Qué es colesterol? ¿Por qué tener niveles de colesterol elevados es peligroso para la salud de una persona? d) Dibuje un corazón, identifique cada parte y explique cómo funciona dentro de la actividad total del corazón. e) Anote cinco funciones del sistema circulatorio y explique cómo se realiza cada una. f) Explique cómo la sangre se mantiene a una temperatura constante. g) Usando ejemplos, defina e ilustre el principio de “homeostasis”. ¿Qué procesos corporales están regulados por este proceso?
3) Aplique una prueba corta de cinco minutos al comienzo de cada clase.
Las pruebas pueden contener unos cuantos ítems de selección múltiple o de cierto y falso, derivados de las preguntas guía. Estas pruebas cortas motivan al estudiante a repasar sus notas de clase y mantenerse al día en las tareas asignadas. Los estudiantes entre ellos mismos y por su cuenta, se plantean las preguntas guía con el objeto de prepararse para los exámenes. Muchas veces, aquellos que entienden el material se lo explican a los demás en grupos informales después de clase o antes de los exámenes.
4) Utilice presentaciones multimedia.
Los oradores públicos han encontrado que el uso de presentaciones multimedia y oraciones escritas con sencillez, puestas frente al público, enfocan la atención hacia la pregunta planteada. Este método también facilita la asimilación y retención del material. Las gráficas también pueden usarse para unificar todo en un conjunto coherente – en el que todas las relaciones entre las partes sean claras.
5) Simultáneamente con la enseñanza de la materia, enseñe principios de pensamiento crítico.
Utilice el material como apoyo concreto para desarrollar pensamiento crítico. Por ejemplo, al hablar de la Revolución Americana, pida que los estudiantes comparen el punto de vista de los colonos con el del gobierno británico de manera imparcial. Las siguientes preguntas guía pueden utilizarse para lograr que los estudiantes piensen más profunda y críticamente sobre la tarea asignada:
a) ¿Cuál fue el propósito de la revolución? b) ¿Cuál era el concepto de libertad de los colonos? c) ¿Por qué los británicos no permitían que los colonos se separaran del Imperio Británico? d) ¿Qué suposiciones tenían cada una de las partes? e) ¿Qué evidencia citaron los colonos para concluir que eran tratados injustamente? ¿Era correcta esa evidencia? ¿Estaba prejuiciada? ¿Se dejaron por fuera datos importantes? f) ¿Cuáles fueron las consecuencias inmediatas y a largo plazo de la Declaración de Independencia?
Las preguntas de los exámenes se deben basar en estas preguntas guía para asegurar que los estudiantes piensen sobre ellas y, quizás, hasta las discutan fueran de la clase. Durante la lección, los estudiantes aprenderán elementos de razonamiento además de Historia Americana. Aprenderán además, algunos elementos de cómo pensar imparcial y objetivamente sobre la historia de los EE.UU.
6) Fomente el que sus estudiantes se conozcan entre ellos.
El primer día de clase, distribuya a los estudiantes en parejas y pida que cada uno pregunte a su compañero acerca de: ¿de dónde viene?¿cuáles son algunos de sus intereses, pasatiempos y opiniones? y sugiérales tomar notas para facilitar la memorización de la información. Luego, cada persona presenta su compañero al resto de la clase. De esta manera los estudiantes se conocen desde el comienzo. Esto además de romper el hielo facilitará la comunicación entre ellos cuando se organicen en grupos pequeños. También constituye un ejercicio efectivo para probar si se escuchan con atención.
7) Escriba los nombres de los estudiantes en tarjetas y pregúnteles a todos, no solamente a los voluntarios.
¿Ha notado usted que cuando hace preguntas a la clase, siempre quieren responder los mismos estudiantes? Si usted mira al resto de la clase y escoge los menos activos y les hace una pregunta, sentirán que usted quiere mostrar lo ignorantes que son, y en consecuencia se van a resentir. Para evitar esta situación escriba los nombres de todos los estudiantes en tarjetas, mézclelas y hágales las preguntas al azar. De esta manera, todos pondrán atención a todas sus preguntas y todos las contestarán activamente. Esta técnica sencilla evita el problema común de que cuatro o cinco estudiantes monopolicenla discusión. También permite compartir una variedad más amplia de reflexiones o de puntos de vista de los estudiantes con la clase (y con el maestro) y mantenerla clase más alerta.
8) Fomente el pensamiento independiente.
Plantee a sus estudiantes un problema que requiera algo de pensamiento independiente y tenga varias posibles soluciones. Pídales que escriban las soluciones en un papel. Luego, divida la clase en grupos de tres o cuatro y solicíteles compartir con el grupo lo que contestaron. Posteriormente, pida a cada grupo que utilice las mejores ideas de cada integrante y escoja unapersona para que comunique la solución conjunta al resto de la clase. De esta manera todos los estudiantes participan en:
1) deducir la solución del problema, 2) comunicar su solución a los demás, 3) obtener retroalimentación de los demás, 4) llegar a una solución más adecuada del problema y 5) en ocasiones hablar frente al resto de la clase sirve de práctica parahablar en público.
9) Fomente el escuchar con atención.
Seleccione con frecuencia estudiantes para que resuman en sus propias palabras lo que dijo otro estudiante. Esto estimula a los estudiantes a escuchar activamente a los demás y les ayuda a darse cuenta que pueden aprender de los otros. Además, sirve para disminuir la dependencia del maestro. Escuchar los comentarios y las preguntas de otros estudiantes puede ser bastante educativo. Estar conciente de los errores o malentendidos de otros estudiantes y escuchar atentamente a otros compañeros también contribuye a una mejor comprensión. Los estudiantes que no escuchan a sus pares pierden estas aclaraciones.
Así que, usted debe fomentar que sus estudiantes se escuchen consistente y cuidadosamente. Una manera de lograrlo es pedirle con frecuencia a algún estudiante que repita lo que otro estudiante acabó de decir. ¡Esto los mantendrá alerta! Otra táctica que fomentamos para promover la escucha cuidadosa consiste en dividir la clase en parejas y hacer una pregunta controversial. Los miembros de la pareja comparten sus opiniones con su compañero y justifican sus posiciones. Los dos escuchan con cuidado y luego repiten, pero en sus propias palabras, todo lo que les dijo el compañero. Los primeros en hablar pueden señalan cualquier malentendido de los puntos de vista que expresaron.
10) Hable menos para que los estudiantes piensen más.
Trate de no hablar más del 20% del tiempo de la clase. Detenga su conferencia cada diez minutos y pida que los estudiantes, en grupos de dos o tres, se comuniquen resumiendo los datos claves y aplicando, evaluando, o explorando las implicaciones del contenido expuesto. Cuando usted habla la mayor parte del tiempo, el que piensa es usted.
Según va explicando lo que sabe, usted puede necesitar expresarse de manera diferente, pensar en nuevos ejemplos y hacer nuevas conexiones. Si usted logra que sus estudiantes hablen más, serán ellos los que estarán pensando sobre el contenido y desarrollando una mayor comprensión. Como lo expresó un maestro, “El año que viene mis estudiantes se harán cargo de mi clase; yo llevo 18 años enseñándola”.
Las mentes de las personas se desenfocan durante los discursos largos y por eso se les escapa mucho de lo que se dice. Fragmentar las conferencias largas da la oportunidad a los estudiantes de ser más activos y también, de asimilar y pensar sobre lo que escucharon. Mentalmente es más fácil digerir pedazos pequeños que grandes. Y, al unir percepciones, los estudiantes a veces pueden corregir los malentendidos de los demás antes de que éstos los asimilen completamente. Pedirles que informen lo discutido entre ellos le permite al maestro corregir cualquier malentendido.
11) Sea un modelo.
Piense en voz alta frente a sus estudiantes. Deje que ellos le escuchen descifrar lentamente los problemas de la materia. Trate de pensar en voz alta al nivel de los estudiantes de la clase. Si su pensamiento es muy avanzado o procede muy rápidamente, ellos no podrán entenderlo ni
asimilarlo.
Así como a veces usted complementa sus instrucciones orales con una demostración visual
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